Nuevo Año para una nueva nación

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EL AUTOR es presidente del Frente Cívico y Social. Reside en Santo Domingo.

El primer día de un nuevo año llega cargado de promesas y posibilidades. Es un momento para dejar atrás el peso del pasado y mirar hacia adelante con esperanza renovada. Pero este día no puede ser solo un ejercicio de reflexión individual; debe convertirse en un llamado al compromiso colectivo. Así como cada uno de nosotros anhela un cambio personal, nuestra nación necesita, ahora más que nunca, un propósito común: reconstruirse desde sus cimientos, redescubrir su esencia y avanzar hacia un futuro de verdadera justicia, dignidad y unidad.

Esta Navidad y Año Nuevo quedarán marcados como un momento histórico en el que resurge una luz en medio de la oscuridad, gracias a la sentencia 0788/24 del Tribunal Constitucional. Esta decisión brinda al pueblo dominicano la oportunidad de liberarse del yugo de una partidocracia corrupta. Durante demasiado tiempo, una élite política y económica, desprovista de humanidad y patriotismo, ha traicionado los principios de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho. Su codicia y desprecio por los ciudadanos han condenado a la mayoría a la ignorancia, la miseria y el desamparo.

Pero hoy, esta sentencia se erige como un faro de esperanza, iluminando el camino hacia un 2025 que puede ser el Año del Cambio, el Año del Renacer.

El año que dejamos atrás nos mostró con crudeza las raíces de nuestra crisis: la corrupción que destruye nuestras instituciones, la desigualdad que nos divide y la indiferencia que nos paraliza. Sin embargo, el nuevo año nos ofrece algo invaluable: la oportunidad de ser protagonistas de un cambio histórico.

Desde el Frente Cívico y Social (FCS) entendemos que soñar con un mejor país no es suficiente: debemos construirlo. La transformación de una nación se inicia cuando su gente dice “basta” a la injusticia, la mentira, la ineptitud, la incapacidad y la mediocridad.

Si deseamos que este 2025 marque un verdadero punto de inflexión, debemos comprometernos con una revolución cultural que transforme nuestra manera de pensar, sentir y actuar como sociedad. Este es el momento para:

  1. Romper la apatía. No podemos seguir siendo espectadores de un sistema que no nos representa. Este es el año para alzar la voz, exigir transparencia y resultados.
  2. Educar en valores. La transformación comienza en nuestras familias y escuelas. Honestidad, solidaridad, respeto y amor por la patria deben convertirse en el norte de nuestra educación.
  3. Exigir un liderazgo íntegro. Ya no hay espacio para tolerar la corrupción. Hagamos de la ética, la transparencia y el compromiso social condiciones innegociables para quienes aspiren a liderar la nación.

Este es el momento de unirnos como nación y sellar un pacto colectivo: un pacto para superar los errores del pasado, rescatar los valores que nos definieron y trabajar juntos en la construcción de un país que podamos legar con orgullo a las futuras generaciones.

Este año puede ser el inicio del cambio que tanto anhelamos. Pero el cambio no ocurrirá solo: depende de ti, de mí, de todos nosotros. No es un llamado a esperar milagros, sino a construirlos con nuestras acciones. Es el momento de ser ejemplo, de construir comunidad, de exigir un país justo y digno.

En el FCS sabemos que el verdadero cambio no empieza en los otros; comienza en nosotros mismos. Este 2025 puede ser recordado como el año en que despertamos, el año en que elegimos construir el país que merecemos.

Hoy no te pedimos soñar; te pedimos actuar. Porque nuestra revolución cultural no es solo un ideal: es una responsabilidad. Es el legado que dejaremos a las generaciones futuras.

jpm-am

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