¿Qué nos pasa?
Es la pregunta que pareciera estar de moda. Es el tema en las redes sociales, reuniones, lugares de trabajo, salones de belleza; en todas partes donde se socializa con otros, siempre surge esta pregunta refiriéndose al mundo y todas las desgracias y delincuencia que existe.
Escuchamos como hablamos de falta de valores, de gobiernos corruptos, en fin, de todo lo que esta dominando lamentablemente en el mundo.
¿Qué nos pasa? Aun somos capaces de hacernos una pregunta con una respuesta tan evidente pero que nos negamos a ver. Nos pasa que estamos viviendo las consecuencias de nuestros actos como humanidad. No es mala suerte, no es un castigo divino, es simplemente consecuencia de lo que generación tras generación ha ido cultivando.
Algo tan perfecto como la figura humana es un acto de amor. Creado junto a todo lo que necesita para vivir. Desde aire puro, agua, plantas, animales, todo absolutamente lo que necesitaba para poder vivir, y poder vivir BIEN. ¿Pero nosotros, que hemos hecho con todo esto? ¿Lo hemos cuidado? ¿Lo hemos amado?
La humanidad se ha encargado poco a poco de sacar provecho de todos esto sin importar las consecuencias, sin medir, si a la larga, lastimaríamos a la madre tierra. Si con el uso indiscriminado de sus recursos no la lastimaríamos.
Pero no solo eso; el asombro, la inocencia, el amor, los valores que se fueron cultivando desde los inicios de la humanidad, también han sido olvidadas, cambiada por el dominio del ego. Ese mal consejero, don Ego, que nos arropa, que nos hace creer que de verdad somos omnipotentes y dueños absolutos del mundo. Ese mismo que es responsable de justo lo que comentaba antes. Responsable de que usemos lo que se nos dio como regalo para uso personal indiscriminado y sin medir consecuencias. Al fin y al cabo, quizás no me toque vivir ese momento histórico, que me importa lo que le suceda a los que vienen detrás.
Así pensamos lamentablemente, y esto ocasiona este desamor, estas guerras, esta violencia que vienen del ego no del amor. Y no es romanticismo como muchos suelen acusarme, ni prejuicios religiosos por ser una creyente de Dios y de todo su amor, NO, es la voz de una simple mujer, humana, imperfecta, frágil, que siente tristeza y dolor profundo al ver como nosotros mismos vamos hundiéndonos en el fango y destruyendo todo lo que hemos recibido.
Somos nosotros mismos, en nuestra creencia de que lo merecemos todo, de que lo podemos todo, que hemos acabado con todo.
Entonces, no preguntemos tanto qué es lo que pasa, que lo sabemos.
Mejor empecemos a volver a la esencia, al amor, la compasión, el respeto, los valores, la humildad. Vamos a combatir a nuestro primer y mayor enemigo, el EGO. Vamos a combatirlo con lo único que puede doblegarlo que es el amor.
Inicia tú, sin importar lo que hagan los demás. De uno en uno, modelando con tu ejemplo, podemos empezar a revertir lo que hemos hecho. Animémonos a vivir en el amor, volvamos al principio.
Por favor, aún estamos a tiempo.
Pongamos de moda el amor y saquemos al EGO de las pasarelas.
JPM

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