P. RICO: Dominicano detenido por ICE denuncia maltrato

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Fermín Díaz

Por David Cordero Mercado (El Nuevo Día)

SAN JUAN.- Fermín Díaz, uno de los dominicanos detenidos en el operativo que llevó a cabo el domingo el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, en inglés), en Barrio Obrero, en Santurce, fue liberado tras demostrar que contaba con la debida autorización de residencia en Puerto Rico, un dato que había informado a los agentes que lo arrestaron, quienes no le dieron tiempo de procurar el documento entonces.

“Yo, de ahí, me he sentido muy mal, muy mal. Eso, para mí, fue un maltrato”, subrayó Díaz, en entrevista con El Nuevo Día en horas de la mañana del lunes. Este medio presenció el domingo el momento en que el inmigrante de 57 años fue arrestado frente a un establecimiento en la avenida Borinquen.

Entre la angustia y la preocupación, Díaz esperaba noticias sobre otros inmigrantes dominicanos que permanecían detenidos como parte de la redada impulsada por la nueva política migratoria del presidente Donald Trump.

“Donde yo estaba (recluido), había entre 40 a 50 personas”, aseguró. Relató que, tras ser arrestado cerca de la 1:30 p.m., fue llevado a un centro de detención, en Guaynabo, y alrededor de una hora después, fue puesto en libertad, cuando el propio ICE corroboró sus datos.

Al menos, tres personas fueron detenidas en el área de Barrio Obrero como parte del primer operativo en la isla desde que entró en vigor la nueva política migratoria del presidente Donald Trump.

Los agentes hacían preguntas y entrevistaban, de forma aleatoria, a las personas que se encontraban frente a diversos establecimientos en busca de corroborar su estatus migratorio.

Desde el inicio de su campaña política, el presidente prometió que llevaría a cabo deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, una política que comenzó a poner en acción tan pronto asumió su segundo mandato.

Al repasar los hechos, el hombre precisó que, el domingo, los agentes irrumpieron en el lugar donde fue detenido preguntando por una persona que mostraban en una imagen. “Y yo digo ‘no, yo no conozco esa persona’, y (el agente) viene y me dice ‘entonces, hazme el favor, ¿tú me puedes dar tu identificación?‘. No tengo problema. Le doy la licencia. Luego me dice que no, que le dé la de residencia“, continuó.

Díaz narró que los oficiales de ICE no le permitieron buscar los documentos que le estaban solicitando, pese a que su casa está ubicada a un par de cuadras de allí. “Le dije ‘señor, yo tengo mis papeles, yo estoy bien, yo lo tengo en la casa, déjeme irlo a buscar o mande un oficial de esos que están ahí conmigo, que yo le entrego los papeles’”, sostuvo. Pero los agentes se lo llevaron. “Para mí, eso es discrimen, es discrimen”, subrayó el dominicano.

Calificó como “una excusa” la manera en que los agentes se acercaban, mostrando la foto de una persona a la que presuntamente buscaban, para luego cuestionar en torno al estatus migratorio de los presentes.

Hasta entrada la tarde del lunes, se desconocían mayores detalles sobre el operativo. La directora de la Oficina de Investigaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE-HSI), Rebecca González Ramos, afirmó que aguardaban por la autorización de la agencia, en Washington D.C., para proveer cifras sobre la cantidad de detenidos. Tampoco detalló las áreas impactadas, pero afirmó que ese tipo de intervenciones continuarán en cumplimiento con la orden del presidente Trump.

Sin embargo, la abogada en temas de inmigración Rosaura González Rucci, quien representa a dos de los detenidos, aseguró a este medio que las autoridades federales se disponían a sacar de Puerto Rico a alrededor de 30 que firmaron deportaciones voluntarias. Ese grupo presuntamente sería trasladado directamente a su país de origen, en este caso, República Dominicana.

Este medio preguntó al Consulado General de la República Dominicana en San Juan sobre este particular, pero al cierre de esta edición no había una respuesta del cónsul César Cedeño. En redes sociales, el cónsul publicó que un grupo de personas dominicanas recibió servicios y orientación este lunes temprano “ante el panorama que se está viviendo en Puerto Rico y Estados Unidos en tema de inmigración”. También informó que, junto a abogados de inmigración, visitaría durante la tarde los centros de detención.

“Esto se sabía, esto es promesa de campaña y él (Trump) está cumpliendo las promesas de campaña”, anotó la licenciada González Rucci, al tiempo que reiteró a la comunidad de inmigrantes en la isla que es indispensable tener consigo, tanto en el hogar como en cualquier lugar fuera de la casa, al menos, una copia de los documentos correspondientes a permisos de residencia o cualquier trámite relacionado con procesos de inmigración.

“Y que no le abran la puerta a nadie que no tenga una orden, si le abren la puerta, ya pierden ese derecho. No tienen que contestar preguntas tampoco”, sostuvo la abogada, también en referencia a las intervenciones en la calle. Mencionó que su oficina legal ha estado abarrotada de inmigrantes en busca de servicios.

