Periodismo ético y profesional frente a las plataformas sociales
POR RAMON PUELLO BAEZ
Las redes sociales constituyen hoy un fenómeno, ya inevitable, vinculado al desarrollo de las tecnologías, y a la aparición de la internet, considerada como “una amplia avenida de comunicación universal”
El desbordante fenómeno de las redes sociales es mucho más complejo de los que vemos y sentimos. El hecho de que todas las personas puedan acceder a ellas, es una verdadera revolución, cuyas consecuencias buenas o malas, todavía no alcanzamos a percibir en su verdadera dimensión.
Y ya no son sólo las redes sociales, ahora tenemos el vertiginoso desarrollo de la denominada “Inteligencia Artificial”, por sus siglas (IA), que alcanza otra dimensión, todavía desconocida en sus alcances, porque sólo estamos viendo sus prolegómenos, que nos asombran con sus audacias. Estos son temas actuales y definitivamente impostergables, que es preferible analizarlos y entenderlos, para adaptarse con tiempo a sus efectos y las anunciadas transformaciones que impulsarán en todos los órdenes.
En la recién pasada octogésima primera reunión de la SIP, que sesionó en el país, bajo el esplendor de Punta Cana, el centro turístico de mayor popularidad actualmente en el hemisferio, el tema de la Inteligencia Artificial (IA) ocupó la atención de los propietarios y representantes de los diarios de América, que analizaron los impactos que estos adelantos tecnológicos provocarán en el futuro de los medios de comunicación.
Intelectuales advierten de su impacto negativo

Desde muy temprano, cuando ya se observaban los distintos impactos y efectos que la internet y las redes sociales estaban ocasionando en la sociedad, el connotado escritor italiano Humberto Eco, advirtió que esa democratización de la opinión, que permitía las redes sociales, “presentaba el gran inconveniente de que le otorgaba el derecho de expresarse y equipararse a cualquier idiota o analfabeto o iletrado, con las opiniones de un intelectual”.
Las redes sociales, decía Eco, “le otorgan voz a legiones de idiotas que antes solo hablaban en privado y que ahora han diluido la diferencia entre el conocimiento experto y la desinformación”. El intelectual, autor de varios bests seller, como En nombre de la rosa, que fue llevada al cine, consideró que se trata de una “avalancha de voces ruidosas sin necesariamente aportar sabiduría”.
Para Eco esta «invasión de imbéciles» socaba la calidad del discurso público, porque las redes sociales daban el mismo peso a las opiniones de cualquiera, sin importar su nivel de conocimiento. Concluía sus severas críticas a las redes sociales indicando: “Le hemos proporcionado un megáfono a personas que antes eran silenciadas por su falta de conocimiento y criterio”.
He considerado de mucha importancia citar la voz autorizada de Humberto Eco, que fue una de las primeras advertencias que se oyó desde el ámbito intelectual, acerca de lo que venía y lo que ya estamos padeciendo con la parte negativa de las redes sociales.
Obviamente, hay que aclarar que este gran adelanto tecnológico no puede estigmatizarse teniendo una opinión absoluta y sólo negativa de su influencia social, pues existen muchas contribuciones al adelanto de la comunicación, la información y la cultura. Además, las llamadas APP, son derivaciones de esa tecnología, que nos sorprenden, por las tantas aplicaciones inimaginables para el entretenimiento y facilidades los recursos para hacer más fácil nuestras vidas.
El problema es el uso distorsionado de este gran avance humano
El epicentro del problema es que una buena parte de los usuarios ha prostituido su uso, priorizando la vulgaridad y la insolencia. Esa parte negativa de las redes sociales, que como decía Eco, constituye una masiva incursión de personas sin criterios desinformando y dándole riendas sueltas a sus más bajos instintos, no solo está afectando a los medios de comunicación y a la prensa, de manera muy particular, sino a toda la sociedad, y muy especialmente a la juventud.
Para dar un ejemplo del respeto que se tenía en el uso de los medios de comunicación, hace tres o cuatro décadas, comparto una anécdota muy ilustrativa del economista Roberto Saladín, quien formó parte del staff del programa Mundo Visión, que se produjo por Colorvisión a principios de los años ´80. Cuenta Saladín, que antes de salir el primer programa de noticias al aire, Frank Arredondo, su director y presentador, realizó una reunión con el personal, donde les advirtió de la gran responsabilidad que recaía sobre sus hombros, al constituirse en orientadores e informadores de la opinión pública.
Para darle contenido a la idea que quería transmitirles, Arredondo apeló a una metáfora y les dijo: “El que habla por la televisión, tiene una pistola 45 en sus manos, sin seguro”. Insistía Arredondo, que había que ejercer el oficio de comunicador con responsabilidad y prudencia y nunca olvidarlo, ni llegar a creerse que el poder lo tenía el comunicador, porque quien realmente lo tiene es quien está del otro lado de la pantalla.
De esa manera de entender la responsabilidad que se ha de tener cuando se usa un medio de comunicación al concepto que se tiene hoy, existe una distancia del cielo a la tierra.
Unicef advierte daños redes a salud mental adolescentes
El organismo de la ONU para la educación (UNICEF) ha alertado ya sobre los impactos negativos de las redes sociales en los jóvenes y adolescentes, advirtiendo que son expuestos también al “ciberacoso”, la violencia sexual y la desinformación. Igualmente señala como otros riesgos, los problemas de salud mental (ansiedad, depresión), trastornos del sueño y bajo rendimiento académico, así como el riesgo de explotación y la erosión del desarrollo saludable debido al uso excesivo de las redes sociales.
