Trump, los dominicanos y el dilema de los republicanos

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El autor es antropólogo. Reside en Nueva York

POR FELIX REYES

En días recientes, un reconocido periodista dominicano, colaborador de este medio digital, escribió un artículo en el que celebra el hecho de que nuestro país se subordine a las directrices que implementa la administración del Presidente Trump para Latinoamérica.

Uno de los enunciados contenidos en el citado escrito hace referencia a que el presidente Trump estará en el poder más allá de las elecciones dominicanas de mayo del 2028, por lo que entiende que será un factor influyente en el resultado de estas.

Estas aseveraciones han servido de motivación para este escrito, teniendo también como pie de amigo un comentario de un lector de este medio, en el que afirmaba que no le hacía un favor al PRM y al presidente Abinader su asociación con Trump, dado el desprestigio internacional de este y su decreciente tasa de aprobación en la sociedad norteamericana, que en un año ha alcanzado niveles históricos.

En primer lugar, debo adelantar que no soy de los que, motivados por justificados resentimientos históricos, vinculados a pasadas intervenciones militares, ven a Estados Unidos como enemigo del país.  Por el contrario, opino que la mayor parte de los actores políticos y de la población dominicana, inteligentemente, han logrado superar esas malquerencias y hoy ven a ese país como nuestro aliado estratégico.

Esto tiene explicación en la percepción de que ha sido beneficioso para el país  el pragmatismo de quienes han estado a cargo de nuestra política internacional, bajo  los gobiernos de los diferentes partidos, teniendo  presente la  realidad de que en  Estados Unidos reside una parte significativa de nuestros ciudadanos, que es el principal mercado de nuestros productos,  el principal emisor de turistas y la principal fuente  de remesas, elementos todos que son esenciales para nuestra economía y, en consecuencia, para el bienestar de toda la población.

Donald Trump

Ahora bien, reconocer la importancia de que nuestro país sea un aliado estratégico no significa que quienes dirijan nuestra política internacional subordinen, alegremente o por temor, nuestra política internacional a dictados sectarios de la presente administración Trump, que van en sentido contrario de las leyes internacionales. Y esto es lo que a todas luces parece celebrar el mencionado periodista, cuando cita casos de intervención del presidente Trump para ayudar a políticos latinoamericanos que le son afines.

Nos parece que el citado periodista todavía no percibe cómo las últimas elecciones especiales (nacionales, estatales y locales) celebradas en diferentes estados norteamericanos son indicadores del temprano cansancio, el desencanto y arrepentimiento de la mayoría de la población norteamericana, que hoy se expresa en una tasa de aprobación del presidente Trump de solo 38%, con la tendencia a bajar más.

Este fenómeno, que todavía muchos observadores de la política norteamericana no perciben, porque se quedan en el nivel de la noticia diaria, ha de ocasionar una erosión progresiva del control omnímodo que todavía ejerce sobre el Partido Republicano el presidente Trump; lo cual ha de traducirse en que, dentro de algunos meses, este llegue a ser percibido como un presidente “pato cojo”; es decir, un presidente    que es abandonado por miembros con aspiraciones de su mismo partido porque, dada su alta tasa de rechazo, su asociación con él impacta negativamente la imagen de todo aquel que sea percibido como asociado.

De ese mismo modo, temo que todo gobierno (ojalá no sea el nuestro) que en Latinoamérica  evidencie la adopción de políticas internacionales subordinadas incondicionalmente a los intereses de la presente administración norteamericana, puede despertar un día dándose cuenta que su asociación con ese presidente es perniciosa.

jpm-am

 

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Rolando
Rolando
1 hora hace

Aunque dice algunas verdades , me parece que el el pronóstico es precipitado, pues muchas cosas pueden cambiar.

WILLIAM
WILLIAM
4 horas hace

NOVIEMBRE 2026 VIENE EN CAMINO… YA VEREMOS QUE’ TRAE…