Rescatemos la Biblioteca Municipal de San Cristóbal

 

La Biblioteca Municipal de San Cristóbal se mantiene cerrada desde hace algún tiempo y con evidente deterioro de su espacio físico, lo cual es francamente penoso y perjudicial para la población estudiantil de la ciudad.

Vienen a mi memoria las tardes del bachillerato cuando nos reuníamos en ella para de preparar las clases del día siguiente, apenas una hora después de haber salido del Liceo Secundario Manuel María Valencia, estudiantes que luego han sido profesionales destacados, como el ing. Temístocles Montás Dominguez, ing. Saúl Santana, Dr. Rafael Herrera Morillo, ing. Anuar Anglada, el fallecido ing. Javier Darío García Jáquez, Dr. Secundino Angustia y el autor de estas líneas.

Aunque para entonces el número de obras con que contaba la Biblioteca era escaso, siempre encontrábamos en ella algún texto adicional de Física, Literatura, Historia de la cultura y Lengua Española, que nos permitía sorprender a nuestros profesores con informaciones que no se encontraban en los libros usados como textos.

En aquella época la encargada de la Biblioteca en el horario vespertino era una compañera de estudios, la Dra. Margarita Montás Domínguez, lo que nos permitía acudir allí y desenvolvernos en el local con seguridad y confianza.

Afortunadamente se está desarrollando un movimiento de rescate a la Biblioteca Municipal, encabezado por el ing. Anuar Anglada, quien está recopilando libros en donación y gestiona la ayuda de las autoridades municipales para la readecuación del edificio y los estantes y el nombramiento de personal que atienda la Biblioteca.

Apoyo los esfuerzos del ing. Anglada, pero creo que la Biblioteca es una obligación de la sindicatura de la ciudad. Entiendo que el desinterés de la sindicatura por la Biblioteca reside en que muchos de los que han ocupado la alcaldía han sido personas sin identificación con la cultura; pero no sucede igual con el actual síndico, que es una persona que se ha identificado con los intereses culturales de nuestra ciudad, por lo que las exigencias al mismo deben ser mucho mayores que las hechas a otros alcaldes.

Es obligación de la sindicatura remozar el edificio que ocupa la Biblioteca y adecuarla a la época actual. Debe dedicarse un área a los escritores sancristobalenses en la que se cuente con todas las obras de escritores del pueblo de todos los tiempos y no procurar hacerse de ellas por donación, sino comprándolas, como estímulo y respeto a los escritores. Mi propuesta en ese sentido es que el Ayuntamiento adquiera 10 ejemplares de cada obra publicada por un escritor sancristobalense.

Si en años anteriores la sindicatura ha dedicado recursos para obras materiales de poca significación real, la gestión actual bien puede utilizar como estandarte el rescate e impulso de la cultura y la educación de nuestra ciudad, estimulando positivamente la producción de libros, cuadros, obras de teatro, recitales poéticos, etc., y este es el mejor momento de hacerlo.

Si la ciudad no cuenta con una buena biblioteca y se estimula la cultura, cómo van a enterarse las futuras generaciones de que San Cristóbal es la cuna de personas con la calidad del poeta y diplomático Osvaldo Bazil, autor del poema Pequeño Nocturno, que más tarde inmortalizó el famoso cantante yucateco Guti Cárdenas, con el nombre de Ella.

Cómo conocerán del poeta permanentemente inspirado y de delicado lirismo, Antonio Abad Méndez; del fecundo poeta, escritor, abogado y diplomático, Dr. Sócrates Barinas Coiscou, uno de los escritores dominicanos más fecundos; cómo sabrán del laureado escritor y diplomático, Diógenes Valdez. Cómo sabrán que el probo juez de la Suprema Corte de Justicia, Dr. Máximo Puello Renville era sancristobalense.

No se conocerá sin Biblioteca, que nació en San Cristóbal, el reconocido abogado, político, escritor e incansable luchador por los derechos humanos, Dr. Domingo Porfirio Rojas Nina y el cirujano Dr. Julio César García, que además de ser Director del Hospital de San Cristóbal, desempeñó las mismas funciones en el Hospital Cabral y Báez, de Santiago, ni que dos expresidentes del Senado y destacados políticos fueron de San Cristóbal: Dr. Adriano Uribe Silva e ing. José Osvaldo Leger.

Si no se cuenta con la Biblioteca, no se conocerá en el futuro que son de San Cristóbal, el destacado político, diplomático y escritor, ya fallecido,  Dr. Mario Read Vittini; el reconocido intelectual e investigador, Dr. Odalis G. Pérez Nina; el periodista, abogado y escritor, Dr. Ramón Puello Báez; los reconocidos periodistas José y Saúl Pimentel Muñoz; el poeta y cuentista, Lic. Diógenes Nina; el pintor y escritor, Juan B. Nina; el poeta y antropólogo, Héctor Díaz Polanco, el poeta y exjuez, Modesto Del Rosario.

¿Cómo se enterarán sin Biblioteca, los actuales estudiantes, que en San Cristóbal  nació en 1967, el emblemático grupo de poesía coreada Calíope, dirigido por el destacado actor y declamador, Servio Uribe; que son originarios de la ciudad los reconocidos pintores, Dionisio Blanco, Marcial Báez, Fermín Ceballos, Guayacán de la Rosa, Generoso De León (fallecido), Ramón Gerónimo (Gotró).

Y sobre los empleados de la Biblioteca, pienso que la sindicatura puede dedicar la insignificante suma de RD$20,000.00 mensuales y destinarla como ayuda a cinco estudiantes meritorios, a cambio de que funjan como encargados de la biblioteca una tarde a la semana.

Esperamos de la actual sindicatura, dirigida por el Lic. Nelson Guillén, un esfuerzo máximo por el rescate de nuestra Biblioteca y nuestra cultura. Ese podría ser el símbolo distintivo de su gestión.

JPM

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