Jesús y el ministerio femenino rebelde y de fe

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El autor es politólogo y teólogo. Reside en Nueva York

A propósito del 8 de marzo en que se conmemora el día internacional de la mujer, me remonto al ministerio de Jesucristo para que notemos la relevancia histórica de su papel en todos los procesos socioculturales.

Y con ello podemos afirmar que desde los primeros días del ministerio de Cristo, las mujeres desempeñaron un papel crucial, no solo en el seguimiento espiritual, sino también en el sostenimiento y apoyo práctico de la obra que Él realizó.

A pesar de vivir en una sociedad patriarcal que restringía las oportunidades de las mujeres, Jesús rompió con muchas normas de su tiempo al integrar a las mujeres como discípulas, colaboradoras y testigos de su resurrección.

Sin utilizar la hermenéutica ni la exégesis profunda quiero explorar el papel fundamental de las mujeres en el ministerio de Jesús, basándome en las Escrituras para resaltar su contribución tanto espiritual como material.

1)- Mujeres en el ministerio discípulas y colaboradoras

En los Evangelios, encontramos varias mujeres que no solo escucharon las enseñanzas de Jesús, sino que también se convirtieron en sus discípulas, colaborando activamente en su misión.

Una de las formas más destacadas de colaboración fue el apoyo material.

María Magdalena; es una de las figuras más prominentes entre las demás seguidoras de Jesús.

En Lucas 8:2-3 se nos dice: “Y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades, María, que se llamaba Magdalena, de la cual habían salido siete demonios; y Juana, mujer de Chuza, intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.”

María Magdalena fue sanada por Jesús de demonios, lo que la llevó a seguirlo fielmente. Ella no solo acompañó a Jesús durante su ministerio, sino que también lo apoyó financieramente junto con otras mujeres, mostrando un compromiso profundo con la causa.

Marta y María de Betania

Las hermanas Marta y María, residentes de Betania, también tuvieron un lugar destacado en el ministerio de Jesús.

En Lucas 10:38-42, leemos cómo recibieron a Jesús en su casa. Mientras Marta se preocupaba por los quehaceres domésticos, María se sentó a los pies de Jesús, escuchando sus enseñanzas. Jesús elogió a María por haber elegido “la buena parte”, lo que subraya la importancia de la dedicación espiritual.

En Juan 12:1-8, María también se destacó al ungir los pies de Jesús con un perfume costoso, un acto de profunda devoción.

Las mujeres en la crucifixión y resurrección

Las mujeres estuvieron presentes en los momentos más cruciales de la vida de Jesús. Mientras los discípulos huyeron, llenos de miedo y terror, varias mujeres permanecieron cerca de la cruz, mostrando su lealtad incluso en los momentos más oscuros.

En Mateo 27:55-56 leemos: “Y estaban allí muchas (muchas, nos indica un número muy importante) mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole”. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Al día siguiente de la crucifixión, las mujeres también fueron las primeras en visitar la tumba de Jesús para ungir su cuerpo, como se relata en Marcos 16:1-2: “Pasado el día de reposo, María Magdalena, y María la madre de Jacobo, y Salomé, trajeron especies aromáticas para venir a ungirle.”

En Juan 20:11-18, María Magdalena es la primera persona en ver a Jesús resucitado, y Él le encomienda la misión de anunciar a los discípulos que Él ha resucitado, convirtiéndola en la “apóstol de los apóstoles.”

Este es un extraordinario privilegio ver a Cristo primero que los demás y en especial que los hombres -incrédulos- después de la resurrección.

2. El apoyo financiero de las mujeres

Además de su apoyo espiritual y emocional, las mujeres jugaron un papel clave en el sostenimiento material del ministerio de Jesús.

En Lucas 8:3, menciona a varias mujeres que, con sus bienes, ayudaban a Jesús y sus discípulos: “Y Juana, mujer de Chuza, intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas (otra vez nos topamos con “muchas” el adjetivo cuantitativo) que le servían de sus bienes.” Juana, esposa de Chuza, un alto funcionario de Herodes Antipas, es una de las mujeres que contribuyó económicamente al ministerio de Jesús, lo que resalta el compromiso de las mujeres de alto rango social, de alcurnia, de la alta nobleza, con la causa de Jesús.

María Magdalena, Susana, y otras mujeres anónimas también proporcionaban apoyo económico, lo que permitía que Jesús y sus discípulos se dedicaran plenamente a la predicación sin preocuparse por las necesidades materiales.

Esta colaboración no solo fue práctica, sino también un acto de generosidad y devoción, mostrando que las mujeres desempeñaban un rol esencial en la expansión del evangelio siendo estos hechos un elemento esencial en la rebeldía al modelo socio-religioso y la fe.

3. Mujeres en la iglesia primitiva

El ministerio de Jesús no solo abrió espacios para las mujeres durante su vida, sino que también dejó un legado que continuó en la iglesia primitiva.

En Romanos 16:1-2, el apóstol Pablo recomienda a Febe, una diaconisa de la iglesia en Cencreas, como un ejemplo de fe y servicio: “Os recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencreas.” De manera similar, Priscila, junto a su esposo Aquila, es mencionada en Hechos 18:26 como la mujer que enseñó a Apolos, un predicador elocuente, en la fe cristiana.

Conclusión

El ministerio de Jesús fue un testimonio de inclusión y de desafío a las normas sociales de su tiempo.

Las mujeres que lo rodeaban no solo fueron seguidoras devotas, sino también colaboradoras activas en la misión de llevar el mensaje del evangelio cómo un acto revolucionario. A través de su fe, su apoyo material y su presencia en los momentos clave del ministerio de Cristo, las mujeres demostraron ser una parte integral de la obra divina y con ello daban gritos de protesta social y religiosa.

Jesús no solo les dio voz a las mujeres, sino que las posicionó como testigos privilegiados de su resurrección, el acto culminante de su misión redentora y del acontecimiento histórico más importante de cualquier época religiosa.

Este ministerio femenino, al mismo tiempo que quebró barreras culturales, sigue siendo una inspiración para el papel vital de las mujeres en la iglesia y la sociedad contemporánea.

La iglesia que Cristo fundamentó con sus palabras y hechos, siempre resaltó la necesidad del ministerio femenino.

Lo demás es imposición de hombres.

jpm-am

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Elías
Elías
5 horas hace

Excelente artículo, felicitamos al autor

luis
luis
1 hora hace
Responder a  Elías

muy sabio artículo

Maria Rive
Maria Rive
6 horas hace

Un artículo que habla de la dedicación de la mujer tanto en lo social como en los espiritual, destacado su labor humanista y dejando saber que de acuerdo a la época y circunstancia la mujer ya eestaba empoderada.