Tasas, guerra e inflación (OPINION) 

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EL AUTOR es administrador financiero, contralor general de la República. Reside en Santo Domingo.

Como se sabe hay factores endógenos y exógenos, controlables e incontrolables de orígenes económicos, de salubridad y de la naturaleza misma que pueden impactar en la economía de los países.

Son amenazas latentes o que hoy afectan el comportamiento económico de una nación. Son variables poco predecibles que obligan a las autoridades de los países a tomar decisiones extraordinarias en un momento dado.

Cambios que producen turbulencias o inestabilidades que de no accionarse de manera veloz pueden causar graves estragos en la vida de los seres humanos.

Una información reciente de la fuente del Banco Mundial da cuenta que las economías de América Latina y el Caribe

Recuperaron sus niveles pre pandemia y la región recuperó cierta sensación de normalidad, aunque la economía debe activarse para evitar un nuevo ciclo de bajo crecimiento.

Las inversiones sociales y en infraestructura pueden convertirse en motores clave del crecimiento y la prosperidad compartida.

El Banco Mundial calcula que el Producto Interno Bruto (PIB) regional crecerá 3,0% en 2022, una tasa mayor a lo previsto anteriormente debido al alza en los precios de las materias primas.

Pero la guerra Rusia-Ucrania, la subida de las tasas de interés en los países desarrollados y las persistentes presiones inflacionarias impactarán sobre las economías de la región.

El organismo internacional de financiamiento prevé tasas de crecimiento bajas, entre 1,6% y 2,3% en el lapso 2023 y 2024, similares a los bajos niveles observados en la década de 2010 e insuficientes para lograr avances significativos en términos de reducción de la pobreza.

La inflación requiere de esfuerzos continuos para que esta descienda al nivel de los objetivos anteriores. Se abriga la esperanza de que los países logren de vencer este flagelo sociedades más justas e inclusivas.

El Banco Mundial, espera que en un clima más equilibrado las naciones de la región americana pueda poner en marcha las reformas e inversiones necesarias para acelerar el crecimiento, deben asimilar los costos estructurales: años de escolaridad perdidos, las vacunas no suministradas y el impacto diferido de la inseguridad alimentaria que la recuperación del PIB disimula.

El Banco Mundial, considera que la región está bien posicionada para replantear su desarrollo.

A pesar de ello la región debe seguir trabajando arduamente a los fines de continuar bajando el nivel de pobreza que aún se mantiene alto al calcularse en 28,5% en 2022, bajar los altos costos a largo plazo que produjo la crisis de salud y la educación, para reactivar el crecimiento y mitigar el aumento de la inseguridad.

La entidad financiera, recomienda manejar la carga creciente de las deudas resultantes de la crisis mientras se genera un margen fiscal suficiente como para realizar inversiones que promuevan el crecimiento requiere de nuevas fuentes de ingresos que deberán ser cuidadosamente analizadas, así como un mejor uso del gasto existente.

Plantea ahorrar el 17% del gasto público y, en dos tercios de los países, eliminar los actuales déficits fiscales.

Sostiene que racionalizar el gasto del sector público es un paso hacia la construcción de gobiernos más eficientes, receptivos y confiables.

El informe del Banco Mundial, plantea finalmente que los países deben analizar cuidadosamente sus opciones de gasto público y de política tributaria, para favorecer la equidad y evitar potenciales efectos adversos.

Mejorar la eficiencia del gasto pues en promedio el 4,4% del PIB o 17% del gasto público se ha comprobado que se malgasta en transferencias mal dirigidas, deficiencias en contrataciones públicas y políticas de recursos humanos ineficientes.

Como se advierte, la situación de los países de la región de América Latina, conforme el informe del Banco Mundial, es de franca recuperación a pesar de que debe prestar mucha atención a la eficiencia del gasto y la disminución de la deuda, aún creciente y, seguir afrontando la gran amenaza de la inflación.

Las autoridades de turno de la  República Dominicana, en ese marco, han podido sortear con mucha pericia, madurez, experiencia y excelente competencia administrativa de Estado, los vaivenes que han traído los últimos dos años.

Solo, pensar que el presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, recibió una economía y finanzas alicaídas, producto de un mal manejo por las pasadas autoridades y una pandemia en crecimiento, donde no se vislumbraba ninguna esperanza de recuperación en el corto plazo.

Pero gracias a la excelente visión de futuro del presidente Abinader, en poco tiempo pudo orientar a sus colaboradores, para que junto a él se pusieran en ejecución estrategias efectivas, que dieran lugar al logro de los objetivos y metas, dirigidas a mejorar el estilo de vida de los dominicanos, especialmente los más vulnerables.

Se comprueba, que al final de la pandemia se ha alcanzado un crecimiento de un 5.5% del PIB, lo que es mucho decir y, la inflación a pesar de los altos precios externos: de las materias primas, insumos diversos, bienes y servicios, la administración Abinader, ha logrado en tiempo record, estabilizar.

Lo anterior ha sido posible, mediante políticas: de alta calidad del gasto, incremento de ingresos, manejo inteligente de los pasivos financieros, política monetaria ajustada al comportamiento de las economías de los países desarrollados, excelente conducción de la política de salubridad y una rápida reactivación del sector turismo, a pesar de las adversidades, colocando la nación dominicana, en niveles superiores a los demás países de la región.

Esto así, pues si en conjunto, América Latina logrará en promedio un crecimiento de un 3.0%, al final del año 2022, la República Dominicana cerrará el presente año con un crecimiento de 5.5% del PIB, reservas internacionales netas por U$14,000 millones.

Inversiones extranjeras directas por más de US$3,000 millones, el turismo  más de US$8,000 millones, exportaciones superarán los US$10,000 millones, remesas en divisas por más de US$9,000 millones.

En fin, el equipo de gobierno que administra el Estado dominicano hoy día, encabezado por el presidente, Luis Rodolfo Abinader Corona, definitivamente ha reactivado la economía, con perspectivas de seguir mejorando.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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NEVER TROLL SAUL
NEVER TROLL SAUL
2 Años hace

la mejor manera que se mejora la eficiencia de los gastos,es castigar fuertemente la corrupción.y nunca fui excelente con los números en la escuela!!!!???