Estadio Quisqueya llevará el nombre de Juan Marichal

SANTO DOMINGO.- Ya está en el Poder Ejecutivo la nueva ley aprobada ayer por los diputados que designa con el nombre Juan Marichal al vetusto Estadio Quisqueya de la Capital.

La Cámara de Diputados declaró la pieza, de la autoría del senador Adriano Sánchez Roa, de urgencia y fue aprobada en dos lecturas consecutivas.

“Me siento muy agradecido y honrado de la iniciativa tomada por el senador Sánchez Roa de someter un proyecto de ley tendente a ponerle mi nombre al Estadio Quisqueya, es un gran privilegio”, dijo en una ocasión Marichal, al opinar sobre el proyecto.

La propuesta, persigue honrar al inmortal, y el primer dominicano miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, de las Grandes Ligas.

Precisamente esta semana, otro lanzador, Pedro Martínez, se convirtió en el segundo dominicano, en ser electo para el salón de los inmortales del béisbol de ligas mayores.

En la Liga Dominicana Marichal es el líder de todos los tiempos en efectividad con 1.87, ganó 36 partidos, 557.1 entradas lanzadas, 412 ponches, 32 juegos completos y 8 blanqueadas.

Marichal fue seis veces ganador de 20 o más juegos con los Gigantes de San Francisco en las Grandes Ligas.

El presidente de la Liga de Béisbol Dominicana (Lidom), Leonardo Matos Berrido, y otros líderes como Osvaldo Virgil, primer dominicano en debutar en Las Mayores y varios editores deportivos han respaldado este proyecto de ley.

En grandes ligas, Marichal terminó con récord de 243-142, con una efectividad de 2.89, completó un partido más de los que ganó (244) y 52 blanqueadas.

En seis ocasiones ganó 20 o más juegos y lanzó un juego sin hit. Participó en 10 Juegos de Estrellas y fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown en 1983.

Banco Popular es pionero autogeneración de energía solar

SANTO DOMINGO.- El Banco Popular Dominicano cerró 2014 con 40 oficinas fotovoltaicas en funcionamiento, las cuales proveen energía solar para alimentar sus procesos internos.

Con estas oficinas eco-eficientes, la organización financiera supera así sus propias expectativas y se convierte en la institución privada del país con mayor capacidad de autogeneración de energía solar para su abastecimiento.

 

Esta red fotovoltaica se puso en marcha en 2011 y solo el año pasado aumentó en 25 nuevas sucursales, alcanzando ya la quinta parte de las oficinas del Popular. Posee en su conjunto una capacidad instalada de 1.9 megavatios  (mW) de energía limpia, cifra que sitúa su producción energética por encima de los 1.5 megavatios (mW) que generan las siguientes empresas que lideran este ranking.

 

La producción de energía solar de estas oficinas energéticamente sostenibles permitiría, por ejemplo, iluminar hasta 625 hogares con un consumo promedio por vivienda de 500 kilovatios (kWh) hora por mes.

 

BENEFICIOS

 

En términos medioambientales, estas 40 sucursales contribuyen a una reducción ponderada de las emisiones de CO2 a la atmósfera, equivalentes a salvar anualmente 52,000 árboles.

 

Además, la iniciativa de expandir la red de oficinas verdes del Popular permite en la actualidad a la organización financiera ahorrar el 61% de la factura eléctrica de esas sucursales.

 

Al respecto, el señor José Hernández Caamaño, vicepresidente del Área de Ingeniera y Mantenimiento del Popular, indicó que el aumento del número de sucursales fotovoltaicas es “una prueba más del compromiso del Banco Popular y su casa matriz Grupo Popular para ser una organización financiera responsable en materia de ecoeficiencia energética y sostenibilidad medioambiental, aportando beneficios tangibles al país y un ahorro sustancial en cuanto al mantenimiento de las oficinas”.

 

“Se trata de una vía de aporte en el compromiso para el desarrollo económico sostenible de la nación”, explicó el ejecutivo, quien anunció que proyectan terminar 2015 con 32 nuevas oficinas fotovoltaicas, logrando un total de 72 sucursales con paneles solares y una capacidad instalada de 3.4 megavatios (mW).

 

En adición a este plan fotovoltaico, el Popular cuenta con sistemas automáticos que permiten tener un uso más eficiente de la energía, el cual incluye sensores de movimientos para controlar la luz y reguladores automáticos de aire acondicionado o del flujo de agua en los baños.

 

Desde un centro de monitoreo central, instalado en la Torre Popular, se registran y operan los niveles de eficiencia energética de la institución a nivel nacional, así como su equivalencia en términos de aportes medioambientales, junto a otros factores como la calidad del aire en las oficinas automatizadas.

jpm

Estado Islámico califica de «héroes» a los autores del atentado en Francia

BEIUT.- El grupo yihadista Estado Islámico (EI) calificó de «héroes» a los autores del atentado cometido ayer en Francia, que se cobró la vida de al menos doce personas, en un boletín informativo de su emisora de radio por internet Al Bayán.

La noticia del ataque en París abrió dicho boletín, en el que un locutor describió a sus ejecutores como «combatientes heroicos».

jt/am

El presidente Danilo Medina se solidariza con Francia por atentado

SANTO DOMINGO.- El presidente Danilo Medina expresó sus condolencias a Francia por el atentado contra la revista Charlie Hebdo, de Paris, en el que murieron 12 personas.

Dijo que «el Gobierno de la República Dominicana acompaña al presidente Francois Hollande y al pueblo francés en estos difíciles momentos».

«Condenamos con firmeza este doble acto de violencia en el que se han atacado no solo a personas, sino a la libertad de prensa», escibió Medina en su cuenta de Twitter @DaniloMedina.

El atentado supuestamente fue perpetrado por los ciudadanos franceses de origen argelino y residentes en París, Said y Cherif Kouachi.

