Si hay un muerto, alguien lo mató

Hace más de 20 años, cuando desempeñaba las funciones de fiscal adjunto del Distrito Nacional, bajo la sombrilla del antiguo Código de Procedimiento Criminal, me tocó revisar el expediente de tres individuos imputados por la Policía en el homicidio de un hombre dentro de un colmado.

Al interrogarlos, se pudo establecer que los supuestos homicidas no se conocían entre sí y que tampoco tenían relación con el occiso, por lo que era  difícil establecer el motivo del crimen o  quien acuchilló a la víctima, dado que  en el expediente policial no refirió  si el homicidio estuvo precedido de discusión o riña.

Ante esa situación decidí consultar al magistrado de mayor experiencia y maestro del derecho penal, quien inmediatamente me increpó: -“¿hay un muerto?” –“Si señor”- “¿un certificado médico que señale que fue asesinado?”- “Si señor”. “Entonces, si hay un muerto, alguien lo mató”, me respondió.

Le dije que no  encontré causa probable en ninguno de los imputados, a lo que increpó: “¿usted pretende enviar a Instrucción un muerto sin matador? La recomendación final del maestro fue  la de remitir ese  expediente con los tres inculpados para  que el juez instructor decidiera sobre su inocencia o culpabilidad.

Sin  establecer ningún tipo de afinidad entre lo que acabo de contar con el trágico caso del asesinato del abogado Junior Ramirez,  me parece prudente resaltar que  en la comisión de un homicidio, siempre se procura identificar al homicida material e intelectual, el motivo y posibles complicidades.

Soy de opinión que  el Ministerio Público y  la Policía han avanzado mucho   en la investigación sobre ese horrendo asesinato,  al identificar imputados, así como el posible motivo por el que  se perpetró el hecho. El tema de la corrupción, además de causa primigenia de la infracción criminal, se deriva en un crimen subsidiario.

Aves de rapiña se han lanzado sobre este expediente en la intención de sacar provecho político sobre desgracia  ajena, al punto que  algunos buitres lo devoran por el lado de la corruptela que la víctima habría descubierto en una agencia estatal, y otros  por el costillar de la extorsión.

Un  viejo aforismo aconseja que del muerto se diga todo, menos lo malo, por lo que no es justo que desde las redes o medios de comunicación convencional se apuñale a un cadáver, como tampoco es de gente decente pretender tirarle  el cuerpo del occiso a los pies del Presidente.

El asesinato del doctor Junior Ramírez, ha sido un crimen deleznable, cuyos autores  materiales e intelectuales  deben  ser condenados a la pena máxima que establece el Código Penal y al repudio eterno de la sociedad, pero es menester  que los buitres  se alejen  y permitan que  fiscales y jueces  garanticen justicia.

Lo que me quiso decir el viejo fiscal es que si hay un  asesinato debe haber uno o varios asesinos, porque  en esos casos, no hay muertos sin matador.

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Jhony Clare
Jhony Clare
8 Años hace

Una explicación muy corta aunque no fue muy concreta quiso décil algo usted señor periodista pero fue como confundió o Jesús cristo hablo en parábola o tuvo miedo de expresar lo quien en verdad quería decir

Jhony Clare
Jhony Clare
8 Años hace

Los jueces buscan un pronto culpable así evitan invertir recursos en investigación pobre de nuestro país por dios

Jhony Clare
Jhony Clare
8 Años hace

Así es nuestro país lamentable mente que dios guarde nuestra tierra

saldivar51
saldivar51
8 Años hace

No nos explico si sus tres acusados, fueron enocntrado culpables, aun usted pensando que eran inocentes.