¡USA, es tiempo de rectificar!
(Primera parte de 4)
1- Nadie en su sano juicio puede creer que un país puede recibir de golpe y porrazo una muchedumbre de más de 20 mil personas, y más cuando el país receptor ya tiene serias dificultades para satisfacer las necesidades de vivienda, salud y trabajo de sus propios ciudadanos. Pero he aquí el gran dilema, tampoco ese país puede hacerse el chivo loco, ante esa emigración masiva si es el culpable de la misma. Para mejor comprensión de lo que quiero expresar, a seguidas, siguiendo la metodología de didáctica de Jesús, me valgo de una parábola: Si usted, por manejar de manera imprudente o embriagado o por cualquier otro motivo, su vehículo se ha abalanzado contra mí y me ha roto, par de costillas, un brazo y una pierda, entonces, usted no puede desligarse de mi desgracia, e irse para su casa tranquilamente como si nada hubiese pasado. En este caso, usted tiene la obligación moral y penal de reparar los daños que me ha infligido, sin que pueda evadir su responsabilidad, pretextando cualquier argumento para evitar la reparación por daños y perjuicios causados.
2- Precisamente es lo que está pasando con las caravanas conformadas por una mayoría de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos paupérrimos que tienen por destino final los Estados Unidos. Este poderoso país, no puede ahora escurrir el bulto, negando que ellos no tienen nada que ver con las razones de esa emigración, porque sí la tienen, y en grande. Para encontrar esa responsabilidad, solo hay que acudir a la historia que nos relata cual ha sido el macabro accionar imperialista de los EE.UU. en perjuicio de toda América Latina.
3- Como estamos hablando de los motivos de la emigración de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, para focalizarnos en la misma, en esta oportunidad solo referiremos brevemente la cruel historia del imperio contra esos países, que cuenta sobre invasiones, guerras, terrorismo, saqueos, matanzas, destrucción, golpes de estado para la imposición de tiranos, gobiernos títeres, fraudes electorales, Plan Cóndor, Escuela de las Américas, asesinatos en masa y selectivos, etc. Parte muy ínfima de esa historia ya la he relatado en trabajos anteriores, pero en esta ocasión, no está de más recrearla para ilustración de quienes no tuvieron la oportunidad de leerla, como también, para recordatorio a eruditos y profanos. Veamos:
4- Por la década de los 50 y principios de los años 60, Allan Dulles (jefe de la CIA en aquellos tiempos), pautó en su libro «El arte de la inteligencia», las maneras de cómo controlar a Latinoamérica para sangrarla. Cito: «En la dirección de los Estados crearemos el caos y la confusión. De manera imperceptible pero activa y constante propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción y la falta de principios. La honradez y la honestidad serán ridiculizadas como innecesarias y convertidas en vestigios del pasado. Estados Unidos apoyará y encumbrará por todos los medios a los denominados artistas para que siembren e inculquen en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo y la traición. Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos. Debemos lograr que los agredidos nos reciban con los brazos abiertos. Antes que los portaaviones y los misiles, deben llegar los símbolos, los que venderemos como universales, glamorosos, modernos, heraldos de la eterna juventud y felicidad ilimitada. Nuestro objetivo final es derrotar en el terreno de las ideas las alternativas al dominio de Estados Unidos, mediante el deslumbramiento, la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante en que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos». Repito, estos conceptos son de Allan Dulles, no míos.
5- Posteriormente, aquellas políticas imperialistas puestas en práctica por Dulles, han evolucionado para aplicarlas a los nuevos tiempos. Para ello se ha adoptado las tácticas y estrategias creadas por Gene Sharp, para derrocar gobiernos indeseados. Ya no más «Plan Cóndor», ni cruentos golpes militares, ni invasiones costosas. Al respecto, Gene Sharp lo especifica bien claro: «La naturaleza de la guerra en el siglo XXI ha cambiado. Nosotros combatimos con armas psicológicas, sociales, económicas y políticas». La guerra “cuerpo a cuerpo” no es eficaz en este tiempo; además, implica enormes costos económicos y de movilización de ejércitos. Apostamos al debilitamiento gubernamental hasta la fractura institucional, postula Gene Sharp.
6- De esta tesis de Sharp, ha surgido la llamada «Guerra de Cuarta Generación», que implica la guerra mediática, los bloqueos económicos y financieros, los golpes de estado jurídicos y congresuales entre otros, tal como los aplicaron para derrocar a Fernando Lugo, Manuel Zelaya y Dilma Rousseff. También están usando este método de Sharp para desacreditar a Lula Da Silva, Rafael Correa, Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales y a cuanto gobernante se quiera derrocar, como fueron los casos de Jacobo Arbenz, Salvador Allende, Mauricio Bishop y Juan Bosch entre otros, que dicho sea de paso, con este golpe en 1963, se exacerbaron todas las desgracias que ha padecido y aún padece el pueblo dominicano.