Según medios franceses, los sospechosos fueron vistos este jueves en una estación de servicio del norte de la capital francesa, donde robaron comida y gasolina, y dispararon al aire al chocar contra el borde de la carretera en Villers-Cotterets, en el departamento de Aisne, en el norte de Francia.

jt/am

 

 

UE pasa balance de la ayuda a Haití cinco años después del terremoto

BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) pasó balance de la ayuda prestada a los afectados por el terremoto de Haití, de la que se han beneficiado uno de cada dos haitianos, cinco años después de una tragedia que causó la muerte de 222.750 personas, hirió a varios miles y dejó a 1,5 millones sin hogar.

«La UE ha sido capaz de apoyar a la población haitiana desde el terremoto en enero de 2010 hasta ahora, pues nuestra ayuda ha llegado a uno de cada dos haitianos», aunque quedan desafíos pendientes en términos de erradicación de la pobreza, estabilidad política y medio ambiente, precisó la Comisión Europea (CE) en un comunicado.

La cantidad de gente que todavía vive en campos de desplazados internos «se ha reducido hasta 85.000 personas», informó el Ejecutivo comunitario.

Entre 2014 y 2020, la UE aportará 420 millones de euros procedentes del Fondo de Desarrollo Europeo y destinados a áreas como desarrollo urbano, educación, reforma del Estado o seguridad alimentaria.

En cuanto al apoyo destinado al Gobierno de Haití, la CE se refirió al programa de 112 millones de euros implementado a principios de 2014 y dirigido a la modernización de las administraciones públicas, la mejora del sistema financiero, la transparencia y la lucha contra la corrupción.

Hasta el momento, la Unión Europea asegura que ha respondido a las necesidades de la gente con refugio, comida, servicios de salud, restauración de carreteras, colegios y apoyo a las autoridades haitianas en el proceso de reconstrucción.

Con el propósito de erradicar la pobreza, mejorar los estándares de vida de la población y fomentar el desarrollo socioeconómico a largo plazo, los Veintiocho aportaron un total de 883 millones de euros entre 2008 y 2013, recordó la CE.

Según la institución, este plan de apoyo ha mejorado la educación de 150.000 niños y ha garantizado la seguridad alimentaria de otras 750.000 personas en el país.

SDE: Promoverán capacitación e innovación en la industria del mueble.

SANTO DOMINGO ESTE.- El rector del Instituto Técnico Superior Comunitario (ITSC), Víctor Hugo Deláncer, y el presidente de la Asociación Nacional de Industriales de Muebles, Colchones y Afines (ASONAIMCO), Cristian Nolasco, firmaron un convenio de cooperación, a fin de promover la formación, capacitación, innovación y extensión de la industria del mueble.

ITSC dispondrá de apoyo logístico en lo referente a equipos, laboratorios y recursos humanos de alto nivel académico en las áreas de: diseño gráfico, diseño de interiores, tecnología de la construcción, industria del mueble, fotografía, desarrollo de software y tecnología de la manufactura.

Para dar inicio formal a estos acuerdos, realizarán encuentros con industriales y artesanos del mueble de la provincia Espaillat y San Francisco de Macorís en la comunidad de Villa Trina.

Las experiencias fomentarán actividades con núcleos productores en diferentes latitudes del país.

