Los hackers de Andrés Merejo reciben la bendición de la academia
El renombrado lingüista y crítico social norteamericano, Noam Chomsky, recomienda a las academias evitar la tendencia consistente en satanizar maneras de hablar sin antes hurgar en los contextos socioculturales en que se originan. Señala que los académicos, profesores y lingüistas deben observar los usos variados para de ese modo contextualizar cada registro según la realidad de los hablantes (Chomsky, 2010).
Evidentemente, el término hacker ha sido objeto de un estudio cuidadoso desde que empezó a usarse para designar a los sujetos cibernéticos del cibermundo, puesto que la Real Academia Española (RAE) lo ha incorporado a su diccionario, después de veinte años de críticas acérrimas contra este vocablo.
Estos sujetos cibernéticos eran satanizados, tal vez, porque podían y pueden darse el lujo de destruir informaciones y descifrar códigos secretos, que incluyen desde tarjetas de créditos hasta transacciones bancarias, resultando ser éstos los argumentos que en el pasado reciente se utilizaron para condenarlos.
No obstante, según el ciberfilósofo Andrés Merejo (2015, p. 136) “el término hacker es un vocablo derivado del idioma inglés que traducido literalmente significa cortar alguna cosa de forma brusca”. Su significado en informática está relacionado con los sujetos cibernéticos que tienen capacidad para alterar los sistemas de programaciones de cualquier computadora conectada a las redes ciberespaciales.
Veinte años atrás el mismo Andrés Merejo (1998) había afirmado, en un artículo de opinión publicado en el desaparecido periódico “El siglo”, que los hackers son sujetos, nativos digitales, con intenciones disímiles y con diferentes funciones sociales, y así los describió en términos complejos.
Al mismo tiempo, los académicos de muchos países del mundo, incluyendo algunos dominicanos, pensaban que el filósofo cosmopolita, ya reconocido internacionalmente a través de sus diversos artículos indexados y de sus frecuentes participaciones en congresos norteamericanos y europeos, se estaba dejando contagiar por las palabrerías de una moda que en poco tiempo pasaría. ¡Cuán equivocados estaban!
Más tarde, Merejo publicó el libro “Hackers y filosofía de la ciberpolítica”, específicamente en el año 2012, en el que presenta una teoría más acabada sobre el tema. Entonces, desde ese momento la crítica a las teorizaciones sobre los hackers dio un giro importante. Ya nadie negaba la existencia de sujetos en el ciberespacio, incluso sin que algunos supieran de qué hablaban. La nueva polémica estaba en concebir erróneamente a los hackers de forma absolutamente negativa.
En esa publicación de 2012, Merejo explica que los hackers son sujetos buenos que cumplen con la norma del mercado informático, que pueden penetrar en cualquier computadora, pero que lo realizan para hacer el bien en nombre del orden y las leyes de los poderes políticos y sus redes digitales. Estas afirmaciones fueron foco de discusión entre quienes aseguraban que los hackers eran delincuentes digitales, capaces de romper con el sistema económico debidamente organizado, etcétera.
Para el mes de julio del año 2015, Merejo publicó el libro “La era del cibermundo”, con el que obtuvo el Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña modalidad Ensayo Científico un año antes. En esta publicación el autor dedica de nuevo un capítulo a los hackers explicando cómo muchos de estos sujetos digitales actúan en favor de causas justas para el bien de la sociedad, al tiempo en que reconocía que había grupos de hackers delincuentes a los que él se opone.
En un artículo publicado en el periódico digital mexicano “Excelsior”, de fecha 12 de diciembre de 2017, titulado “Los hackers dejaron de ser malos: la RAE los adoptó a los tiempos”, se dice que después de largos años en que la palabra solía relacionarse a los criminales y piratas informáticos, ahora la RAE los acepta como expertos en sistemas de seguridad y computación, por lo que el tiempo le ha dado la razón al Dr. Andrés Merejo, quedando demostrada su sagacidad como investigador filosófico del ciberespacio.
La RAE ha cumplido con su rol cultural, por eso no es a ella que las investigaciones de Merejo sobre los sujetos y sus discursos en el ciberespacio le han ganado la discusión, sino al intelectualismo que a prima facie tiende a rechazar todo aquello que no le sabe a sus anquilosadas nomenclaturas que una vezaprendieron en la era precibernética, y que aún circulan cubiertas por su impermeable permafrost cerebral.