Méritos denegados: disgustos soterrados
El sudor producto del constante trabajo, los esfuerzos y sacrificios para lograr metas y objetivos, sean estos personales, profesionales, familiares de grupos e institucionales se convierten en méritos acumulados de muchos hombres y mujeres, pocas veces reconocidos, ni siquiera por aquellos que resultan ser los más beneficiados.
Quienes más se entregan para echar hacia adelante un proyecto, empresarial, comunitario y sobretodo en la actividad política, con frecuencia se les soslaya y son dejados de lado para dar paso a la llegada de algunos advenedizos o forasteros sabichosos, los agraciados, “oportunistas de ocasión.”
En el presente proceso electoral dominicano, quizás como nunca antes, esa realidad está latente, tanto en el oficialismo como en la oposición.
Situación ésta que sufren en carne viva una gran cantidad de dirigentes políticos, dejados con el moño hecho, sacrificados en sus aspiraciones de candidaturas por algún recién llegado, en una franca y clara denegación a sus méritos, valía y sobre todo el respeto bien ganado.
Razones y motivos: Tal vez por influencias económicas, alianzas o reservas, nepotismo, simples perversidades de luchas grupos o conveniencias partidarias, además de los caprichos y estrategias particulares de las altas instancias, por su aparente creencia jugando a ser dioses terrenales.
Consecuencias: Que tanto en febrero, como en mayo, podrían salir a flote los disgustos soterrados y al contar los votos, los resultados no sean los esperados, como santo escarmiento o desquite del sudor y los méritos denegados.
Con Dios siempre
jpm-am
El amigo y colega solo le falta poner los nombres de los transfugas y tambien de los verdugos, asi como los caidos y excluidos…..
TODO AQUEL QUE ACCIONE EN POLITICA DEBE ANDAR CON EL PRINCIPE DE MAQUIAVELO BAJO EL BRAZO Y PREPARARSE PARA SUFRIR ECEPCIONES.
Esa es una píldora muy difícil de tragar,eso de que después que estás vestido,te digan que no va.
Muchos políticos en tiempo de elecciones se comportan como las prostitutas, (con el perdón de ellas), » se le encarama, el que mejor le pague». Por eso digo que en estos tiempo la lealtad política vale meno que una flatulencia salida de un estomago putrefacto.