jt/am

Cuba: la «socia» lista y «roba» ilusión

Antes de hacer más extensivo este humilde aporte a través de este diario digital,  considero siempre plausible y de gran utilidad, describir algunos términos utilizados,  para de esa manera hacer más entendible los juicios y opiniones que tengo sobre determinadas situaciones de orden político. En consecuencia, vamos  a dislucidarlos.
Comenzemos con la palabra «socia» cuyo significado es: «Persona  o entidad que aporta capital a una empresa o compañía, poniéndolo a ganancias o pérdidas». Continuamos con «lista», este término tiene varias definiciones, pero para el caso que nos interesa lo utilizaremos como adjetivo con el significado de: » Diligente, sagaz, pronto, expedito, avisado.
Seguimos hasta llegar a la palabra «roba» que proviene del latín «raubare», cuyo significado es: «Saquear, arrebatar, quitar o tomar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno o hurtar de cualquier modo que sea posible». Y, por último,  completamos el título del artículo con la palabra «ilusión», que no es más que: «Concepto, imágen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por el engaño de los sentidos» Explicado esto, vamos a la exponencia de mis humildes criterios.
Cuba la «socia» 
Si hay algo que ha caracterizado a la revolución castrista desde su triunfo el 1ro. de enero de 1959,  es que de soberana e independiente no ha tenido ni siquiera sombra. Su vida política ha sido en un permanente «matrimonio» de conveniencia que se inició con  la desaparecida URSS y ha continuado con su colonia actual Venezuela.  La isla castrista  sí ha sabido ejercer su papel de «socia»,  pero sin aportar nada al capital ajeno. Si alguien lo duda, pregúntenle a los rusos que después de su desplome como principal exponente del socialismo a nivel mundial, se la quitaron de encima por ser una garrapata política.
Cuando el 25 de diciembre de 1991, Rusia firmó el Tratado de Belavezha y, por ende, se declaró la disolución de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), eso se constituyó para el dictador Fidel Castro Ruz en un gran problema  que lo motivó ha aparecer en la televisión cubana y anunciar lo que se conoció luego como el «Período Especial» para hacer frente a lo que se venía llegar ante una nación que su aparato económico de producción, las industrias y empresas del sector privado habían sido nacionalizadas y convertidas en ruinas. Fue el epílogo de ocho años de miseria, hambre, atrasos y penurías que llevó a los cubanos al borde de la locura persistiendo aún  sus secuelas.
Bajo esa anómala situación, les llegó  el nuevo «salvavida» político en las manos de un Tte. Coronel venezolano, hambriento de fama, lleno de resentimientos, odios  y con un espíritu megalómano y traicionero inmenso : Hugo Rafael Chávez Frías. No debemos dejar pasar por alto que, cuando los rusos se alejaron de la «isla Felicidad»,  y antes de la llegada del traidor de Chávez, la Cuba de Fidel cortejó al  dragón asiático que tiene los ojos oblícuos: los chinos de Mao. Las deudas del «líder» barbudo con el Oso Mayor y con el Dragón Rojo, ha sido siempre un secreto de Estado,  para ocultar con ello una verdad resplandeciente: el socialismo castrista ha sido un rotundo fracaso. No solo acarreó gasto sostenerlo, sino que Cuba no paga. Por eso,  hace poco Putin les condonó los US$40,000 millones que les debían a Rusia y los chinos se han hecho los olvidadizos con los US$26,000 que les tocan a ellos. Con una «socia» así, como dicen el el campo dominicano: «No hay ternero que llegue a buey»
Cuba  la «lista»
Si  algo  hay que reconocerle al sátrapa cubano, es que donde pone el ojo, sin lugar a dudas, saca ventajas políticas y, sobre todo, económicas.  Siempre he sostenido en mis humildes colaboraciones,  que Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz,  es un comerciante político a carta cabal.  Cuando en noviembre de 1975 Castro inicia la «Operación Carlota», al enviar tropa cubanas a Luanda, Angola,  situada  en la lejana Africa, como buen hijo de  Paul Joseph  Goebbels, hizo creer al mundo que la misma no era más que una solidaridad internacional frente a la política del «apartheid’ de Sudáfrica. Ese fue el «cebo» de imágen política que el tirano esparció al mundo y al pueblo cubano, para llegar a enviar durante 16 años de presencia cubana a más de 300 mil soldados y exponerse a combatir a miles de kilómetros de distancia allende a sus lares.
Después de  cuatro décadas de ese hecho, en donde más de dos mil soldados cubanos perdieron sus vidas, la historia registró y nos muestras con la fría realidad de los hechos, el verdadero y único interés de esa operación «libertadora» del tirano. Hoy, la tiranía castrista aún tiene presencia en Angola y obtiene jugosos beneficios. Instaló una de las dictaduras más corrupta que ha conocido Africa en toda su historia política: la de José Eduardo dos Santos. Violador de los derechos humanos,  torturador, asesino cruel, represor político y de la  prensa. Mientras dos tercio del pueblo ugandés  vive en exterma pobreza y sobrevive con apenas dos dólares al mes, su hija primogénita,  Isabel dos Santos, es la mujer más rica del continente africano con una fortuna estimada en unos US$1,300 millones de dólares de acuerdo a la revista Forbes.   Y los Castros qué?
La dictadura castrista tiene en Angola un pingue negocio muy lucrativo. Hay 1,700 «profesores», 1,900 médicos y más de 1,800 otros profesionales en diversas áreas.  Tiene presencia en los estamentos militares de la nación y los cubanos son los que construyen la gran mayoría de  obras e infraestructuras del gobierno. De la misma manera, intervienen en las ricas minas de diamantes que hay en esas tierras. Esa nación se ha convertido en una cantera de trabajos para los cubanos que son visto con «admiración’ por la dictadura de dos Santos. Vale destacar que la dictadura angoleña lleva ya 36 años en el poder.
Un dato muy curioso para que se pueda comprender el fruto de los Castros en Angola, es pasar por donde está ubicada la embajada de esa nación en Cuba. La misma está en el Reparto Miramar, específicamente en la 5ta avenida y en ella  a diario usted puede apreciar una cola larga de cubanos buscando la visa  angoleña para (como se diría en buen dominicano)  «írsela abuscar como un búfalo»  en la nación africana, al  tener Cuba en sus manos  la construcción de diversas obras  físicas  y toma de decisiones  en esa nación africana.  Solidaridad revolucionaria u oportunismo político ?  Medítelo usted.
La Cuba «roba ilusión»:
Fidel Castro tuvo un respaldo de un pueblo que en el 1959 pensó que había venido un «redentor» que haría todo diferente y para bien de lo que había sido el gobierno corrupto del sargento Fulgencio Batista Saldívar. Ha sido una gran desilusión, pues en 50 años de una feroz dictadura cruel y sanguinaria, Cuba se ha estancado en comparación a otras naciones.  Hay hambre,  miseria,  falta de libertad,  dictadura de un solo partido,  nula libertad de expresión,  ni el libre desplazamiento y albedrío. La huida de miles de cubanos hacia otras partes  es constante y  han convertido la isla en una gran cárcel domininada por una familia. Ha sido el precio que ha pagado el pueblo cubano. La Cuba castrista les robó la ilusión a un pueblo noble.
Pero, sólo la ilusión le ha robado la dictadura a ese pueblo? Claro que no. Los hermanos Castros no sólo le han robado al pueblo cubano muchas cosas, entre ello lo más preciado en todo ente humano: la libertad, sino que, además de eso, le ha robado y le sigue robando a Venezuela, una nación cuyo gobierno entreguista y traidor ha sido su balón de oxígeno durante tres lustros. Me explico:
Mientras Venezuela sufre una crisis sin precedentes, sus reservas internacionales han caído abruptamente, padece escasez de alimentos y medicamentos en un 60%, hay una inflación  rondando el 100%, con una caída del 4% del PBI y sus llamadas «Misiones Sociales» están a punto de ser incosteables, sale a la luz un cable de la agencia de prensa «Reuters», en donde el propio Ministro de Economía y Planificación Marino Murrillo, anunciaba «El fortalecimiento» de las Reservas Internacionales de Cuba (RRII) el pasado año (2014),  debido a dos componentes muy «sui géneris»: el ingreso de US$1,700 millones por concepto de las «remesas» de los «gusanos de Miami» y la suma de US$765 millones de dólares por concepto de la «reexportación del crudo venezolano» O sea, en otras palabras: el gobierno castrista reevende a otras naciones el excedente del petróleo que le sumistra gratis su colonia Venezuela.
Por si usted no lo sabía, desde los tiempos del «Comandante Eterno y Galáctico ( cosa que él negaba) hasta el actual del Autobusero Colombiano, Venezuela le suministra a Cuba 105 mil barriles diarios de petróleo gratis de los cuales Cuba solo consume 83,mil y el resto lo reevende.
!!Eso es solidaridad revolucionaria!! No cabe duda alguna, que hay delirios políticos que solo tienen cabida en mentes  enfermas y en corazones malvados. Lo triste es  que son  los pueblos los que pagan las consecuencias. Ese fue el delirio de Hugo Rafael Chávez Frías por sus amos antillanos.

