Las letras están de luto: se ha ido el mecenas (OPINION)
Temprano madrugó la madrugada. Y un empujón brutal, de mucho mayor efecto y contundencia que los posibles daños del temblor que afectó la región del Caribe este día, envolvió en oleadas de pesar y desconcierto a la república, y de manera especial a la comunidad de las artes y las letras nacionales.
Es que se nos ha ido, atendiendo al llamado cruel de la parca, el artesano de las letras, el activista cultural, el funcionario eficiente, dedicado a tiempo completo a su labor, el mecenas de las artes y la creación literaria… el amigo.
Se nos ha ido, como de espanto, José Rafael Lantigua, mocano por nacimiento e hijo de cada rincón de la Patria, por sus grandes méritos ganados en el diario quehacer en pro de fomentar la creación literaria y a sus noveles cultores, en todos los rincones del país.
Sus pasos por el Ministerio de Cultura así lo atestiguan. Y la dedicada y provechosa labor al frente del quehacer cultural en la Fundacion Global Democracia y Desarrollo -FUNGLODE-, lo reafirman.
Por demás, el trabajo tesonero y silencioso, en labores de crítico literario, auscultando, cual cirujano con el bisturí en ristre, cada una de las creaciones y aportes literarios de una generación emergente de nuestro país que pugna por proyectarse y constituirse en el relevo de los grandes maestros de anteriores generaciones literarias, avalan y convierte en mucho más provechoso su accionar cultural.

Asignándole el indiscutible mérito de ser el mecenas cultural por excelencia de nuestro país, en las últimas décadas.
José Rafael se nos ha ido. Esta calurosa mañana de agosto, con la retahíla de conflictos, dimes y diretes del diario vivir, nos envolvió de repente con la inesperada noticia. Y de paso, dejó en el tintero, perdida para siempre en el baúl de los imposibles, la encomienda que me había hecho, precisamente ayer!, de hacerle llegar con la mediación del amigo común Francisco Luciano, un ejemplar de mi mas reciente publicación, en aras de contar con el espaldarazo amable, consecuente y generoso, en beneficio de mis escritos, como ya había hecho otras tantas veces con anteriores escritos.
Con dolor te despido, en este día, José Rafael. Tus letras y tu pulcro accionar como estandarte de la cultura en nuestro país, han de servir como norte y guía en el resto de mis días y en la continuidad de mis proyectos literarios.
Gracias por siempre, por existir.
Gracias por tu legado. Vivirás en el recuerdo y en los afanes de esta generación de escritores que te vimos -y seguiremos viendo- como el modelo a seguir, en cuanto a calidad, pulcritud y manera de conducirte, frente a quienes, detrás de ti, íbamos subiendo los peldaños.
¡Vade in pace!
jpm-am

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En R.D.,su tierra y la mía,
se ha ido con la brisa y un canto
José R.Lantigua,a quien con gusto leía.