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Rincón de Yuboa: de paraíso a infierno
En los últimos meses, la legendaria comunidad de Rincón de Yuboa, otrora conocida como el “Paraíso Escondido”, en la provincia Monseñor Nouel, transita aceleradamente hacia su conversión en un infierno invivible para las personas honestas, peligro para la inversión y hasta para el turismo.
La ocupación de propiedades ajenas, el robo de alambres, de las tuberías del agua, de los frutos y de la agricultura, se ha convertido en una actividad peligrosa, para quienes con el sudor de su frente tratan de levantar algo o garantizar la alimentación de sus hijos.
Quien suscribe, ha colocado el nombre de esta hermosa comunidad en importantes escenarios para la promoción de sus virtudes, pero ahora el vandalismo acecha y ponemos el alerta para tratar de convocar a la sensatez a los hombres y mujeres honrados que todavía, por suerte, allí residen, para ponerle un alto a esta calamitosa situación.
La nueva modalidad de delincuencia parece que tiene guías y encuentra apoyo en aspirantes políticos y en buscadores de dinero y favores fáciles, quienes se las ingenian para motivar la comisión de esos delitos, incluyendo el desmantelamiento de estructuras hechas con sacrificios ante el silencio cómplice de los vecinos, con el simple objetivo de espantar a los potenciales inversionistas y así, seguir dominando el escenario.
Todo esto adquiere mayor nivel, debido a la desidia de las autoridades y a los grandes obstáculos que ponen los funcionarios judiciales y policiales, a quienes tratan de formalizar una denuncia o una querella, para frenar esas acciones delictivas. A esto se suma el uso, ante la mirada indiferente de algunos vecinos, de sustancias prohibidas y la burla de esta gente a la autoridad local, cuando trata de hacer algo.
Es una pena, que una comunidad dotada por la naturaleza de un paisaje que maravilla y que ojos humanos no pueden resistir fijar en su mirada y una hidrografía maravillosa, aunque a veces afectadas por inconscientes manos depredadoras, sea llevada al abandono a causa del temor que están causando estos malos ciudadanos con la permisividad de los politiqueros.
Me permito hacer un llamado vehemente a las autoridades nacionales, de la provincia Monseñor Noel, de Sonador y de Piedra Blanca, a que se interesen por la suerte de esta comunidad de sus entrañas, antes de que pueda ser muy tarde y solo nos quede el lamento. Investiguen y actúen, para que esto no siga.
aquinorubio@gmail.com