2015: balada del posmoderno

Comienza el año 2015 y el motor de mi carro Toyota Camry ruge, mientras oigo a Edith Piaf, la diva de mis sueños, la bien querida, la que me bate el cobre repiqueteando las erres en su francés finísimo, multivibrante y lírica, cuando canta “La foule”. ¡Oh, Edith Piaf, atraviesa conmigo la ciudad, tan real en ese último concierto en vivo que suena a muchos años de su muerte; y la oigo toser como una tuberculosa, como si estuviera ahí, viva y desafiante!

Desde la ventana cerrada de mi carro que ruge, refrigerado el visor por el que ausculto el mundanal ruido de los demás, sé que soy un hombre posmoderno trotando en una media isla cubierta de inequidades. Navego en el internet, hablo por teléfono celular, doy, engolado, las señas de mi correo electrónico, y desde la buhardilla de mi auto me siento un astronauta del espacio global. Para rematar, cito de vez en cuando a Lyotard y me enfrasco en grandes disquisiciones propias de un hombre globalizado. También dejo caer, como quien no quiere las cosas, una frase rotunda del mago de la incertidumbre, el entrañable Cioran. ¡Estamos en el 2015!

Estoy sublimado por mi lugar en el mundo, desde una media isla polvorienta; y casi lloro, si no es por el maldito muchacho que me saca de mi arrobamiento, lanzándome la esponja con jabón y agua contra el vidrio del carro, desde una cierta distancia, y metiendo su cara pedigüeña en el parabrisas. Estoy en la 27 de Febrero con Lincoln, la perturbación me empuja a mirar hacia otra parte: la vieja que pide limosna con la piel colgándole da la impresión de estar derritiéndose bajo el sol de la Isla, un tipo estruja la cara de un bebé perrito en el vidrio de la puerta, el otro me oferta un zapote que muestra una esquina roja, un limosnero me intimida mostrándome la sonda que le viene del bajo vientre, entre gasas con mercurio cromo que simula la sangre. El muchacho que arrastra la silla de ruedas con un minusválido se encima en la puerta y miro. Siento el golpe seco en la ventana opuesta y volteo: alguien me enseña el muñón de un brazo que ha sido, según parece, recientemente amputado. El policía de tráfico es un pozo de sudor, aunque el falso invierno en la isla enfría el aire. De pronto estoy consciente de mi dualidad, de la infamia de una sociedad que excluye a las mayorías, de la mezquindad de esas humildes formas de la gloria en las que un pequeño burgués se regodea. Porque estamos en el 2015, soy un hombre posmoderno, pero muy poca cosa ha cambiado en mí entorno.

El semáforo da un cambio de luz y vuelve a rugir el motor potente de mi Toyota Camry, el retrovisor aleja lentamente las imágenes condolidas que atrapé en mi mirada, y vuelvo a ser el “otro”, el posmoderno que trota en las calles de una ciudad contradictoria y hostil. La experiencia contemporánea incorpora de manera natural el insospechado poder de un carro que ruge. Lo posmoderno es una sensación mágica de que los límites no existen. Y es, también, el naufragio del mito de la humanidad. ¡Oh, Dios, la modernización se va cada vez más pareciendo a un engaño!

Edith Piaf repiquetea las erres subiendo la melodía, cantando “La foule”. Es la diva de mis sueños, la bien querida, la que bate el cobre de mi corazón con su voz impecable. Soy un hombre posmoderno que sigue su marcha. Edith Piaf sonando en mi casetera. Atravieso, por fin, la 27.

¡Oh, Dios, hemos llegado, casi sin saberlo, al año 2015!

Duarte: ¿Glasnost o Perestroika ?