Unamos todos estos peligros señalados por Unicef, generados por el mal uso de las redes sociales, con los propio generados por las distorsiones que hay en nuestra sociedad, tales como: fractura del hogar dominicano, la caída de los principios y valores, la baja calidad de la educación y el impacto de las drogas en los barrios, impactados con los llamados “puntos de drogas” o venta minorista de los estupefacientes.
La conclusión es que todo esto es un campo fértil para que nuestra juventud pierda el rumbo, y este fenómeno de las redes sociales termine por desorientarlo y afectarle en su conducta y personalidad. Y ya estamos viendo el resultado, Cachica, una cantante urbana y Alofoke, un exitoso comunicador o youtuber, son el perfil del nuevo liderazgo y ejemplo que siguen nuestros jóvenes.
A esto debemos ponerle especial atención, porque cada vez más estamos viendo jóvenes sin los atributos indispensables para actuar en los medios de comunicación, y son los que han ido asumiendo el liderazgo, cuyo perfil, su lenguaje soez, su forma de vestir y su confusión de ideas, se han ido imponiendo como modelo para nuestra juventud. Eso es grave.
¿Es posible todavía un periodismo ético en medio de este panorama alucinante?
Cómo se puede practicar un periodismo ético, objetivo, serio y responsable en medio de esta vorágine. No es una tarea fácil, porque la nueva generación de comunicadores vienen con estas credenciales: ausencia de valores y principios familiares, educación deficiente, tanto familiar como pública, poca cultura y sin el importante hábito de la lectura. Sin embargo, siempre hay una luz al final del camino, porque así como vemos mucha mediocridad, también vemos actuar jóvenes que sobresalen por su integridad, preparación, compromiso y su talento.
Quizás, en la medida en que jóvenes talentosos y preparados actúen correctamente en el campo del periodismo, podrían ir trazando una pauta y estableciendo una distancia y diferenciación. La sociedad igual debería dar un paso hacia delante, y comience a imponer reglas, regulaciones y hasta limitaciones.
No resultará fácil, porque aunque los medios tradicionales controlen, impongan normas y seleccionen un adecuado personal, las redes sociales se van imponiendo y son preferentes del público que busca el material alternativo y sin límites.
Cómo enfrentar a You Tube, por ejemplo, una plataforma abierta y prácticamente sin restricciones, donde cada quien sube lo que se le ocurra, sin ningún tipo de filtro.
Yo soy de los que creé, que dentro de unos años, y como resultado del daño que todo esto provocará a la sociedad, llegará el momento de ponerle límites. Lamentablemente lo harán gobiernos autoritarios y dictaduras, como ya comenzamos a ver, porque los gobiernos democráticos son muy débiles y existe un falso concepto del alcance de la libertad, que muchos entienden hay que ejercerla sin ningún tipo de limitaciones.
Recientemente, el gobierno de Nayib Bukele, en El Salvador, designó a una alta oficial militar como ministra de Educación y se establecieron normas estrictas para el ingreso de los estudiantes a las escuelas públicas. Nada de peinados extravagantes, nada de cejas cortadas, ropa escolar adecuada, higiene a primera vista y nada de aparatos electrónicos que distraigan su atención.
Ya en el país se produjo un reflejo de esa medida, cuando el cura Norberto Rosario, de la parroquia San Francisco de Asís, planteó una serie de medidas para el regreso del nuevo año escolar 205-2026: “No muchachos con pajones, no muchachos con cejas tajeadas, y el que no este en la escuela a las 7.45, se va para su casa”.
Realmente tenemos que rescatar la disciplina, la obediencia y el respeto en nuestros jóvenes, que se ha ido perdido.
Países democráticos más avanzados que nosotros, ya han comenzado a regular el uso de los celulares y prohibirlos en las escuelas, ya que estudios e investigaciones han arrojado datos fehacientes acerca del daño que le está ocasionando a la concentración de los estudiantes, provocando un bajo rendimiento en los estudios.
La sociedad debe responder rápido, porque esto se le puede ir de las manos. Incluso, en cuanto a la salud mental y el uso de las redes sociales sin control, ya se han producido varios casos de niños que se han suicidado, por los bulos en las redes o inducidos por personajes ficticios que se generan en los chats de la Inteligencia Artificial. También son muchos los casos revelados, de trastornos conductuales por la dependencia de las redes sociales.
jpm-am

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Totalmente de acuerdo con todo lo expuesto aqui..
A los muy destacados periodistas Dr.Puello Báez y Don José Pimentel Muñoz los conocí a principios de los setentas,el primero,frente al Liceo Manuel Ma.Valencia de S.C.,cuando por las mañanas dejaba su esposa temprano frente al Liceo,donde ella era una profesora muy destacada por su gran talento y por su belleza, ésto lo digo con todo el respeto que ambos merecen, Don José ,era muy reconocido en el pueblo como periodista,y Don Saúl …..
…..Don Saúl,lo conocí,pues de ven en cuando me daba clase en tercero y cuarto curso de la primaria,como profesor sustituto de la mejor maestra que tuve en toda mi vida,su Santa madre.
Tres grandes del periodismo dominicano.
El Doctor Puello Báez muestra s,al escribir,que las redes llegaron para quedarse,y afirmar que tienen cosas buenas y malas,que en ellas hay comunicadores positivos y negativos y deberemos vivir con ambos,abrevando de los mejores.