La línea que separa al ser humano de los demás miembros del mundo animal es la posesión de la razón. Se supone que siendo el hombre un ser racional, todos los actos conductuales que emanan de él debieran estar basados en la razón y la lógica.

Pero vemos con asombro cómo algunos miembros de la alta dirección del Partido de la Liberación Dominicana parecen que lindan más, en sus acciones, con el estado de irracionalidad animal que con el uso de la inteligencia racional. Es más, muchos animales demuestran una inteligencia natural que los impulsan a olfatear el peligro, reaccionando ante la amenaza para preservar su vida, por simple instinto de conservación.

Es decir, que ni siquiera los animales irracionales tienen una vocación suicida, pues, ante todo, buscan la manera de ponerse a salvo frente a sus depredadores.

De un dirigente político, máxime si forma parte de la alta dirección de un partido, o en este caso de lo que en algún momento fuera la estructura política (comité político del PLD) más poderosa que se ha conocido en la Republica Dominicana, se espera un accionar más inteligente, más mesurado, más racionar que el común de la gente, pues manejan información privilegiada para tomar decisiones más acertadas, saben siempre quien está arriba en la preferencia electoral y quien está abajo, quién puede ganar y quién puede perder, y como se va comportando el votante.

Es el caso de la actual dirección del PLD, cuyos miembros están más enterados que todo el mundo sobre las limitaciones e imposibilidad de que ese partido pueda regresar al poder en las actuales circunstancias, y más aún cuando pervive en las mentes de los dominicanos las razones por la que salieron del poder. Saben mejor que nadie que el contexto y la situación de crisis que estamos viviendo requieren otro tipo de liderazgo, y visión para enfrentar la actual crisis por la atraviesa el mundo y de la cual el pueblo dominicano no es la excepción.

Preguntas

Entonces, ¿cómo entender que, a estas alturas del próximo torneo electoral, la alta dirección del PLD no haya entendido que es hora de empezar a unir la familia bochista?

¿Cómo explicar el empecinamiento de seguir nadando contra la corriente, aunque vean próximo su ahogamiento? ¿Por qué se apuesta todavía a una causa perdida? ¿Cuáles pensamientos obnubilan sus mentes y sus razones para no dejarle ver claro que caminan hacia el abismo político?

¿Cómo es posible que permitan que los “contra-natura” manipulen sus mentes, bajos falsos criterios de que uno hace desaparecer al otro?  ¿Acaso no es el boschismo un denominador común? . ¿ O es solo una tozudez política y un ego personal que antepone sus intereses a los de los peledeístas de abajo?.

Frio cálculo

En la política nada sucede al azar, todo obedece a un frío cálculo que busca provocar un efecto deseado. Partiendo de esta premisa, hemos visto que el Gobierno y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), han emprendido un tenaz y furibundo ataque contra las fuerzas políticas que en diferentes grados están ligadas al boschismo.

Es en este contexto, donde hay que ubicar los intentos de desmantelamiento del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y las furiosas embestidas contra la Fuerza del Pueblo (FP), con la finalidad de impedir que el boschismo pueda volver a unificarse.  Así las cosas, vemos que el PRM maquina enfrentarse a una oposición dividida entre el PLD y la FP, dos partidos que tienen raíces y un tronco común afincados en el boschismo.

Dado que dichas organizaciones tienen en el boschismo un vínculo común fuerte que en el fondo los une, aunque en la superficie se vean muy separados e irreconciliables por heridas recientes, nadie quita que, si ambos se ven en el espejo de sus orígenes boschistas y se reconocen aspiracionalmente como tales, pueda tejerse entre ambas fuerzas, PLD y FP, un frente común para enfrentar los embates del perremeísmo gubernamental que busca destruir al PLD y desaparecer al boschismo como teoría política en la Republica Dominicana.

Y ese plan de destrucción no es una quimera, una suposición o una elucubración política sino una realidad que está en marcha y un plan que está en ejecución. Es así como hay que ver y traducir el patrocinio y el incentivo del transfuguismo y la compra de alcaldes y legisladores por parte del abinaderismo desesperado ante su creciente pérdida de popularidad.

Todo parece indicar que ciertos grupos dentro del PLD no han entendido bien esto, aunque otro sector sí parece que ya lo entendió. Sin embargo, en la FP, un poco más práctico, comprenden perfectamente esta situación. De ahí parece que la idea de la Fuerza del Pueblo es unificar el boschismo como paso previo para la conjunción de fuerzas con objetivos similares que beneficien a la nación.

De modo que, al embestir al PLD y a la FP, con más fuerza a este último porque lo ve más vulnerable, el PRM busca aprovechar las debilidades per se dé una oposición dividida, para ellos posicionarse mejor electoralmente ante la debacle interna en el partido de gobierno.

Pero este ataque frontal de descabezamiento va más allá de la coyuntura electoral, porque el mismo apunta a desaparecer el posible resurgimiento de los ideales boschistas, representados por las corrientes que en ambas organizaciones propugnan por el boschismo como guía y práctica para la acción política y el ejercicio del Gobierno.

De estas reflexiones, se desprende que el boschismo puede unir y cohesionar a las fuerzas coincidentes bajo un mismo manto político-ideológico, que a la vez reivindique y corrija el modo de hacer política para bien del país y de las organizaciones que enarbolen la bandera de sus nobles principios.

Ojalá que, en las filas del PLD, se tomen ideológicamente el tónico reconfortante y energizador que constituye el boschismo, como elemento catalizador de mejores y esperanzadores procesos políticos, y entiendan que en este momento la esperanza no solo es verde, sino que es más verde que nunca.

JPM