El momento histórico que vive la nación dominicana me retorna a dos vocablos  del  ex líder soviético Miguel Gorvachev: Glasnost (apertura) y Perestroika (reconstrucción); irónicamente, los dominicanos necesitamos una cosa y la  otra.  La defensa de  la soberanía no puede ser una componenda de mezquinos asuntos políticos; decir, necesitamos de una apertura democrática y una contundente reconstrucción del Estado dominicano.    El territorio del pueblo dominicano abarca  lo más  razonables principios de la lógica humana para reconfirmar su derecho como un estado libre de toda ingerencia extranjera.   De permitir la continua salida del nacional dominicano; de permitir la continua violación a nuestras leyes migratorias   con anuencia del Caballo de Troya de las ONG y  ONU, con la intromisión flagrante de los Estados Unidos,  Canadá, y  la Comunidad Europea, es preferible que se hunda definitivamente la isla. ¡Y si los impostores insisten vamos hundirla! Los dominicanos ya  no podemos esperar de brazos cruzados  el  acelerado proceso de desnacionalización, auspiciado  por el más vulgar desprecio de las potencias extranjeras. En España, por ejemplo, a los suramericanos se les llaman “Sudacas”; y en EU. UU,  definen a los de ascendencia latina como “Hispanic”, sin observar  de que  país de América Latina provenga el emigrado. O sea que tanto para  los españoles y los norteamericanos, no existe  un concepto  racional y lógico de las diferentes culturas latinas que conversen en estos respectivos países. Pues, para fortuna  los dominicanos ya no tenemos que escudriñar las recetas de Carlos Marx para darnos cuenta de que contamos con una obra visionaria y comprometida: “El ocaso de la nación dominicana”, que sin rodeos  sienta en el banquillo de la historia a esos intelectuales  mercenarios que  se enlistan  en las nominas de las empresas públicas; se escudan bajo la férula del político corrupto que se apodera del erario publico; o un sequito  de las entidades  más letales de la nación dominicana: los jesuitas y la retahíla de ONG haitianas que operan en toda la geografía nacional en comandita con tecnócratas,  anidados en  la polilla palaciega. Y no seria exagerado referirlos en dos grupos: ese ejército de timoratas que militan en los tres  partidos mayoritarios y el grupúsculo de pseudos izquierdistas que pertenecían a las desaparecidas parcelas ideológicas.
Nuestros presidentes sino exhiben un comportamiento díscolo, se expresan en un lenguaje de plaza publica que  se les distingue por  un alud de argumentos pueriles.  El  primer ejecutivo, además de agradarse en palabrerías,    se aferra  a esos falsos salones académicos con que intenta deslumbrar a las masas empobrecidas de la nación.  Olvida que si de algo podemos sentirnos satisfechos los dominicanos, es habernos  tocado vivir en la simplicidad de un modesto y asediado territorio. El pueblo dominicano debe exigirle al gobierno militarizar completamente la frontera; de lo contrario seremos nuevamente invadido por la miseria y las enfermedades endémicas del vecino. El Presidente es  un albacea que con juicios anodinos, primero impresiona y luego confunde,  y decepciona. Nuestro presiente, no representa el verdadero compromiso que requiere la Patria; se siente acorralado por los chantajes del Caballo Troya. ¡Yo diría cómplice!  Esos rasgos hospitalarios natural de nuestro pueblo ya son exequias del espejismo que desde el Norte y desde Europa, son insertados   en la geografía nacional. Esto  explica la  separación de la nación en dos comunidades en exterior: una rechazada por el desprecio de la actual administración  en complicad con la oligarquía y otra que al galope, se funde con ¡la despavorida marejada de haitianos!

Este doloroso preámbulo me hace reflexionar  que en nuestra nación, aquella parábola cristiana seria una bachata repetida: ¡ya todos tenemos las manos llenas del peculado! La corrupción, como se le ocurrió a otro corrupto mandatario, ya no  se detiene en la puerta del despacho presidencial. Admitir la culpabilidad es un relajo;  relegar responsabilidad es algo cotidiano; vivir apegado a lo fácil es  norma. Y que el primer mandatario bendiga a los funcionarios forrados con los dineros del pueblo, es un bello espectáculo de mediodía. A nadie sorprende que se escape un  narco con la mirada cómplice del agente de turno; ya es  rutina del Juez de turno. Ya el pueblo está acostumbrado a oír   que ese mismo Juez, con pasmosa complicidad otorga “Habeas Corpus” en sonados casos delictivos.

Y al final, el indocumentado haitiano asume que es   parte de las jugarretas de un Estado en pleno colapso; de un gobierno con los pies en las fétidas aguas del río Haina. La nación observa que su Presidente ha perdido su personalidad jurídica para sacar sin contemplación a esa marejada de invasores que merman el espíritu de una nación pacíficamente receptiva. Y la nación  impávida remueve los huesos de Duarte; y despavoridos nuestros vecinos  deambulan  por las calles en franco oficio de buhoneros y otros atosigados en los cañaverales, resisten retornar a su propio infierno; otra gran mayoría insalubre es explotada por las mafias de la construcción: unos y otros,   se afanan en las plegarias  de su héroe, etnocentrista y racista: Jean Price Mars, artífice  de la negritud como ideología.  Me atrevo decir que en el espíritu retorcido de aquellos que no cruzan la frontera por tener ciertos privilegios raciales, claman a sus luases a que el presidente Jean Pierre Boyer, se levante de su tumba. Pero, Duarte regresó desde de las selvas de Venezuela e hizo una parada a tiempo prudente y justo: Duarte ha decidido pasar un temporada en  Nueva York y desde allí inicia su nueva tribulación para sacar esa marejada de invasores que corroe el espíritu de la nación.

Duarte nos independizó  con la finalidad de que la nación dominicana sea patrimonio exclusivo de todos los dominicanos:  de los que han emigrado por la rampante corrupción  de todos sus gobiernos  y de los  marginados de la riqueza nacional que tienen como norte el horizonte sombrío de una frágil embarcación.   No existe  fuerza moral para que esa marejada de indocumentados haitiano, pretenda imponer la dictadura del más débil. Y lo que es peor: el  gobierno de turno carece de carácter  para cerrar definitivamente la frontera a esos invasores  que destruyen el patrimonio del pueblo dominicano.  Nuestra historia   ha escrito con sangre y sacrificios su  determinismo histórico. Y el vecino del otro lado de la frontera ve su propia desgracia como un resultado de nuestro progreso.

No tengo otras palabras para afirmar con fuerza duartiana: el resentimiento se ha apoderado de nuestro vecino.  No podemos permitir que un grupoides de insensatos dominicanos que sustentan a esos miles de indocumentados, infiltrados por esa porosa frontera, nos entorpezcan  nuestros derechos a la bandera de Maria Trinidad Sánchez; vuelvan a entorpecer  las históricas notas que como legado heroico nos dejó  José Reyes, nuestro Himno Nacional.   Derramaré hasta el último aliento; la última mirada; la última gota de sangre tiene que ser para seguir el legado de Duarte ya que unos malvados dominicanos se han vendido por un plato de lentejas. Pero existimos una generación que jamás permitirá que nos priven del digno derecho de ser Dominicanos Libres.

Nunca nos rendiremos a la presión de esos débiles que destrozaron su nación y ahora quieren volver disfrazado del aquel Sátrapa que nos privó del idioma de Cervantes; cerró la Universidad Primada de América; y por 22 largos años violaron a nuestras mujeres; masacraron a niños y niñas. Un invasor resentido; un impostor que forzó la salida de un gran por porción de dominicanos al exilio; privó a los dominicanos de todos sus derechos civiles.  Y hoy ese mismo invasor diezmado y  aferrado a  la lastimosa dictadura del más débil ha ido imponiendo un deplorable patrón de conducta: ha  violentado a la calidad de vida que el dominicano había ganado a fuerza de coraje; a fuerza de haber soportado a dos invasiones en un mismo siglo de la primera potencia militar y económica del mundo.