Revelaciones de Noam Chomsky: EE.UU., las materias primas de América Latina son nuestras
7- La historia imperialista de los EE.UU. con América Latina, analizada a fondo nos lleva a comprender, que la misma siempre ha sido con el objetivo egoístamente perverso de que los pueblos de esta región no superen la pobreza y el analfabetismo para que no se desarrollen, para que por siempre permanezcan subyugados y pisoteados. Al imperialismo no le interesa la gente, lo que verdaderamente le importa son los recursos naturales, tal como lo han expresado en su momento todos los presidentes y altos funcionarios norteamericanos. Al respecto Noam Chomsky revela lo siguiente: De los altos funcionarios estadounidenses, Henry Kissinger ocupa un lugar prominente. Su concepto de América Latina y sus materias primas es la siguiente:
8- Todos los presidentes de Estados Unidos apoyan la democracia pero con una curiosa cláusula: Las apoyan sólo sí coinciden con los intereses de EE.UU., por tal razón, cuando Henry Kissinger estaba planeando derrocar al gobierno democrático de Salvador Allende en Chile, su Consejo de Seguridad observó: «si EE.UU. no puede controlar América Latina, mucho menos podrá controlar otros países del mundo. Empiezan por subir el salario mínimo y muy pronto EE.UU. pierde el control sobre el mundo».
9- Los Estados Unidos manejan sus asuntos internacionales con una lógica mafiosa: El padrino no tolera la desobediencia, es demasiado peligrosa. Al respecto – dice Chomsky – que Kissinger sostiene: «El virus de la desobediencia puede propagarse por todo el mundo», para frenarlo no alcanza con enviar a nuestros agentes, a buscar dinero; hay que darle una gran paliza, y mostrar al resto que este comportamiento no será tolerado.
10- El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos- relata Chomsky -: Al comienzo de los años 50 asegura que la mayor amenaza a los intereses de EE.UU. en América Latina, eran los regímenes nacionalistas, que buscaban satisfacer las demandas populares y mejorar las pobres condiciones de la vida de los pueblos. Estas tendencias entraban en conflicto con la necesidad de un clima político y económico propicio para la inversión privada. La correcta repatriación de los beneficios económicos y el cuidado de «nuestras inversiones». Es casi un accidente que las materias primas estén en otros países, no obstante, ellas son nuestras y debemos protegerlas.
11- Esas políticas imperialistas, de invasiones, dominación y saqueo, ha derivado en que esa América Latina explotada y saqueada, ya no aguanta más abusos, ni más hambre ni miseria de manera pasiva, aunque dicho sea de paso, la pasividad nunca ha sido la naturaleza o característica de nuestros pueblos, ellos han luchado con uñas y dientes para liberarse de la garras del imperio, para ser libres, independientes, soberanos y prósperos, pero como hemos visto, el imperio se lo ha impedido a sangre y fuego.
12- De la caravana de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños que se dirige hacia Estados Unidos Chomsky dice lo siguiente: esta caravana «de personas pobres y miserables» huye de «la opresión severa, la violencia, el terror y la pobreza extrema de estos tres países «que han estado bajo la dura dominación de EE.UU. desde hace mucho tiempo, particularmente desde la década de los 80», cuando las guerras de terror de Ronald Reagan «devastaron particularmente a El Salvador, Guatemala y Honduras».
13- Con estas estas aberrantes acciones del imperio ¡Cuánto han sufrido Guatemala, Honduras, y El Salvador! Sin soslayar lo que también han padecido Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Panamá, Perú, Uruguay, Venezuela y las Antillas. Pero como ya señalé al inicio en esta entrega, para explicar las razones de la emigración de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, me limito a sólo tratar lo que el imperio ha ocasionado a todos estos países, lo que ha obligado a su gente trabajadora a emigrar en masa, desesperados por una miseria espantosa.
Accionar de las transnacionales norteamericanas y europea en Centroamérica
14-Es imposible comprender la historia de horrores del accionar imperialista en Centroamérica y particularmente en Guatemala, Honduras y El Salvador sin saber el papel que han jugado en la misma la United Fruit company; las transnacionales petroleras y las mineras que extraen oro, hierro, cobre, etc; por tal razón, diserto brevemente sobre ella. Veamos:
La semana por venir, continuaremos con la próxima entrega
Posdata
¿Por qué es importantísimo este tema?: La primera condición para cambiar o modificar la realidad, consiste en conocerla, sostiene Eduardo Galeano; Siendo así, con este trabajo de hoy y las entregas faltantes, busco hacer conciencia en las partes en conflicto, dando a entender, que la única manera posible que tiene el imperio para lograr la paz con América Latina y el resto del Tercer Mundo, es dejando de ser imperio, por ende, terminar con la abyecta relación de dominio y saqueo que hasta ahora ejerce abusivamente contra estos países, que son los motivos de la tanta miseria, atraso, subdesarrollo y violencia, y de la emigración que nos ocupa. De no haber una rectificación por parte del imperio en la relación con los países señalados, el conflicto planteado seguirá ascendiendo exponencialmente, porque el hambre, la miseria, la explotación, el saqueo, las masacres, la iniquidad y los abusos, pasivamente no los aguanta indefinidamente, ni los individuos, ni los pueblos.
A mis lectores les dejo la palabra