La letrina francesa
En nuestra condición de isleños siempre pensamos que somos únicos, que todos nos conocen, que nuestra comida es la mejor, nuestras mujeres las mas bonitas y las playas mas hermosas, y es así. Esa es la pura verdad para los habitantes de las 657 islas del mundo esto es una realidad, somos únicos.
Es este erróneo delirio que nos lleva a enfocarnos en solo nuestro alrededor y ni la alfombra mágica del Internet nos lleva mas allá de nuestras fronteras culturales e ideosincráticas. Mas aun , los países primer mundistas que conocen nuestra debilidad utilizan esto como una venda en nuestros ojos.
Vamos a prender esta velita a ver lo que podemos ver :
¿Sabían ustedes que muchos de los países que hoy nos condenan en el foro internacional por la sentencia evacuada por nuestro Tribunal Constitucional en referencia a quien es dominicano y quien no lo es, son los primeros en botar como basura a sus ilegales?. Ellos con la ventaja de tener mares u océanos como fronteras como el caso de Puerto Rico, muy diferente al pírrico río Masacre que separa a nuestro país del enclave africano en las Américas, Haití.
La política de deportaciones de los Estados Unidos es muy clara: si te agarran, te fuiste y punto. No hay camino a la regularización para los que entraron ilegalmente al país y una penalización de 10 años de cárcel al deportado que intente re-ingresar a su territorio.
En México, donde fue llevado a la corte de los derechos humanos un usurpador haitiano (aun con su acento marcado) a mentir y por el cual fuimos condenados, aun nosotros demostrando tan aberrante fraude, los inmigrantes ilegales de Centroamerica sufren maltratos escalofriantes, violaciones, secuestros, mutilaciones, asaltos y robos de parte de las autoridades.
Los japoneses son mas comerciantes pues a sus inmigrantes ilegales les ofrecen la deportación voluntaria con un incentivo de $3000 dólares por persona y $2000 por cada familia repatriada junto con el mismo. Lo único es que nunca mas podrán entrar a Japón. Sayonara!
Ni hablar de Costa Rica, pues allí el problema ilegal tiene un nombre: Nicaragua. Las autoridades han impuesto una multa de $100 dólares al mes para toda persona ilegal que no se regularice. Esta ley fue aprobada en el 2010 y finalmente puesta a funcionar en el 2011. Que diferencia con las victimas haitianas en nuestra República, donde se les da todo gratis, no pagan impuestos y nos escupen la mano cuando están de buen humor y se limpian el “fui” con ella si no lo están.
Esto solo es una muestra de lo que es doble moral y demagogia.
No nos arrodillemos, que no nos den pena; siéntanse orgullosos de su Tribunal Constitucional y si el momento llega, las almas en pena del degüelle de Moca te dirán qué hacer y hasta dónde extirpar el cáncer que hoy nos agobia.
Te dirán que cruces el río Masacre, abras la puerta de madera y eches los desperdicios allí, en su letrina francesa.
sp-am