POCA INFORMACION

Entre la comunidad dominicana en Santurce, el ambiente era este lunes de incertidumbre y miedo. Díaz, el inmigrante liberado, conversó con este medio mientras esperaba que González Rucci atendiera a Cinthia Paniagua, la esposa de Neuri, otro de los detenidos el domingo y quien ya tenía activo su proceso de inmigración a través de la abogada.

“Al sol de hoy, yo no sé nada de mi esposo”, señaló Paniagua, visiblemente afectada, durante la entrevista cerca del mediodía. “Uno está aquí incomunicado. A mí, no me han llamado. Llamo a los oficiales, y tampoco, no te dejan verlo ni te dicen nada”. No fue hasta cerca de las 6:00 p.m. que Paniagua pudo tener la primera llamada telefónica con su esposo, desde su arresto el domingo, contó luego a este medio.

Paniagua narró que, tras el arresto de Neuri, llegó hasta Guaynabo, donde seguía detenido al cierre de esta edición, en un intento de hacerle llegar un abrigo y unas medias, pero los guardias solo aceptaron las medias. Díaz, entonces, antes de salir del lugar, se quitó su camisa y pidió que se le entregaran a su esposo, que apenas tenía puesta una camisilla y sandalias cuando fue detenido.

Cinthia, quien es puertorriqueña, esperaba por instrucciones de la abogada. “No dormí, imagínate, pensando en el proceso. Mi esposo es el que ayuda (económicamente) a su mamá allá en Santo Domingo, pa’ los medicamentos, mi suegra tiene 97 años, en mi casa él es el que suple todo”, manifestó.

Joseline Amador, también boricua, esperaba igualmente noticias de su esposo, quien fue detenido en una comunidad de Río Piedras en circunstancias similares a las de Díaz. “Ellos (los agentes) fueron a Buen Consejo en busca de una persona con una foto y una orden, irrumpieron en la casa, ahí en esa vivienda ya no vivía la persona que ellos estaban buscando. En la vivienda, se encontraba mi cuñada, el esposo de mi cuñada y mi esposo”, narró.

Amador sostuvo que, al llegar al lugar, le mostró a los agentes documentos sobre el estatus migratorio de su esposo, pero no logró frenar la detención.

“Ellos los bajaron esposados, no permitían que yo me les acercara, no permitían que hablara con mi esposo, ellos bajaron y los metieron en la guagua”, precisó Amador, quien dijo que su esposo vive hace alrededor de cinco años en Puerto Rico y se casaron hace tres.

Amador también esperaba instrucciones de la abogada de inmigración, ansiosa, sobre todo después de una llamada de su esposo, quien le indicó que los agentes federales le habían pedido firmar unos documentos.

“Me estaba diciendo que le estaban pidiendo que firmara unos documentos, yo le dije ‘no firmes ningún documento, espera que yo llegue con la abogada’”, sostuvo. Juana Perdomo, quien acompañaba a Amador, añadió que los agentes también detuvieron a una vecina y sus tres hijos menores en Buen Consejo.

En el mismo escenario, Iris Lázaro, esposa de Juan – también detenido el domingo–, narró que apenas tuvo una conversación breve con su esposo, vía telefónica, tras esperar todo el día por una oportunidad de verle en el centro de detención. “Estoy desesperada”, afirmó.

INDIGNACION Y MIEDO

En la Plaza Barceló, en Barrio Obrero, en Santurce, un popular punto de encuentro de la comunidad dominicana en Puerto Rico, crecía la indignación ante los hechos.

“Yo ando con mi licencia, y mis papeles yo me los sé de memoria, porque esa es otra, tú no puedes andar con tus documentos encima. Yo tuve robo de identidad, yo nada más ando con mi licencia de conducir y con una foto de mi Seguro Social”, sostuvo Kelvin Antonio Mojica Fernández, de 50 años.

Mojica relató que fueron múltiples las intervenciones de los agentes federales el domingo en el área de Santurce y sostuvo que supo de daños a una propiedad durante una de ellas.

“Yo tengo mi casa, ¿y porque un vecino te diga que hay un dominicano sin papeles tú me vas a tocar a mi casa y me las vas a romper?”, señaló, al tiempo que manifestó su preocupación sobre otros dominicanos cuyo estado migratorio no está regularizado.

“Yo me siento bien, porque yo tengo mis papeles, pero el que no tiene papeles no puede trabajar, tiene que estar escondido en su casa, no puede ir a la barbería, no se puede montar en la guagua de la AMA, no puede ir al tren, no se puede meter al supermercado porque lo van a coger”, expresó. “Ven a uno con ropa de trabajar, se le tiran, algunas veces ni le leen sus derechos ni nada, ¿porque eres un inmigrante?

Eso no se hace, ¿me entiendes?”.

Más abajo en la avenida Borinquen, justo en el lugar donde este medio presenció el operativo el domingo, Rafael Martín Rasett, de 56 años, procesaba lo ocurrido mientras intentaba controlar las emociones. “Estoy triste”, soltó el hombre, quien dijo que llegó a Puerto Rico “de chamaquito” y no escondió su temor por las detenciones.

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