Hoy, la izquierda (si es que algo queda de la resaca) se ha postrado a los arreglos de una oligarquía que  sirve  su  bandeja oportunista; una bandeja servida a una minoría que siempre se ha apoderado de los recursos de Estado. Hoy, no se si hablo de los residuos de  la izquierda o de unos mercenarios a la caza de las boronas del gobierno de turno. Y cuando las cosas no salen para su macuto acuden al marxismo; se escudan bajo  la sombrilla del Timonel Chino; y al final, se dicen que así pensaría Lenin; o que Ho Chi Min nos puede enviar una aspirina del bambú vietnamés. Una izquierda que siempre ha puesto en un costado ideológico el inmerso sacrificio de Duarte; las gestas heroicas de los Trinitarios; y la valentía del Centinela de la Frontera: Antonio Duvergé;  y el intento honorable del coronel Caamaño y el coraje de Los Palmeros…

Jamás restaría meritos a la obra del Libertador Simón Bolívar; sin embargo, Duarte tuvo la grandeza de hacernos libres mediante una lucha frontal  contra un invasor implacable que pretendía enajenar los cimientos de nuestra cultura. ¡Un invasor que puso en la conciencia de su nación un crónico sentido de culpabilidad; un alud de prejuicios raciales; un escamoteo latente a nuestra soberanía!  Y ese mismo invasor, hoy  lo tenemos incrustado en el estomago de la nación. Pero, jamás ha podido quebrar nuestra alma de pueblo libre; no ha podido lacerar nuestro espíritu de pueblo apegado a la lengua de Cervantes; a los cimientos de la fe cristiana; al razonamiento lógico de la propiedad privada; a la hospitalidad; y a algo intrínsico  del pueblo dominicano: ¡un alto grado de tolerancia!

Jamás hemos sido un pueblo sanguíneo; un pueblo apegado a la ciega venganza contra nuestros enemigos; pero, si poseído  de valentía ya probada en el campo de batalla:   Es decir, Duarte,  prácticamente creó un Estado libre que bien encaja en la fantástica prosa de Homero.

Nuestra lucha no es sólo contra el invasor; nuestra lucha es contra una  oligarquía evasora de sus compromisos con el fisco; una oligarquía  que utiliza un arsenal de marrullería para debilitar las funciones sociales y jurídicas del Estado. Una oligarquía  que se aprovecha de una fuerza laboral indocumentada; una fuerza laboral afectada por lamentables problemas de salud; una fuerza laboral que emigra para acotejarse a  esos países que evitan a todo costo la presencia  de nacionales haitianos  en su propio territorio. ¡La desprecian por su bajo índice de salubridad;  rechazan su bajísimo índice  educativo; no la aceptan  porque carece de las mínimas destrezas de tecnología laboral! Y en esta desgracia participa un gobierno desmoralizado, atrapado en el lastre de una galopante corrupción; un gobierno que rinde culto a los delincuentes que  introducen toneladas de drogas por una frontera que sirve para cuatro desgraciados propósitos: el tráfico de indocumentados;  droga; armas ilegales; y contrabando.

 Las  mafias de ambos lados de la frontera,  realizan contrabando de alimentos a precios tan elevados que nos les queda otra alternativa a los niños del vecino que la goefafia (prospección a comer tierra). Esos indocumentados alimentados de tierra son empleados por las mafias de la construcción; y luego defendido por el Caballo de Troya y los Jesuitas.  Las mafias de las constructoras deberían darle seguro medico; pagar un salario decente y cubrir los gastos de retorno hacia su país. Sin embargo, esos emporios les cargan esa enorme masa de indocumentados al presupuesto de un gobierno corrupto que, en vez, darle un mejor sistema a sus nacionales tiene que por presión interna y foránea que  compartir  los escasos recursos del Estado entre una desamparada clase nacional y unos invasores defendidos por el  Caballo de Troya, ferozmente defendido por esa legión de intelectuales y escritores timoratas y chapuceros.

Dominicanos: mirar hacia atrás nos espera una estatua de sal; marchar  firme hacia la frontera y exigirle a nuestro gobierno que haga cumplir la Constitución; y aplique sin remilgos  la función legitima del Estado. Nuestra lucha es una  defensa legítima del territorio nacional. He aquí la indecencia  de un invasor  que cruzó la frontera y se afianza en toda la geografía nacional sin tirar un sólo tiro; un invasor que acelera nuestra desnacionalizaron, apoyada en la chapucería  de una red de mercenarios  que legalizan el derrumbe del Estado dominicano. Y, no hay que ir muy lejos para nombrarlos  por nombres y apellidos: Ramon Veras, Lil Despradel, Pablo Marinez, Baez Evertsv; sin que esta desgracia falte el más traidor de todos:  Carlos Dore y Cabral, adscrito a las patas del Caballo de Troya cuya más revelante jinete era Salange Pierre, ex  directora de MUHDE, reina del chantaje  de todas las ONG, auspiciadas en los afanes de las dadivas, tanto nacionales como internacionales.

El gobierno tiene la obligación de acelerar un  proceso para eliminar la nacionalidad dominicana al sequito de infiltrados que aun actúan en comandita bajo la sombra pecaminosa de Solange Pierre.  No puede faltarnos la  cínica  presencia del Centro Puente, dirigida por Pierre Ruquoy que insiste en cargarle al Estado dominicano esa marejada de indocumentados, sin darse cuenta que bien debería ser expulsado de nuestro territorio para busque el horizonte oscuro de su propia desgracia. Desagraciadamente,  nuestro  gobierno carece de principios para echar a esos parásitos del territorio dominicano. Ah! si estos agentes larvarios tienen como aliado al perverso Carlos Dore, un personaje que tiene la sagacidad de las polillas para devorar las astronómicas dadivas y remesas que recibe el Caballo de Troya de potencias extranjeras.    Ruquoy y Pierre, por ahí maniobrando y otra en infierno,  los alguaciles  del vodu que representan los otrotas propósitos del presidente Boyer: hacer de la nación  dominicana una provincia del poder dictatorial haitiano.

