La solución de los haitianos es migrar a RD (OPINION)
La dinámica entre la República Dominicana y Haití ha sido durante décadas un tema de considerable complejidad y desafío. Esta relación, a menudo marcada por tensiones y desafíos mutuos, refleja una historia compartida de luchas, pero también de solidaridad y apoyo. La migración desde Haití hacia la República Dominicana ha emergido como una solución para muchos haitianos que buscan escapar de las adversidades en su país, pero esta solución no está exenta de controversia.
La República Dominicana ha sido, históricamente, uno de los principales países que ha brindado apoyo a los haitianos. A pesar de esto, organismos internacionales y potencias extranjeras, incluidos la Organización de los Estados Americanos (OEA), las Naciones Unidas (ONU), Estados Unidos, Canadá y Francia, han ejercido presión sobre la República Dominicana en temas migratorios, pero nunca han reconocido los esfuerzos y sacrificios realizados por el país dominicano.
La situación de Haití, marcada por desastres naturales, crisis políticas y dificultades económicas, ha llevado a muchos de sus ciudadanos a buscar refugio en la República Dominicana. Esta migración masiva ha puesto en relieve las tensiones existentes, pero también la interdependencia entre ambas naciones. Sin embargo, la narrativa dominante rara vez aborda la historia de cooperación y asistencia mutua que también caracteriza a esta relación binacional.
Los dominicanos están pagando las culpas de quien, esta nación caribeña es la única en el mundo que no puede aplicar sus leyes migratoria; ellos entran al país como quieren, por donde quieren y a la hora que quieren; un ciudadano dominicano si entra allá sin documento está preso; esto será una bendición de Dios, de Mahoma o el profeta Alá o es que nos han caído las plagas de Egipto.
Los dominicanos, quienes han brindado apoyo económico y social a sus vecinos, se enfrentan a un dilema. Por un lado, existe un deseo de ayudar y mantener una relación armoniosa; por otro lado, se sienten bajo una presión internacional que a menudo limita su capacidad para gestionar sus propias políticas migratorias de manera soberana. Esta situación ha generado un sentimiento de frustración y a veces de injusticia entre los dominicanos, quienes perciben una doble moral en el tratamiento de este asunto por parte de la comunidad internacional.
El debate sobre la migración haitiana hacia la República Dominicana no es solo una cuestión de política o economía; es también una cuestión de humanidad, solidaridad y comprensión mutua. Ambas naciones, unidas por la geografía, pero divididas por circunstancias históricas y sociales, enfrentan el reto de encontrar un equilibrio entre la protección de sus propios intereses nacionales y la necesidad de ofrecer asistencia a aquellos en situación de vulnerabilidad.
Los dominicanos tan o mas condenado que Jesús a cargar la cruz del hermano país haitianos, dos naciones que pueden vivir en armonía; pero esa política de larga vida no interesa a grupos internacionales y cientos o miles de haitianos que se han beneficiado de la miseria y la pobreza que vive esa nación.
La respuesta a esta compleja situación no se encuentra en el aislamiento o en medidas unilaterales, sino en el diálogo, la cooperación y el reconocimiento de la interdependencia. La comunidad internacional, lejos de imponer soluciones o ejercer presiones injustas, debería facilitar y apoyar estos esfuerzos de colaboración.
Los llamados a la acción y la ayuda deben ir acompañados de un entendimiento profundo de las realidades locales y de un compromiso con soluciones sostenibles que respeten la soberanía de ambos países. Solo a través del respeto mutuo, la cooperación y el diálogo se pueden superar los desafíos actuales y construir un futuro de prosperidad compartida para Haití y la República Dominicana.
La relación entre la República Dominicana y Haití es un reflejo de desafíos regionales más amplios, pero también de la capacidad de las naciones para unirse en tiempos de crisis. Reconocer los esfuerzos de la República Dominicana, al tiempo que se abordan las necesidades de los haitianos, es fundamental para avanzar hacia una solución duradera. La comunidad internacional tiene un papel crucial en este proceso, no solo como observador sino como socio activo en la construcción de un futuro más justo y equitativo para ambas naciones.
jpm-am
eso es correcto.el presidente luis abinader, le brindó apoyo a mr. joe biden, 46th us president, pero este último le dio la espalda con el tema haitiano, pues le interesa fusionar la isla de santo domingo.es decir, usted está claro en lo que expones.biden-abinader, se han encargado de unir ambos paises.dr. raúl hernández p.
tu apellido te obliga hablar de esa manera y no sorprenden a nadie hoy las iglesias también se ha declarado encontra de nuestro país pero creo que resistiremos a las pretensiones de turba de bandidos que deberían ser declarado no grato en nuestro país ganaremos la batalla y se tendrán que ir del país los traidores
pues la fusion la lograrian los aitianos, la onu, acnur, amnistia internacional y todos los que nos atacan solo si reelegimos a abinader, claramente pro invasion ocupacion de esos nacionales. la muestra es tener en su gobierno el escuadron de la fusion: alvarez en el mirex, lozado en instituto migraciones, isa en ministerio planificacion y mas etc…
y yo lo veo muy bién, que migren todos si le es posible. pero contesteme esta pregunta, migrar para donde, si por eso todos los organismos internacionales abogan, más niguno de esos organismo esta dispuesto a cargar con un solo haitiano.
desde martin garcia hasta la sierra de santiago rodriguez,por ahi esta entrando mas haitianos ilegales en estos momento,y en los quemado esta uno de los cobraderos para dejar cruzar ilegales y contrabando,despues copey manzanillo y el mas bandido es el de manga guayubin que no se porque eso existe,que no sea para extorsionar dominicanos
el gobierno de un pais reside en el pueblo si este decide no hay poder de la tierra que pueda imponerse ,nadie quiere enfrentarse a un ejercito de 10 millones de ciudadanos dispuestos a defender su soberania que viva el espiritud de 27 de febrero de 1844.
vende patria rastrero asqueroso
un loco más que se pone a opinar solo leyendo el título, lo cual es entendible, pues lo más probable es que de todas maneras no entendería lo expuesto en este sensato artí****.