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Peña Gómez propuso alianza PRD-PLD
El panorama político dominicano ha sufrido un cambio que para muchos es inexplicable o les resultara difícil comprender. Una alianza ente los Partido de la Liberación Dominicana y el Revolucionario Dominicano, con fines electorales, no parece lógico, ni ético para algunas personas, pues durante años les vieron rivalizar, polemizar y confrontar desde el mismo instante en que un grupo de perredeistas encabezados por Juan Bosch dejó las filas de esa agrupación para fundar al PLD.
Contrario a lo que algunos puedan decir, la historia electoral del país ha sido también la de las alianzas entre partidos de diferentes ideologías o litorales, pues las alianzas en política son el resultados de acuerdos ente fuerzas diferentes y estas se hacen cuando se presentan coyunturas específicas y para conveniencias de las fuerzas que en ellas se aglutinan.
Es así como se han unido en el devenir de nuestra historia política desde la misma fundación de la república, liberales y conservadores, Horacistas y Jimenistas, Balagueristas y Wessinistas, Mpedeistas y Wessinistas, Izquierdistas y derechistas, , Reformistas y Peledeistas, Perredeistas y Reformistas y ahora Peledeistas y Perredeistas.
El Bloque de la Dignidad Nacional, El Acuerdo de Santiago, El Frente Patriótico Nacional, El Acuerdo de Santo Domingo, el Frente Patriótico, la Alianza Rosada y el Bloque Progresista, han sido alianzas conformadas por fuerzas y partidos de diferentes orígenes y prácticas diferentes, que se han unido por diferentes situaciones, pero siempre para ganar el poder político o para mantenerlo.
Frente a cada acuerdo político han surgido las críticas de quienes se les oponen y hasta se ha llegado a satanizar alianzas, pese a todo, las alianzas han sido y son el factor común de cada proceso electoral y el que se avecina, no será la excepción, aunque se le trate de descalificar, y se quiera argumentar que con dicho paso el PRD traiciona sus principios éticos, no es cierto porque el primer principio de cualquier cuerpo es seguir con vida y el rumoreado acuerdo garantiza la vigencia política de todos los actores involucrados.
En honor a la verdad de lo único que se puede acusarse al ingeniero Miguel Vargas, es haber pasado de la oposición al gobierno y eso no puede ser pecado pues, a fin de cuentas ese el propósito de toda agrupación política.
Desde la trinchera del PRM se acusa a Miguel Vargas de haber actuado contra los principios y la memoria del doctor José Francisco Pena Gómez, al apoyar la reforma constitucional que propone la reelección y al pactar con el PLD, y esto se esgrime como una verdad absoluta, cuando lo cierto es que ambos argumentos son falsos.
Quien eso afirmó lo hizo actuando como vocero y candidato del Partido Revolucionario Moderno, nuevo nombre de la Alianza Social Demócrata, ASD, fuerza que en las elecciones de 1996, se alió al PLD ayudándoles a derrotar precisamente al Dr. Peña Gómez en los comicios de ese año.
El candidato que afirma que la reelección es una traición a la historia de un líder y un partido, vierte sus expresiones acompañado de todos los actores que en nombre del PRD, modificaron en 2002 la Constitución para imponer exactamente el mismo texto que ahora se restaura en nuestra carta magna, como si la audiencia estuviera constituida por gente que padece de alzhéimer y viniendo a demostrar que el maní solo hiede en la boca ajena.
Peor aún, pues como lo demuestra la historia, en un discurso memorable dirigido al país, desde el puente de la avenida Padre Castellanos, antigua 17, en Febrero de 1990 el José Francisco Peña Gómez, propuso una alianza entre el PRD y el PLD ofreciéndose para ser candidato a la Vicepresidencia de la República, acompañando a Juan Bosch. Si eso no ocurrió fue porque Bosch sencillamente no lo acepto.
Quienes critican la posible incorporación del PRD al Bloque Progresista, acusando a su presidente de traidor a los principios y al líder, lo hacen días después de haberle cerrado las puertas de manera despectiva a la posibilidad de incorporarlo a una alianza opositora.
Lo cierto es que los adversarios de Miguel, ingenuamente creyeron tener el poder de ponerlo a jugar las cartas que a ellos conviene y tal parece que no es así.