Ruquoy y Pierre no desisten en su plan de anexar al pueblo dominicana a su propia nación; una nación sepultada por las manos tenebrosas de su  propio fatalismo histórico.  Y al fin, la nación dominicana jamás podrá ser una finca proselitista de partidos políticos que no pueden  denunciar esa delincuencia incrustada en los mecanismos del Estado. Un Estado en tales circunstancias necesita una lucha frontal en dos niveles: combatir las fuerzas oportunistas que desvían las luchas  del pueblo; y sin reticencia  expulsar del territorio dominicano   a esos miles indocumentados apadrinados por agentes larvarios de las ONG y un sequito de pseudos intelectuales insisten  en falsifican la verdad histórica de la guerra dominicano-haitiana.  Las 145 ONG registradas en toda la geografía nación no escatiman esfuerzos para el derecho internacional suprima la sóbrenia   nacional; reciben e invierten grandes recursos para pulverizaran definitivamente  los derechos nacionales, proponiendo una política de frontera abierta que haría imposible la repatriación de los nacionales haitianos del territorio dominicano.

He aquí el desdeñable proyecto de Rubén Silié, director de la ONG, FLASCo en contubernio con Carlos Dore, ambos antiguos miembros del Partido Comunista Dominicano cuyo Secretario General Narciso Isa Conde  apoya rotundamente  que esa marejada de indocumentado formaría causa común en la quimérica revolución proletaria que durante décadas trataron  de importar desde la desparecida Unión Soviética.

No tenemos capacidad; no tenemos presupuesto; no tenemos territorio para absorber esa enorme marejada de indocumentados que definitivamente  ahogaría  al Estado dominicano. Haití  siempre se ha esforzado en establecer en toda la isla  un Estado negro centrista.  Prima en el negro haitiano una falsa  supremacía étnica basada en un aluvión de taras y prejuicios raciales demostrados a lo largo de todos sus fracasos como un Estado  creado en una nación en una fallida.  Sencillamente, los haitianos destrozaron su nación y provocaron un acelerado desmantelamiento de su Estado. Y ahora se nos quiere facturar las ruinas de la nación haitiana como una forma de acusarnos de esclavistas  ante los ojos de la opinión publica mundial.   Ningún dominicano puede asumir el más leve sentido de culpabilidad por la tragedia de Haití. Aun si debemos tener un elevado sentido de humanidad. Ellos en su territorio y los dominicanos en el suyo. ¡La isla es una pero dividida! Pero jamás debemos cargar con  el pesado fardo de la desgracia ajena. Se necesita una política de braseros que  respete a la dignidad humana. Evitar a la explotación indiscriminada de trabajadores. Evitar  los abusos de los dueños de plantaciones: el gobierno tiene que aplicar  mano dura con  las mafias  constructoras.  Pero en esta ensalada resalta  el aderezo cómplice de ciertos funcionarios  de un gobierno representado por  una chancillería anacrónica.

De ahí se ha expandido la falsa creencia de  vaguedad y negligencia del dominicano; un razonamiento levantado por la prensa en manos de la oligarquía. Y bautizado por la ranciedad  de los prejuicios etnocentristas del intelectual dominicano. Y de paso, la izquierda se esfuerza en juicios fracasados para definir a los buhoneros; en llamar lúmpen  proletario al dominicano de las barriadas. El intelectual prefiere recitar los postulados de Lenin en vez de entender porque el campesino dominicano vende su parcela para comprar un viaje al extranjero. La razón es única: los créditos van a las arcas públicas y de allí a las manos del político corrupto. Los izquierdistas no pueden explicar que los dominicanos quiérase o no, hemos adquirido otro nivel de vida. Aplican las teorías de Marx a  todas las lucubraciones de su mentalidad de típico aldeano atrapado en la insularidad.  ¿Y por qué tenemos que trabajar en la insalubridad de un ingenio? ¿Por qué tenemos que trabajar sin seguro medico y por centavos?  Nuestra oligarquía nunca ha  tenido en sus hombros la presión de un gobierno que represente los intereses de la mayoría;  una gran mayoría totalmente marginada de nuestra riqueza. Y peor aun: una mayoría a la que se le aplica en todo su rigor el animoso peso de un aparato judicial totalmente corrupto. ¿Por qué el dominicano ha creado riqueza y respeto en otras naciones? ¿Por qué nuestro gobierno apoya el desprecio de sus nacionales en el exterior?  Nuestra oligarquía tiene sobrada razón para despreciar al nacional que ha salido para buscar un cambio de vida. Los emigrados dominicanos somos victimas también  del atropello de una oligarquía que siempre se ha burlado de  la Constitución; una oligarquía que nunca he tenido fe en la nación. Nuestros empresarios corporativos siempre han sido una jauría de marrulleros. ¡Salvo una escasa minoría  de empresarios  que sí invierten en el progreso de la nación!

No hay que ir muy lejos para saber que los emigrados  sentimos el desden de la clase pudiente; y del aparto burocrático que administra al Estado. Y lo peor de todo: con la anuencia del gobierno se nos margina en su totalidad del Estado: ¡No participamos de tres poderes establecido en la Constitución! Y los partidos mayoritarios, ya conocidos por el saqueo a la comunidad en el exterior, no tienen moral para exigirnos, mucho menos para representarnos.  En este alud de infamias se ganan la vida esos indocumentados del otro lado de la frontera. Y para mitigar sus lamentos descargan su frustración visceral contra el dominicano que ha sido empujado a compartir esos mismos infortunios, precisamente, en esas esos países que si pueden tienen estrictas políticas migratorias. Pero, esos mismos países tienen que tienen una inmensa capacidad para absorber en sus respetivos  territorios una notable cantidad de emigrados. Por supuesto que este no es el caso dominicano.

