Obreros haitianos: hay que poner control (OPINION)

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

El anuncio del gobierno dominicano de deportar unos diez mil haitianos indocumentados por semana es entendible, pero solo como acción efectista, no efectiva, dado que la crisis -de variados matices- ha desbordado y se ha salido del control de nuestras autoridades.

Lo primero, es respuesta a la marcada indiferencia de la comunidad internacional frente al drama aterrador de un pais sumido en la pobreza extrema, sin instituciones funcionales y bajo el control de bandas armadas que imponen el terror en la población vecina.

Lo segundo, porque logística y numéricamente es imposible recoger, trasladar hasta el punto de depuración y luego repatriar en corto plazo esa cantidad notable de extranjeros en situación irregular en territorio nacional. Más aún, porque pese a lo resuelto del anuncio del propio presidente Luis Abinader y la firme advertencia del nuevo director de Migración a los tradicionales responsables del tráfico dehaitianos, hay la certeza de que no todos los indocumentados enviados en condición de deportados al vecino pais llegan a cruzar la frontera y a salir del territorio nacional.

El negocio, con tarifas encarecidas tras las últimas medidas, sigue activo, burlando la intención y actuación oficial. El plan de deportación debe seguir, y hay que respaldarlo, aunque hay que replantarlo con respecto a gente que está aquí, con trabajo fijo en campos y ciudades, pues hay una amarga y cruda realidad de gran tamaño: la mano de obra haitiana, en la agricultura y en la construcción, especialmente, es indispensable y la que salva la campana ante la negativa de los dominicanos.

O sea, es un mal necesario, créalo. Al punto de que, de no actuarse rápido, ambos renglones de la economía nacional entrarían en una crisis muy peligrosa y sin retorno. Por suerte, el presidente ya dio señales de haberle llegado el mensaje. Cierto que hay que poner control, y que todo ilegal que ande en medio debe ser deportado, incluidas las mujeres traídas solo a parir aquí.

Ahora bien, sin papeles y toda dificultad para conseguirlos, los obreros haitianos con tiempo aquí y con trabajo fijo deben ser dotados de un carné provisional, con foto y huellas biométricas, ubicando el lugar y el empleador, quien los reportaría a Migración si se van del sitio.

Aun sin certeza del nombre, con el apodo, la foto y las huellas digitales habría más que ahora, que no hay nada, para la localización. ¡Volvemos!

encar-medios @hotmail.com    

jpm-am

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