OPINION: Bill Gates, las gallinas y el inefable Evo
A mediado del mes en curso, salió publicada una noticia que no tuvo en nuestra área mucha difusión, quizás por la sencillez de la misma, pero no obstante ello, no por eso dejaba de ser interesante -a mi humilde modo de ver- para enfocar el sentir político de una determinada persona y/o su manera de ver las cosas en base a su raciocinio político.
Resulta que el hombre más rico del mundo y reconocido filántropo norteamericano William Henry «Bill» Gates III Maxwell, por intermedio de su «Fundación Bill y Melinda Gates», la cual hace cuantiosos donativos en el campo de la salud, la educación y alimentación en naciones menos favorecidas, tomó la iniciativa de donar a varias naciones, entre ellas a Bolivia, la cantidad de unas 100,000 gallinas, como una manera de luchar contra la pobreza, ayudar a la alimentación de campesinos e incrementar la producción de esas aves y los huevos para ventas y consumo.
Dicho anuncio fue más que suficiente para que el ministro de Desarrollo Rural y Tierra de Bolivia, César Hugo Cocarico Yana ( lea bien el apellido paterno) en diálogo con la prensa y, obviamente, actuando en nombre del inefable indio Juan Evo Morales Ayma, mostró su ira y desacuerdo ante este desinteresado ofrecimiento. En ese tenor, el subalterno de Evo Morales manifestó lo siguiente: «Me cae grosero, porque desgraciadamente, la visión de algunas persona, especialmente del imperio, nos siguen viendo como pordioseros» (cierro la cita).
Está claro que el asunto del rechazo, no es por las gallinas, sino por quien las envía y por lo que representa dentro del contexto socio-económico mundial, que es diametralmente opuesto a la mentalidad que Evo representa dentro del contexto político. Si hubiese sido Fidel Castro que lo hubiere hecho, Daniel Ortega o hubiese sido el gobierno chavista, (el cual está para que le regalen) otro fuera el cantar.
Este tipo de conducta de rechazo a todo lo que proviene del litoral que no forma parte de su agenda política, es una muestra de la soberbia, la oscuridad política, la carencia de decencia y un desborde impetuoso de un orgullo chabacano, sin fundamento y que rebasa los límites de la cordura, algo que es carente en todos estos líderes populistas, que no son más que lobos feroces y corruptos revestido de mansas y apacible ovejas en el arenal de la política.
A lo mejor, si el guaguero cucuteño se le hubiese ocurrido obsequiarle al cocalero Juan Evo Morales Ayma, una estatua de bronce del mayor corrupto, traidor y único culpable de la debacle que azota a la patria del Mariscal Antonio José de Sucre, Hugo Rafael Chávez Frías, la sensación y las palabras de «agradecimiento» no se hubieran hecho esperar, aunque una estatua no le sirva para nada a la población campesina boliviana. Y es que así son de cretinos y mal agradecidos estos desaforados populistas que lastimosamente han gobernado en Latinoamérica.
Lo irónico y risible es que, mientras estos petulantes populistas, tratan en forma mediática por demostrar quién es el «más antiyanquista» de todos, la realidad socio-económica de sus respectivos países es todo lo contrario. En el caso específico de Bolivia, no es Cuba, ni Venezuela, ni Rusia el mayor socio comercial con quien negocia la administración del indio cocalero Evo Morales, sino que lo es, precisamente, los Estados Unidos. Y es que como dice el viejo refrán popular: «Una cosa es con la guitarra y la otra el con el violín».
LA RUEDA DE LA FORTUNA CAMBIO
Como bien podemos recordar, el auge de estos gobiernos populitas, autoritarios y dictatoriales con ciertos sesgos de democracia, tuvo su apogeo a finales de la década de los noventa con el surgimiento de un desconocido y pobretón militar de Barinas, Venezuela, de nombre Hugo Rafael Chávez Frías, que tuvo la suerte ( y la desgracia para Venezuela) de que su gobierno se beneficiara del mayor boom petrolero que haya tenido administración alguna, al venderse la cesta de los hidrocarburos a más de $100 dólares el barril .
A partir de entonces, el corrupto ( su hija María Gabriela Chávez es actualmente la mujer más rica de Venezuela) y traidor de Hugo Chávez, se empeño en imitar (pero de una manera absurda y atroz) al gran Simón Bolívar en su sueño de crear «La Gran Colombia», pero teñida de «rojita y socialista» y se dedicó a fomentar y patrocinar a candidatos y líderes en diversas naciones, que fueran afines a sus ideales castrocomunista.
Fue así que, paulatinamente con un fuerte respaldo económico millonario del chavismo y aprovechando ciertos errores y adversidades de los gobiernos de derecha en la región, surgieron estos populistas que a la fecha, muchos ya se han desmoronado ante la opinión pública mundial por sus actos de corrupción y deleznables en sus mandatos, como han sido los caso de los Zelayas en Honduras, los Lugo en Paraguay, el chavismo en Venezuela, los Kirchner en la Argentina y los Lula y Rousseff en Brasil. En el caso de Evo ya fue rechazado en un reciente referéndum y el guapetón del Ecuador no se va a postular.
Acostumbrados todos estos dirigentes a recibir de Hugo Chávez millones de dolares del erario de todos los venezolanos y todo tipo de ayuda mientra la vaca tuvo dando leche; ahora que la ubre se secó, al parecer el indio cocalero se encontró muy pobre y ridículo aceptar para sus campesinos el ofrecimiento de una 100 mil gallinas para la crianzas y su propia alimentación.
Yo pienso que si el obsequio hubiese sido 100 mil dólares en efectivo (algo que a Bill Gates le desagrada), a lo mejor el ministro Cocarico por orden de su presidente los hubiese aceptado. El problema es que las gallinas del Bill no pueden depositarse en bancos ubicados en los paraísos fiscales, como ha sido el caso de Panamá, en el cual hasta los más «antiimperialistas y anticapitalistas» de la bolita del mundo, como los son los inefables hermanitos Castro de Cuba, hicieron sus pingues negocios con el bufete de abogados «Mossack Fonseca» del famoso caso de «Los papeles de Panamá».
Desde el punto de vista filosófico y moral, las virtudes y los defectos son inherentes en la vida de todo ser humano y en el papel que llevan a cabo dentro del contexto social. Fue por ello que, tanto Sócrates como Platón, siempre les pusieron interés en definir estos conceptos del ser humano y su importancia en la vida de los mismos en su rol frente a los demás. Es por eso que, cuando yo visualizo el proceder de todos estos seudos líderes izquierdistas y populistas, tengo necesariamente que llegar a la conclusión de que carecen de virtudes y sí de muchos defectos morales.
Son mezquinos, ingratos, resentidos, malévolos, egoístas, envidiosos, violentos, presumidos, orgullosos, intolerantes, soberbios y traidores. Como bien sabemos, estos defectos morales alejan a las personas del bien y en sentido general y más aún, en el aspecto político, tienen una incidencia muy negativa para la sociedad en su conjunto.
Sin lugar a dudas, cuando buscamos la luz en el Libro de la Sabiduría, o sea, La Biblia, es que podemos entender el proceder de estos petulantes políticos, al leer en el libro de Mateo 7:6 cuando nos dice: «No deis los santos a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que la huellen con sus patas, y volviéndose os despedacen». Creo que si William Henry «Bill» Gates III Maxwell hubiese leído este sabio versículo, en vez de dársela a Evo Morales se lo hubiera dado a otro que lo hubiese valorado.
jpm
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