En la actualidad, el  dominicano busca superar sus obstáculos en una rustica embarcación y luego  se inserta en  una nueva nación dispuesta a absorber su fuerza laboral; pero, ese mismo dominicano muy a menudo no tiene obstáculos cuestionados sobre su salubridad. Lamento que esa misma suerte no protege al vecino del otro lado; rechazado por las principales potencias que bien deberían aceptarlo en sus respectivos territorios. Y como algo  despectivo, los EE. U.U., y Canadá, con anuencia absoluta de la Comunidad Europea, pretenden tratar a los dominicanos como una manada de gente inculta y fundirnos en la galopante miseria del  vecino. Si  tanta es la preocupación de Francia  en salvar su prestigio militar, destrozado por  su antigua colonia, bien puede cederle su territorio  a una nación ya desarticulada cuyo principal apologista Price Mars, pregona que nuestra diferencia es por asuntos de raza;  y confundidamente, nos insulta y nos dice  somos  “bovarystas”. Mars acusa a los dominicanos de creernos demasiados cuando no somos nada. Y nos reclama nuestro pasado  africano  como fantasma de aposento.

Pero, ya los dominicanos conocemos  esos fantasmas que  Manuel Núñez describe con exquisita madurez. ¡Mir diría, con valentía! Ni el ritual endemoniado del vodú ha podido convencernos que una parábola cristiana podría perder su magia en el alma desconsolada.  ¡Oh, alma de Américo Lugo! Mars se gastó cientos páginas para repetirnos a todo pulmón sus dos vocablos recurrentes:  “Racistas y prejuiciados”.  Que lastima que Mars no se diese una vuelta por Washington Heigths y viese la fuerza viva de los dominicanos; viese el espíritu con que su vecino soporta el ruido del tren urbano para enviarle a los suyos la espina dorsal de nuestra economía: ¡Cientos de miles dólares en remesas!    ¡No somos invasores; nunca hemos invadido a ningún país sobre la tierra; la invasión no está arraigada en la conciencia del dominicano: el ideal de Duarte fue pura y simple enseñarnos a ser libres! Por eso, no hemos emigrado para recostarnos en una tabla de salvación.

La vaguedad no se registra en nuestra conciencia colectiva. No hemos emigrado para ser náufragos en una laguna de lamentos.  ¿Si nos hemos enfrentado a tantas adversidades por qué no pedemos rescatar nuestra nación?  ¿Por qué no podemos sacar a los indocumentados del territorio nacional? ¿En qué madriguera se esconde esa intelligensia rancia que siempre ha cazado sus postulados marxistas en la medianoche?  Dichos intelectuales han padecido de un mal común: ¡falta de lealtad a la idea de nación!  Parece que Américo Lugo  previno a Duarte que esos agentes larvarios   serían luego amamantados por el erario público y por las dadivas de esos organismos internaciones que se prestan a  destrozar  la soberanía del Estado dominicano.

Como tenemos un presidente comprometido con la soberanía dominicana y unas Fuerzas Armadas siguen alejadas del espíritu de  la nación, los dominicanos debemos ya estar preparados la lucha armada contra el invasor haitiano.

Y, finalmente, desde Washington Heights, el general Juan Pablo Duarte  anuncia, exige y ordena  su Glasnost y Perestroica: ¡Dominicana para los dominicanos!

ROMA: El Papa Francisco denuncia «crueldad humana» en atentado París

CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco denunció este jueves la «crueldad humana» en el atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo y pidió rezar por las víctimas durante la tradicional misa matutina que oficia en su residencia, la Casa Santa Marta.

«El atentado de París nos hace pensar en la mucha crueldad humana. En tanto terrorismo, tanto el aislado, como el de Estado», afirmó el papa, según informó Radio Vaticano.

«¡De cuánta crueldad es capaz el hombre!», exclamó Francisco, para después invitar a los presentes a rezar por las 12 víctimas y los heridos del ataque de ayer en la redacción de Charlie Hebdo.

El pontífice argentino también instó a rezar «por los crueles, para que el Señor cambie su corazón».

Francisco ya expresó ayer su «firme condena por el horrible atentado» que ha sembrando la muerte, «sumiendo en la consternación a toda la sociedad francesa y perturbando a los amantes de la paz, más allá de las fronteras de Francia».

En un comunicado, el portavoz de la oficina de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, se informaba de que el papa rezaba «por el sufrimiento de los heridos» y las familias de los doce fallecidos.

El papa Francisco en esta ocasión también hizo un llamamiento «a oponerse (…) a la difusión del odio y de cualquier forma de violencia física y moral, que destruya la vida humana, viole la dignidad de las personas, socave radicalmente el bien fundamental de la convivencia pacífica entre las personas y los pueblos, más allá de las diferencias de nacionalidad, religión y cultura».

Además, la oficina de prensa del papa comunicó que el pontífice expresó en un telegrama el pésame a las familias de las víctimas del atentado y se unió a su dolor y «a la tristeza de todos los franceses».

El telegrama en nombre del papa fue enviado como requiere el protocolo vaticano por parte del secretario de Estado, Pietro Parolin, al arzobispo de París, el cardenal André Vingt-Trois, y publicado por la oficina de prensa.

«Su Santidad Francisco se une en oración al dolor de las familias de las víctimas y a la tristeza de todos los franceses», se lee.

Francisco también reitera «su condena de la violencia que genera tanto sufrimiento» y pide a Dios «que otorgue el don de la paz».

El papa, continúa el mensaje, «confía las víctimas a Dios, lleno de misericordia, que les acogerá en su luz», y también expresa «el más sentido pésame a los heridos y para sus familias» y pide «al Señor que les de alivio y consuelo en su prueba».