Reformulaciones presupuestarias (OPINION)

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EL AUTOR es administrador financiero, contralor general de la República. Reside en Santo Domingo.

Cada semana los periódicos traen a la palestra un tema económico y financiero de palpitante actualidad. En esta ocasión el tema obligado es el relativo a la reformulación del Presupuesto General del Estado 2021, aprobado por el Congreso Nacional mediante la ley No. 237-20.

En materia presupuestal los presupuestos se clasifican desde varios puntos de vista. El orden de prioridades depende de las necesidades del usuario.

Según su flexibilidad pueden ser: Rígidos, Estáticos, Fijos o Asignados, Flexibles o Variables. Según el período que cubran pueden ser: corto plazo y a largo plazo.

Según el campo de aplicabilidad en una empresa éstos pueden ser: De Operaciones o Económicos, Financieros (tesorería y capital).

Conforme el sector en el cual se utilicen éstos se clasifican en: Público, Privado y Tercer sector.

Conocido lo anterior y haciendo hincapié en los presupuestos flexibles o variables éstos se elaboran para diferentes niveles de actividad y pueden adaptarse a las circunstancias que surjan en cualquier momento.

Los presupuestos flexibles muestran los ingresos, costos y gastos ajustados al tamaño de operaciones manufactureras, comerciales, corrientes o de capital.

Tienen amplia aplicación en el campo de los presupuestos de costos, gastos indirectos de fabricación, administrativos y de ventas.

El presupuesto flexible es el más formulado y ejecutado ya que el mismo se ajusta a las diferentes situaciones y circunstancias que la vida trae continuamente.

No es secreto, que la vida no es cuadrada lo que obliga al ser humano a tomar las decisiones acorde al vaivén de los hechos económicos y financieros que periódicamente éstos se suceden.

De ahí que, cuando las familias, empresas y gobiernos sean nacionales o locales requiera variar los ingresos, costos y gastos porque así las variables endógenas, exógenas, controlables e incontrolables de índole económicas, se impone se ajusten los presupuestos a los cambios que se operan.

Periódicamente cada gestión de gobierno específicamente de los países de la región latinoamericana tiende a reformular sus presupuestos en razón de que sus ingresos varían continuamente, ya que estos dependen del comportamiento económico de los países, socios comerciales, a los cuales se deben.

En caso de que a los socios comerciales les vayan mal o muy mal en lo económico, entonces los países dependientes, como la República Dominicana, para completar sus ingresos públicos necesitan aumentar los impuestos o crear nuevas fuentes de ingresos impositivos, vivir de las donaciones o financiar sus presupuestos a través de empréstitos nacionales e internacionales.

Y si la situación del país es dominada por una crisis de salubridad que afecte a los sectores económicos, el país como las demás naciones necesitarán lógicamente ajustar sus presupuestos.

Se sabe que en situaciones de turbulencias económicas o inestabilidad financiera es difícil, por no decir imposible, hacer proyecciones o pronósticos que se cumplan por lo menos en un 60%.

Es el caso de los cambios que se dan en los niveles de precio durante un ciclo económico recesivo o de hiperinflación, que en un momento se fija un precio y en una hora o al día siguiente se fija otro.

Se sabe también que el país y el resto del mundo aún recibe los rigores de la pandemia Covid-19 afectando negativamente su aparato productivo.

No hay certeza de las estimaciones económicas y financieras que se puedan realizar en tales situaciones ya que la incertidumbre que impera en los mercados financieros, de bienes y servicios, producen variaciones de tasas de interés, en los tipos de cambio y por supuesto en los niveles de precios.

Conforme a lo anterior, es injusto e inaceptable externar críticas, en el sentido de expresar que es errática la formulación de un presupuesto que luego se reformule o ajuste.

No se debe negar que la administración gubernamental Abinader, inició sus actividades en medio de una de las crisis de sanidad y económica más virulentas.

Esto así, debido a las secuelas que sigue dejando por su por su paso por la tierra el Covid-19, obligando a las autoridades que iniciaron sus ejecutorias en el mes de agosto de 2020, recurrir de manera recurrente a préstamos y anticipos de impuestos de algunas empresas y bancos para poder solventar los altos gastos sociales y combate a la indicada crisis sanitaria.

Esta situación llevó a las nuevas autoridades gubernamentales a presentar una segunda reformulación presupuestaria en el año 2020 y, en el presente año 2021, han tenido que elaborar una segunda reformulación, debido a que han aumentado los ingresos y se han tenido que transferir apropiaciones a otros capítulos que requieren de mayores recursos financieros.

De ahí que, el Gobierno dominicano invocando el artículo Núm. 48 de la Ley orgánica de presupuesto del sector público Núm. 423-06, sometió al Congreso Nacional una primera reformulación del Presupuesto General del Estado 2021, la cual modificó la ley 237-20 por la ley 166-21 elevando el presupuesto a RD$1,074 millones.

De aprobarse por el Congreso Nacional, como se espera en los próximos días, el Presupuesto General del Estado 2021 ascenderá a RD$1,138 millones y el déficit se reduciría a RD$159,846.0 millones, equivalente 3% del Producto Interno Bruto (PIB).

Como se advierte, no es una práctica perniciosa el tener que ajustar o reformular los presupuestos cuando éstos se acogen a los cambios económicos y financieros que continuamente se dan en la vida cotidiana.

Aunque en algún momento se apruebe una ley de responsabilidad fiscal aún así se deberá reformular el Presupuesto General del Estado, ya que éste no solo se reformula por un aumento de los ingresos por concepto de préstamos sino que un presupuesto se ajusta por razones diversas como: baja ejecución, aumento de los ingresos tributarios, arancelarios, donaciones, aumento o disminución de gastos variables y de capital, entre otros.

Las autoridades fiscales encabezada por el Ministro de Hacienda, José Manuel Vicente Dubocq, están procediendo correctamente al transparentar la realidad económica y financiera de la nación, antes de que finalice el período fiscal 2021, a los fines de que más bienes y servicios públicos lleguen al pueblo dominicano.

En virtud de lo anterior, el ciudadano presidente de la República, Luis Abinader Corona, ha dispuesto un aumento de bonos navideños a entregarse ordenadamente en diciembre 2021, por la cantidad de 700 mil, elevándose el número de bonos a distribuirse este año a 1 millón 700 mil, entre familias de escasos recursos en todo el territorio nacional, con ayuda de congregaciones religiosas y gobernaciones.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

JPM

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