La vanidad del perro flaco
Se define la vanidad como el convencimiento excesivo en las habilidades que una persona cree poseer o la atracción causada hacia los demás. Viene a ser como una especie de engreimiento, un aire de arrogancia o una especie exagerada de la soberbia. La misma cae dentro del conjunto de valores y defectos que son inherentes a los seres humanos.
Algo cuasi similar y que cae dentro de las imperfecciones morales propias de las personas, es el orgullo que, generalmente, termina en la soberbia. Se define el orgullo como la característica de alguien que tiene una opinión exagerada de sí mismo y que lo conduce sin tropiezo alguno, a un sentimiento de valoración muy por encima de los demás.
Hago alusión a estas imperfecciones morales, que son como una especie de lagunas en el buen juicio o en el carácter de los seres humanos y, sobre todo, en el ejercicio conductual de muchos líderes políticos que anteponen sus intereses ideológicos y personales al bien colectivo. En el campo del ejercicio político y del protagonismo de los llamados «dirigentes», es en donde más proliferan estas deformaciones a la ética. En consecuencia, veamos un ejemplo tangible de hasta dónde llega el falso orgullo, la soberbia y la indolencia.
Los Castro y el huracán Matthew
A principio de este mes de octubre, específicamente, el marte 4 a las 6 de la tarde, el ojo del poderoso huracán Matthew entró por Punta Caleta, en la provincia de Guantánamo, Cuba, afectando casi toda la parte oriental de la isla, especialmente a la ciudad de Baracoa, la cual dejó prácticamente devastada en su pobre infraestructura, sin energía eléctrica, sin alimentos (menos del que apenas tienen) sin agua potable, y con sus rudimentarias calles y caminos destruidos, las humildes casas destrozadas y miles de refugiados.
Si a esta desgracia natural le añadimos la miserable vida que llevan la inmensa mayoría de la población cubana en la imaginada «Isla de la Felicidad» por parte de los tontos útiles al castrismo, tenemos que llegar a la conclusión de que lo que pasaron esos cubanos de esa región y lo que deben estar pasando, no debe ser algo color de rosa. Pero, como es algo habitual en la dictadura castrista, siempre hacen lo indecible para evitar que aflore al conocimiento internacional en su contexto real, la cruda realidad de la miseria y el atraso que azota al pueblo cubano cuando es destapada por un fenómeno natural.
Y como es obvio, al no existir una prensa libe sino las únicas del gobierno y al ser tan restringida la
No obstante esas dificultades y trabas que pone la dictadura para mantener a su población desinformada de la realidad que acontece e igualmente a la prensa foránea, dada la tímida apertura de las comunicaciones en ese sentido, en el proceso de «amistad» con el «malvado imperialismo yankee» ya sea por el internet y la telefonía, todos controlados por el servicio de inteligencia cubano G-2, pude leer una información publicada en el diario El Nuevo Herald de la ciudad de Miami, en donde se pone al desnudo, la soberbia política y la insensatez de los ancianos dictadores, cuyos estamento ideológicos y políticos son superiores al bienestar de la población cubana que ellos han martirizado por medio siglo.
Los ladridos del perro flaco
La motivación que me indujo a escribir esta humilde opinión, fue dada cuando leyendo el citado diario de Miami, leí una información cuyo titular decía: «Cuba no deja entrar donaciones de EE.UU para damnificados del huracán Matthew». https://www.
Como es harto conocido, si hay una nación que siempre ha sido solidaria con otros países en la desgracia con la ayuda alimenticia, tecnológica, logística, de dinero, medicamentos y rescate, esa ha sido los Estados Unidos, sin recibir a cambio nada, porque gracias a Dios, no lo necesita ni lo acepta y no por altivez.
A pesar de que las poblaciones afectadas carecen de víveres y alimentos, agua potable, electricidad, el gobierno cubano se niega ha aceptar la ayuda norteamericana, obviamente, dejando traslucir con esa actitud arrogante, soberbia y perniciosa, que su antagonismo político, su odio malsano y su ingratitud es parte intrínseca del pensamiento político de esos dos ancianos que son dueños de la isla.
Era de suponerse que, tras el acercamiento como «amiguitos» entre el moreno nacido en Hawai que ocupa la Casa Blanca, Barack Hussein Obama II Dunham y el gobierno cubano, cuya cabeza visible lo es Raúl Modesto Castro Ruz, mejor conocido en Cuba con el alias de «La China» por sus conocidos desvaríos homosexuales, ese recelo y animadversión cubana hacia todo lo que huela a Estados Unidos, iba a ser cosa de la época de la Guerra Fría ya superada.
Es claro que esas actitudes de la tiranía castrista no es más que una falsa postura política ante sus seguidores y tontos útiles que, durante medio siglo se han tragado la píldora de todas las mentiras y posturas quijotescas del castrismo decadente e inoperante. Se quieren mostrar de frente a sus seguidores y de cara al pueblo cubano (que al fin y al cabo, es el que sufre) como los «antiyankista más genuinos de la bolita del mundo», pero que, la realidad indica otras cosas como por ejemplo:
1.- Rechazan una ayuda humanitaria ante una desgracia natural, sin embargo, negociaron durante casi un año y de espalda a gobiernos procastrista, el restablecimiento de las relaciones con EE.UU, mientras sus amigos de Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela se iba en insultos y ataques verbales en contra de Estados Unidos.
2.- Es la única nación en todo el hemisferio sur cuyo suelo está debajo de las botas del imperio norteamericano cuasi de manera perpetua, al poseer los Estados Unidos en tierra cubana, la Base Naval de la Bahía de Guantánamo desde el 23 de febrero de 1903.
3.- Su mentada revolución del 1ro. de enero de 1959 que con tanto orgullo exhiben ante el mundo, nunca les ha permitido a la Cuba castrista sobrevivir sola y sin arrimarse a otro país. Primero se prostituyeron con los rusos desde 1959 hasta el 1990 hasta que la URSS se desintegró. Luego vino la sumisión de Hugo Rafael Chávez Frías, haciéndose cargo la Venezuela chavista de la desgracia castrista y ahora que el barco chavista zozobra, se la han buscado como unos toros con el «malvado imperio» para que le levante el embargo y negocien con la isla, eso si, sin dar nada a cambio, cosa en que el moreno de Hawai les ha complacido, por ser este un traidor, entreguista y pusilánime
4- Es la única nación que en su economía rigen dos monedas, cuyo peso cubano vale menos que un rollo de papel sanitario y la otra, el «peso convertible» CUC, adquiere valor solo en referencia a la «malvada moneda del imperio».
Como podemos ver, el gobierno comunista de Cuba, ante esas actitudes de soberbia, vine a ser como un perro flaco que para ladrar tiene que pegarse a una pared. Justa razón tuvo Francois Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, cuando dijo:
«Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande»

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