Diáspora dominicana: espina dorsal ignorada por el Estado
Por LUIS CASTILLO
El reciente informe del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), destacando el flujo de remesas de enero a octubre de 2024, subraya una realidad crucial para la economía dominicana: la diáspora es, sin lugar a dudas, la espina dorsal de la estabilidad económica del país.
Con más de US$8,911.7 millones en remesas en los primeros diez meses del año, y con un crecimiento significativo respecto al año anterior, este flujo de dinero enviado por millones de dominicanos en el exterior no solo respalda la economía, sino que impulsa directamente el consumo, la inversión y la capacidad financiera de las familias más vulnerables.
Sin embargo, esta misma diáspora, que mantiene al país a flote, ha sido ignorada históricamente por el Estado dominicano y, de manera notoria, por el Banco Central. En particular, el gobernador de esta institución, que en otras naciones se reuniría con representantes de comunidades clave, no ha mostrado interés alguno en abrir un diálogo con los dominicanos en el exterior.
El Banco Central ha dejado de reconocer formalmente la importancia de la diáspora en la estabilidad económica y no ha incluido sus necesidades y preocupaciones en las políticas macroeconómicas del país. Esto es un claro reflejo de una política pública que da por sentada la generosidad de la diáspora, viéndola como un “ingreso automático” en vez de un pilar humano que debe valorarse y cuidarse.
No solo el Banco Central ha caído en esta omisión. El presidente Luis Abinader, quien en su campaña prometió ser el primer mandatario en integrar a la diáspora en el plan de desarrollo nacional, no ha cumplido esta promesa. En sus discursos sobre crecimiento económico y estabilidad, rara vez se menciona a la diáspora dominicana y su contribución indispensable a la economía del país. Esta falta de reconocimiento es especialmente dolorosa en tiempos de festividades, cuando el pueblo dominicano requiere más que nunca del flujo de dólares que la diáspora proporciona. Estos recursos, que son “dinero barato” en términos económicos para el empresariado dominicano, ayudan a contener el tipo de cambio y a garantizar que el peso dominicano no pierda su valor. Sin embargo, el sacrificio de millones de dominicanos en el exterior se retribuye con un reconocimiento nulo.
La ausencia de una estrategia de inclusión efectiva para la diáspora no solo es ingrata; es una oportunidad perdida. En lugar de implementar políticas que fortalezcan y hagan sostenible este flujo de ingresos, el Estado parece enfocarse en esperar que, sin importar las circunstancias, los dominicanos en el exterior continuarán enviando remesas.
En un mundo de crecientes desafíos económicos, la falta de políticas de integración y apoyo a esta comunidad muestra una visión corta y falta de planificación a largo plazo. Es imperativo que el gobierno, y especialmente el Banco Central, reconozcan y formalicen el rol de la diáspora dominicana.
Para la comunidad productiva, política y social del país, este análisis debería ser un llamado de atención. Mientras los dominicanos en el exterior envían más de US$8,911 millones anuales, el empresariado y el Estado deben comprender que la dependencia de las remesas sin una reciprocidad social y económica es insostenible.
La diáspora no solo responde con solidaridad y esfuerzo para el bienestar de sus familias y la economía nacional, sino que también espera ser reconocida como un componente clave en la construcción del país.
En tiempos de festividades y cierre de año, cuando las remesas aumentan, es oportuno que las autoridades y sectores productivos muestren su aprecio y compromiso, pues este flujo es lo que permite al país disfrutar de una temporada navideña con estabilidad económica.
El presidente Abinader y el Banco Central deben mostrar voluntad política para que los millones de dominicanos que sostienen el país desde fuera reciban el reconocimiento y las políticas que merecen, en lugar de ser tratados como una fuente automática de divisas sin voz ni representación.
luis seguimos diciendo lo inportante que somos y que deben de retribuirnos …pero que especificamnte debe de hacer el estado para nosotros es donde estamos limitados. que queremos? cuales son nuestros objetivos?
es la pura verdad
hace tiempo le presente a un amigo diputado de la republica una idea de crear un fondo en base a las remesas para que el estado dominicano pensione a todos aquellos residentes en el exterior cuando lleguen a los 65 anos, ya que muchos se retiran en los eeuu con unas pensiones que no dan para nada, espero que mi amigo algun dia lo proponga, la otra es que por nuestros aportes deberiamos de tener un seguro de salud con todos los privilegios.
mientras la diaspora dominicana sea dirigida por ventajistas y utilitarios,muchos de ellos dirigentes de algunos partidos políticos de república dominicana, seguirán siendo tontos útiles /cómo penelope,esperando un tren que nunca llega.
diáspora —correción
lo que pasa es que todavia los dominicanos en la diaspora no se han organizado para socabar el entramado electoral con dinero de las elites en rd. si se organizan para el 2028 como hizo donald trump y su gente, les aseguro que los votos de la diaspora podrian elegir quien es y no el proximo presidente y este sera el que tenga politica inclusiva de gente brillante de la diaspora para cambiar el enturto de gobierno atrapado por las elites…
luis, muy interesante tu planeamiento, lo que pasa es que así la ignoren, la diáspora siempre estará ahí sosteniendo sus familiares con remesa, lo hace por necesidad y a mismo tiempo contribuye al país.
ningún gobierno dominicano ha hecho nada por la diáspora, ni hará. solo le interesa las remesas y los viajes que dan pagando un impuesto que nunca eliminarán. así que no venga usted con basura.
los candidatos presidenciales dominicano de todos los partidos. solamente se acuerdan de la diapora en tiempo de elecciones. despues que ganan, les dan tremendas patadas.