La pobreza dominicana

El  recién pasado viernes 16 de septiembre del presente año se llevó a cabo una reunión del Consejo de Gobierno ampliado presidida por el señor presidente de la República Dominicana en la  cual se dieron a conocer las principales prioridades, no así las políticas presupuestales del gobierno,a un mes de haber iniciado sus ejecutorias el pasado 16 de agosto. Entre estas prioridades se destacó disminuir la pobreza en unas 830,000 personas.

Conforme la literatura económica,  los problemas de la distribución del ingreso y la pobreza son quizás los talones de Aquiles de las economías a pesar de los grandes avances de la posguerra, y de los exitosos programas de estabilización y ajuste de los últimos años.

Así, a los bajos niveles de ingreso se suma una distribución desigual para que se tenga muy altos niveles de pobreza. Estos dos problemas son diferentes ya que se puede tener un país muy desigual con bajos niveles de pobreza o al revés, países con ingreso bajo pero con pobreza también reducida por tener una Distribución más o menos razonable del poco ingreso disponible.

Para medir la distribucion del ingreso se realizan encuestas que obtienen información no solo del ingreso sino también del gasto de los hogares. El Banco Central de la República Dominicana actualizó el Índice de Precio al Consumidor (IPC), mejor conocido como la canasta familiar, desde una base del año 1999 al año 2010.

Estudios realizados arrojan que un hogar dominicano promedio gasta 25.1% de sus ingresos en productos alimenticios y bebidas no alcohólicas, mientras un 11.6% se va en gastos de vivienda, 17.95% en transporte y 3.74% en educación, entre otros gastos.

Contrario a lo que podría pensarse, definir la pobreza es un asunto extremadamente complejo. No solo es quien no tiene dinero para comer. Comer no lo es todo, y puede ocurrir que las personas tengan dinero para comer y sean pobres, porque no pueden gastar en nada más. ¿Qué otras cosas debería tener cualquier persona? Ropa, y un lugar para vivir. El no saber leer es signo de pobreza.

Conforme estudios se afirma que en República Dominicana el gasto en alimentos se ha reducido de 31% a un 25% ya que la mayor parte de los hogares no han podido mejorar sus ingresos lo que les ha llevado a gastar menos en alimentos y en bienes y servicios que anteriormente les era asequibles.

Si alguien no puede llevar adelante su plan de vida, y este era razonable, entonces esta persona no está utilizando a fondo sus capacidades; por lo tanto es pobre. En términos cuantitativos para medir la pobreza se utilizan diferentes medidas. Una muy común en agencias internacionales, es establecer una linea de pobreza, que es una cierta cantidad de ingreso, debajo de la cual se es pobre.

A finales del siglo XX, esta linea se establecía en un dólar diario, para definir la pobreza extrema, y dos dólares diarios para la pobreza a secas. Con este criterio, si una persona tiene un ingreso inferior a estos dos dólares diarios es pobre y si su ingreso es inferior a un dólar diario, es pobre en extremo.

Muchos investigadores siguen un método diferente. Construyen una canasta básica, que incluye alimentación, vestido, vivienda, educación, salud, etc. y con ella analizan a la población. Quienes no pueden cubrir dicha canasta básica son pobres.

Definitivamente no es fácil medir la pobreza. La pobreza extrema ya no es un problema de desarrollar capacidades, sino simplemente de sobrevivir. Por ello la alimentación se convierte en un asunto fundamental.

Aunque el Gobierno Dominicano no especificó la estrategia a seguir para disminuir la pobreza uno de los problemas más complejos de la economía es la relación entre gastos sociales y pobreza.

Por debajo de cierto nivel de ingreso, los individuos no tienen opciones de desarrollo, por lo que se debe subsidiar su movimiento hacia arriba, para que después continúen su crecimiento por sí mismos. El problema es como subsidiar este crecimiento inicial.

Si la transferencia es vía mejoramiento del nivel de vida general: pavimentación, entubamiento de agua potable, drenaje, electricidad, entre otros, puede generarse un movimiento migratorio que podría empeorar los problemas en el mediano plazo.

Subsidiando a los pobres se desperdician recursos tal el caso de las tarjetas de solidaridad pués a través de ellas se organizan los pobres pero para fines políticos, pero la pobreza extrema no es atacada.

Es bueno tener presente que la Distribucion del ingreso es una medida que no puede concentrarse solo en un número, sin que este pierda relevancia, los índices para medir la distribución son los de Gini o las razones entre ingreso de grupos de la población.

Una forma más adecuada de medir la distribución es utilizando la curva de Lorenz, la pobreza, según Amartya Sen, es la imposibilidad de desarrollar las capacidades. Según Jhon Rawls, es no poder desarrollar un plan de vida razonable.

Normalmente, la pobreza se mide por medio de una linea de pobreza (un determinado nivel mínimo de ingreso) o utilizando una canasta básica de bienes, los planes contra la pobreza pueden ser dotación de recursos e infraestructura de manera agregada o de manera individual. Ambos tienen ventajas y desventajas.

Las actuales autoridades dominicanas solo mencionan un guarismo o número en el que buscarían reducir la pobreza (830,000 personas) pero no señalan o describen las estrategias o acciones efectivas a seguir para combatir este flagelo y en que lapso lo harán.

La República Dominicana tiene uno de los gastos públicos sociales más bajos  contra la pobreza de América Latina y el mismo es consecuencia de una baja voluntad política, de una corrupción incontrolable, una mala administración tributaria lo que incide en una baja presión tributaria, una estructura tributaria regresiva y un gasto público social mal orientado.

Estudios realizados han arrojado de que las demandas de más y mejor gasto público en el país no se circunscribe al área social sino en áreas de inversión pública o fomento productivo.

Asimismo, las políticas macroeconómicashan puesto mucho énfasis en asegurar una tasa de inflación baja y estable pero no han sido efectivas en relación con la necesidad de reducir la inestabilidad real.

De manera que esta prioridad de política pública del Gobierno Dominicano una vez más se quedará en un simple enunciado o en los famosos sueños de Calderón de la Barca de que “los sueños, sueños son” ya que el mal no es atacado con responsabilidad y criterio para aminorar este cáncer que el que no lo padece en carne viva no conoce sus consecuencias ni puede hablar con verdadera sensibilidad humana.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

 

 

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