La seguridad nacional desde una óptica local

 

La seguridad nacional abarca la protección del Estado contra la agresión exterior y movimientos a lo interno que podrían ponerlo en peligro, también la pacificación de la sociedad misma. Corresponde al Estado asumir el papel central como unidad competente en lo geográfico, jurídico y material. De hecho la seguridad nacional y la defensa son un derecho del Estado sancionado por la comunidad internacional. Donde la defensa nacional es un elemento primordial que sirve de base a la seguridad, siendo el conjunto de medios materiales, humanos y morales que una nación  puede oponer a las amenazas contra sus objetivos nacionales.

 

El Libro Blanco de la Defensa Nacional del Perú, señala que seguridad nacional, es el conjunto de lineamientos generales para estructurar, coordinar y armonizar los esfuerzos de los campos de acción del Estado, para hacer frente a los obstáculos, riesgos, amenazas o desafíos contra la seguridad y los intereses del Estado. (Libro Blanco de la Defensa Nacional, 2005). 

 

Empero a pesar de los excelentes sistemas de información e inteligencia y las grandes capacidades militares convencionales y especiales que se mantienen activas, las autoridades y la población son puestas en jaque permanentemente por las amenazas continuas a que son sometidas, las cuales buscan explotar, entre otros, el temor del ser humano a pesar de los avances logrados en cuanto a sistema social, las ciencias, las tecnologías y la salud.

 

De manera que hoy día la soberanía nacional no solo es amenazada por fuerzas militares extranjeras, sino también por ésas nuevas amenazas no militares compuestas por el terrorismo, las guerras civiles, el crimen organizado, el narcotráfico, el tráfico clandestino de personas, los ataques cibernéticos y la corrupción en todas sus manifestaciones.

 

Precisamente ésta realidad es la que ha llevado a que hoy en día se esté discutiendo todo lo relacionado al empleo de la estructura de defensa militar al procurar seguridad interna. Algunos estudiosos consideran que éste empleo viola la misión clásica de seguridad externa de las Fuerzas Armadas, que la destina a la defensa exterior de un Estado. Lo que coloca la seguridad interna a cargo de los cuerpos policiales y de seguridad.

 

En América Latina, sin embargo esto podría recordar la Guerra Fría y la llamada Doctrina de Seguridad Nacional, que de acuerdo con el General de Brigada del Ejército Nacional de Venezuela Carlos Celis Noguera, fue un acuerdo táctico en el nivel estratégico de la lucha anticomunista, que suponía que la amenaza externa estaría a cargo de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América y la amenaza interna a cargo de los respectivos ejércitos latinoamericanos. Celis Noguera. C. (2000).

 

Para aquella época se entendía poco probable un ataque entre los países latinoamericanos, de manera que un ataque exterior en América Latina solo podría provenir del bloque comunista, para lo cual inmediatamente Estados Unidos de América asumiría la defensa. El concepto de seguridad nacional, fue convertido durante la Guerra Fría en la Doctrina de Seguridad Nacional, y fue aplicada a los países de América Latina bajo la influencia de Estados Unidos de América. Destacándose el papel de los militares en la aplicación de la misma, la lucha contra el enemigo interno y sus implicaciones políticas en éstos Estados.   

 

En la actualidad pese a la constante transformación de las amenazas a la seguridad, gran parte de las fuerzas armadas continúan realizando su función tradicional de defender su país frente a ataques militares extranjeros, lo que no solo incluye la protección del territorio y de la soberanía política del Estado, sino de la sociedad en general… Casi todas las fuerzas armadas atraviesan actualmente una etapa de reforma del sector defensa. Born, Fluri, Johnsson. (2003).

 

Estas reformas en las fuerzas armadas son la adaptación en cuanto a democratización, al nuevo entorno de seguridad y a la internacionalización, lo cual debe dar como resultado un Estado mejor preparado para afrontar las nuevas amenazas.

 

En éste punto es importante comprender que no todas las dificultades de seguridad pública se transforman en situaciones de seguridad nacional. Para una dificultad pública pasar a ser competencia de los órganos de seguridad nacional, debe tener el potencial de lesionar la calidad de vida de los ciudadanos y no tener solución en el ámbito policial, judicial o desde el nivel de la seguridad pública. En éste punto se activarán planes y medidas defensivas de excepción. Significando que el Estado ésta dispuesto a emplear las Fuerzas Armadas, intervención de las comunicaciones, toques de queda, declaración de guerra a otro Estado o actores no estatales. Con éstas medidas busca una solución eficaz, lo que significa el destino de cuantiosos recursos económicos que en otras condiciones podrían destinarse a otras áreas con necesidades importantes.

 

Como dice Pared Pérez (2006), dentro de los problemas que activan los planes defensivos, están principalmente los que constituyen desastres o situaciones de calamidad nacional que van a ser de la competencia de los órganos de Defensa Nacional, sin haber tenido que pasar por otros ámbitos, como la invasión de un país extranjero, un terremoto, un ciclón, o la degradación del medio ambiente, la excesiva inmigración ilegal de nacionales extranjeros, un índice criminal desbordante, entre otros.

 

Una situación de seguridad nacional podría ser creada por un posible incremento en el tráfico y consumo de drogas que llegue a tal magnitud que rebase sus ámbitos naturales como problema de salud pública, de la economía o de seguridad pública. De ésta manera sus efectos serían tan complejos y dañinos que por necesidad tendría que ser admitido como una amenaza a la seguridad nacional, si fuere necesario para activar planes defensivos especiales.

 

La Estrategia Nacional de Desarrollo en el Artículo Número 7 correspondiente al primer eje, entre los objetivos generales que procura lograr, cita el 1.4 seguridad y convivencia pacífica, teniendo como objetivos específicos:

 

a) 1.4.1 Garantizar la defensa de los intereses nacionales en los espacios terrestre, marítimo y aéreo.

 

b) 1.4.2 Consolidar las relaciones internacionales como instrumento de la promoción del desarrollo nacional, la convivencia pacífica, el desarrollo global, regional e insular sostenible y un orden internacional justo, en consonancia con los principios democráticos y el derecho internacional.

 

Para su consecución, estos objetivos van acompañados de específicas Líneas de Acción que marcan la dirección a seguir.

 

Como podemos apreciar, se hace necesario ver la seguridad nacional con una mirada más cercana, en el contexto latinoamericano, lo que nos lleva a visualizar nuestra realidad y concebir la seguridad en las áreas en que se desenvuelve nuestra colectividad, para poder reducir o neutralizar los peligros, amenazas y presiones que atenten contra la consecución de las metas básicas que hemos establecidos como sociedad.

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