Improvisaciones en el transporte RD

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El AUTOR es abogado y político. Reside en Santo Domingo.

Nuestro país se enfrenta actualmente a un problema endémico que, lejos de resolverse, parece agravarse con cada cambio de gobierno: la improvisación en su sistema de transporte.

El tránsito en la República Dominicana, sobre todo, en el Gran Santo Domingo, se ha convertido en una problemática estructural que afecta la movilidad de la población y la eficiencia del transporte, a la vez que deteriora la calidad de vida de todos los dominicanos.

A pesar de las medidas adoptadas por el gobierno, los esfuerzos institucionales realizados y las reformas legales que se vienen impulsando, la población percibe que el transporte urbano en la República Dominicana sigue siendo uno de los sectores más caóticos y vulnerables del país.

Basta con observar el “día a día” en nuestras calles y avenidas para constatar la ausencia de planificación sostenible. Cada cierto tiempo, surge una medida “mágica” para resolver el desorden vehicular: nuevos corredores improvisados, rutas cambiadas sin consulta previa, operativos de control que duran apenas semanas, cambios de horarios laborales, o la repentina restricción de girar a la izquierda en algunas intersecciones con gran flujo de vehículo.

Estas decisiones se toman, casi siempre, sin estudios técnicos rigurosos, sin participación ciudadana, sin medir el impacto que, a mediano o largo plazo, esas medidas pudieran generar; pero, sobre todo, con una clara desconexión de los actores principales del transporte (choferes, sindicatos, usuarios).

Patrón constante

Lamentablemente, el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) ha venido sustentando su accionar en los últimos años en un patrón constante: la improvisación.

Hemos sido testigos de una cadena de decisiones precipitadas que, lejos de resolver los problemas de movilidad, los agudizan.

La improvisación también se nota en la falta de integración y coordinación entre los diferentes medios de transporte. Mientras en otros países de la región se planifican redes interconectadas (metros, autobuses, teleféricos, ciclovías), en la República Dominicana cada sistema parece diseñarse de forma aislada, sin intermodalidad, ni criterios unificados de pago, horarios o frecuencias.

Otro aspecto preocupante es la falta de coherencia entre lo anunciado y lo ejecutado. Se presentan campañas de educación vial mientras, simultáneamente, se colocan semáforos mal sincronizados y se instalan señales confusas, al margen de la falta de inteligencia y astucia de los agentes de DIGESET en el control y supervisión de la circulación vehicular.

Todo esto revela un problema estructural: la política de transporte dominicano suele depender del corto plazo, de parches que buscan respuestas inmediatas (y a menudo mediáticas), sacrificando la sostenibilidad.

Resulta impostergable que las autoridades —junto con los transportistas, urbanistas y la sociedad civil— asuman con seriedad la tarea de construir un sistema de transporte planificado, eficiente, seguro y ambientalmente sostenible. De lo contrario, seguiremos atrapados en un círculo interminable de improvisaciones, pagando el precio en tiempo perdido y salud deteriorada.

El país necesita una política de transporte seria, sostenida y participativa. No se trata sólo de modernizar autobuses, pintar ciclovías, programar horarios o no doblar a la izquierda, se trata, más bien, de crear un sistema planificado, que sea inclusivo, participativo, sostenible y conectado con las necesidades reales de la población.

El transporte no puede seguir siendo rehén de decisiones momentáneas o de intereses particulares. El gobierno, a través del INTRANT está llamado a liderar una transformación profunda, pero para eso debe abandonar la improvisación constante como modelo de gestión.

La ciudadanía merece un transporte digno, seguro y funcional. La improvisación, por el contrario, solo nos lleva al retroceso, al caos y a la desesperación.

jpm-am 
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Juan E sil
Juan E sil
4 meses hace

La educación vial sin sanciones drásticas no resolverá nuestro caos, incautarle el vehículo por un mes y diesmil pesos de multa a quien cruce en amarillo nos ayudaría bastate. Tecnología de fotos a voladores de semáforos, ayuda también.!! Prueben eso !!