Monitoreando el entorno económico y financiero 2025
Se estila en el quehacer económico y financiero, pronosticar los posibles resultados en dichos ámbitos, a partir de las tendencias de los últimos cinco años y del levantamiento de un diagnóstico de la situación del entorno local e internacional.
Partiendo de los argumentos anteriores, es lógico que al comenzar un nuevo año, el Banco Central formule su programación monetaria y el Ministerio de Hacienda haga lo propio en términos de su política fiscal.
Al margen de dichos estudios científicos, es común escuchar comentarios, análisis y opiniones sobre bases empíricas, percepciones y conjeturas, ideas al fin y al cabo que pueden o no ajustarse a la realidad.
En ese sentido, no hay nada certero en cuanto a los pronósticos formulados que puedan cumplirse en el cien por ciento, de cara a la realidad.
Sin duda alguna, este planeta está habitado por personas con ideas disímiles, que conforme su percepción acerca del mundo, esgrimen sus postulados, como si fueran palabras de Dios.
Partiendo de lo anterior, es normal escuchar que algunos economistas, financistas, periodistas y público en general, externen sus opiniones, unos de forma pesimista, optimista y porque no, de manera conformista.
También aquellos que emiten sus opiniones según la posición política partidista que defienden y otros que se hacen llamar imparciales o no políticos.
Respetando todas las corrientes ideológicas, religiosas, económicas, sociales, no menos cierto es que ante lo empírico, prevalece el análisis científico, basado sobre métodos y leyes comprobadas universalmente.
Es menester defender las opiniones que provienen de personas no fanatizadas, que se han basado en emitir sus pareceres o juicios de valor, sustentados en estudios mensurables, que permiten su evaluación.
De manera que no es extraño escuchar o leer, que personas se pronuncien con ideas pesimistas sobre el desempeño económico y financiero para el 2025 que recién inicia, mientras otros lo hacen de forma positiva ya que consideran que no hay lugar a dudas de que la situación sea favorable en el presente año, debido a la tendencia positiva de los últimos cuatro años y casi cinco meses, a menos de que no haya una catástrofe a nivel global.
Cada año se emiten opiniones o advertencias negativas sobre la economía global por entendidos en la materia, tal el caso del reconocido educador financiero Robert Kiyosaki, economistas y financistas, quienes han alertado durante mucho tiempo sobre posibles colapsos económicos, debido al exceso de impresión de dinero, colapso de mercados financieros, alta inflación, impuestos y aranceles que amplían la brecha de riqueza entre ricos y pobres, lo que llevaría a una inestabilidad económica.
Por años se han emitido proyecciones desafortunadas ya que históricamente han sido fallidas, basadas en sensacionalismos, caso parecido a opiniones religiosas que se han ofrecido, al decir que el mundo se va acabar en determinado año, lo cual no ha sucedido.
De manera que nadie tiene la verdad absoluta al predecir que a nivel global habrá una catástrofe económica y financiera.
En una crisis de guerra, financiera o económica, no siempre todos los países son afectados por igual. De ahí que durante la crisis financiera subprime en Estados Unidos de 2008, muchos se hicieron ricos y otros cargaron con el mayor peso.
De igual manera sucedió durante la crisis financiera de 2003, en República Dominicana, que mientras muchos se empobrecieron otros se lucraron de forma significativa.
A nivel local, la nación dominicana, fue de las primeras naciones en emerger de la crisis de la pandemia Covid-19 y, ha podido enfrentar de forma airosa las crisis de conflagraciones entre países, económicas y financieras.
El resultado económico y financiero de una nación depende además de la estabilidad económica internacional, como economía abierta, como por la competencia o capacidad de las autoridades gubernamentales al administrar los destinos de una nación, de ahí se puede decir que la República Dominicana poseedora de un gobierno presidido por un presidente con visión de futuro clara y, con una extraordinaria capacidad de resiliencia, ha podido tener éxito en su gestión de gobierno.
Senda del progreso
Conforme las proyecciones de organismos internacionales de financiamientos, análisis económicos de comisiones dedicadas al estudio sobre la materia, así como de agencias calificadoras de riesgos, que han pronosticado, conforme la tendencia que exhibe el país, que el mismo seguirá trillando la senda del progreso.
Así también, estabilidad macroeconómica, crecimiento económico de 4.5% del PIB, inflación dentro del rango meta de 4.0%+-1.0%, altos ingresos de divisas por inversiones extranjeras directas, remesas, exportaciones locales y zonas francas,
Lo que hace de la República Dominicana, una nación que a pesar de los vaivenes que se avizoran, mantendrá un nivel de crecimiento hacia el alza, ya que muestra un dinamismo inusitado para los próximos 12 meses de 2025, en el que todos los sectores económicos que conforman el PIB, han recuperado su acostumbrada actividad.
Pronósticos favorables sustentados en un gobierno que no deja ni por un minuto de monitorear el entorno interno y externo, a los fines de evitar sorpresas que podrían llevar al país a una situación calamitosa, en el orden económico, salud, político, social y financiero.
felix.felixsantana.
jpm-am
muy acertado.
estos buscas puestos no encuentran como enarbolar el famoso crecimiento de la economía y con un dólar que lo está arropando sin poseer sábana.-