No me confundan
Hace unos años escuché que hubo una reunión entre unos religiosos, quienes buscaban llegar a cierto acuerdo. Después de varios debates entre ellos, se pusieron de acuerdo; pero al corregir el borrador, el mecanógrafo se encargó de variar el sentido de éste, cambiando algunas palabras. El astuto mecanógrafo pensó que había engañado a la otra parte, la cual conociendo la variación calló, por considerar que realmente ese era el acuerdo que ella quería, y solamente expresó a la otra parte: «No me confundan.» Confundir: » Mezclar varias personas o varias cosas de modo que no puedan distinguirse unas de otras. Tomar o hacer que alguien tome erróneamente una cosa por otra. Perturbar, desordenar. Fig. Humillar, abatir, avergonzar. Fig. Turbar, dejar o quedar confuso» Dicc. L. Encl. 2000. Generalmente se espera que ciertas personas, y de ciertas profesiones no se den a la tarea de confundir al prójimo. Sin embargo, es cosa común que en nuestro mundo social, las personas procuran confundir para sacar algún tipo de provecho. Aveces el egoísmo se impone y hace que personas que deben hablar y actuar dentro de lo correcto, se desvíen por el camino equivocado. Es tiempo de que se hable y se actúe siempre dentro de la verdad y la sinceridad. No mezclemos diversas cosas, con la intención de confundir a los demás. Hay muchas personas que de por sí están confundidas, producto de ideologías equivocadas, de sentimientos mal enfocados y de culturas mal fundadas. No obstante, hay que llegar a un acuerdo en que busquemos el bienestar de la sociedad; ésta depende en gran medida de cada uno de los que tienen conocimientos, habilidades y destrezas para producir un cambio de pensamiento en el ser humano. Es a través de la educación y de transmitir verdades a las personas que se puede iluminar la conciencia social e individual. Jesucristo, el Hijo de Dios, mandó a enseñar a sus discípulos que guarden todas las cosas que él mandó. Esto implica el evangelio, buenas nuevas de salvación, en las cuales Dios perdona y salva a las personas; pero también incluye las enseñanzas que pueden transformar a las personas a cambiar de proceder. El vino a construir un nuevo hombre, capaz de proyectar las cualidades de Dios, a través de su modo de vida. Es ahí, donde se encuentra la manifestación de la voluntad de Dios y del rescate del ser humano que está perdido. Hay una serie de confusión en el pueblo, en lo que se refiere a las confederaciones religiosas, llámese CONEDO, CODUE, mesa del diálogo, entre otras. Cada una de éstas agrupa un sinnúmeros de asociaciones religiosas (iglesias), pero ninguna de ellas representa el universo de las iglesias cristianas o evangélicas, ni siquiera sumándolas todas equivale a todas las iglesias. Muchas iglesias no están relacionadas con CONCILIOS. Estas entidades formadas por los hombres no tienen base bíblicas, y aunque sean honorables no deben hablar en nombre de todas las iglesias cristianas. Deben mencionar a nombre de cuáles hablan. No confundan al pueblo. Las iglesias como entidades religiosas, sin fines de lucro, deben ser apolíticas partidarias. Pues, la iglesia que Cristo edificó es de su propiedad, y como es su reino, no es de este mundo. Los individuos como tales pueden, si a si lo desean ser políticos partidarios, pero la iglesia como tal no. La iglesia que Cristo fundó no es un grupo de presión. El apóstol Pablo escribió a Timote «Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que si tardo, sepas como debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad» I Ti. 3:14, 15. La iglesia que Cristo edificó está obligada a someterse a las leyes y a las autoridades, puesto que ella no es beligerante. Ella solamente está contra el pecado y Satanás. No se debe seguir confundiendo a los creyentes ni a los incrédulos. La teología de la liberación es una desviación de la verdad de Dios, por lo tanto, todo el que la quiera aplicar es libre de hacerlo, pero que no mezcle a Dios en sus planes. Muchos han usado el nombre de Dios con fines diferentes a los de Dios, lo cual constituye pecado. «No me confundan,» diría el loco de la esquina. Si hay que aclarar los mitos de la religión cristiana, lo cual es una buena tarea, también hay que librar de toda contaminación el mensaje de Dios que está en la Biblia, de todo otro interés que no sea el de Dios. Es tiempo de que podamos decir la verdad de Dios, a un pueblo que la ignora. Necesitamos hombres y mujeres cristianos, que no sean fanáticos por emoción ni por ignorancia de la palabra de Dios. Todo tipo de fanatismo, desvía a las personas en cuanto a la realidad; no debe haber fanatismo ni en los creyente ni en los incrédulos. «No me confundan,» debe ser una expresión de gritos que cada persona en este mundo debe exclamar. No se sabe cuándo una cosa es verdad, falacia, o mentira, con tantas teorías que se enseñan como verdades. Supuestas leyes científicas, que se supone aprobadas y universales, pero en realidad no han sido negadas, o confirmadas. Es tiempo de transparentar todas las cosas, en pro de una humanidad en crisis. Hay que buscar las salidas correctas a estas desviaciones en que el hombre se ha metid pobrezas, infelicidad y desunión. Aunque para muchos las religiones son vistas como que atrasan a las sociedades, en efecto, son medios seguros para implantar valores, actitudes y visiones altruistas que benefician a los seres humanos. Jesucristo, como ente transformador y Salvador dijo una verdad que nos puede ayudar a todos: «Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas» Mt. 7:12. «No me confundan,» díganme la verdad, andemos en la verdad y vivamos la verdad, y esa verdad es Cristo. La sociedad debe saber que las denominaciones religiosas dentro del cristianismo, hay que distinguirlas una de otra, porque son diferentes a pesar de que hablan del mismo Dios y basados en la Biblia. Sin embargo, unos son cismáticos, otros protestantes, otros evangélicos y otros restauradores. Estos últimos son menos conocidos, pero su enfoque es restaurar la iglesia en la forma original en que fue edificada por Jesucristo y fundada por los apóstoles. Ruego a Dios dé entendimiento a todos. Dios le bendiga.