Impacto de los aranceles de Trump (OPINION)

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El autor es comunicador. Reside en Nueva York

POR LUIS M. GUZMAN

La reactivación de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, anunciada por Donald Trump en su campaña de 2024 y aplicada en febrero de 2025, ha generado tensiones económicas y comerciales en Norteamérica.

Aunque en un inicio se estimó una recaudación de $1.3 billones en una década para EE.UU., nuevos análisis del Peterson Institute for International Economics (2025) sugieren que el beneficio neto real podría ser inferior a $500,000 millones. Esto se debe a represalias comerciales, disrupciones en cadenas productivas y pérdida de competitividad global.

Integración económica regional

México y Canadá concentran el 36% del comercio total de EE.UU., y la relocalización de cadenas de suministro (nearshoring que consiste en una estrategia comercial que consiste en trasladar parte de la producción de una empresa a un país cercano) ha fortalecido la interdependencia. En 2024, México se convirtió en el mayor socio comercial de EE.UU., con un intercambio de $466,000 millones. Sectores clave como semiconductores y vehículos eléctricos dependen de esta integración. Según la Fed de Dallas, los aranceles podrían elevar hasta un 15% el precio de los autos en EE.UU. en el primer año.

Además, el crecimiento del nearshoring ha permitido que empresas estadounidenses reduzcan costos operativos y fortalezcan su competitividad frente a China. De acuerdo con el Banco de México (2025), el 42% de las empresas manufactureras que reubicaron operaciones en 2024 eligieron México, lo que impulsó un crecimiento del 4.8% en la inversión extranjera directa del país. Los aranceles amenazan con frenar esta tendencia, obligando a las empresas a reconsiderar su estrategia de producción.

Otro sector altamente expuesto es el de la industria automotriz, donde México y Canadá representan el 50% de las importaciones de autopartes de EE.UU. En 2024, la producción de autos eléctricos en México creció un 12%, con inversiones de empresas como Tesla y BMW. La imposición de tarifas afectaría la rentabilidad del sector y podría llevar a un encarecimiento del transporte en EE.UU., impactando tanto a consumidores como a fabricantes.

Desempleo y relocalización de empresas

A pesar de que Trump argumenta que los aranceles fomentarán el empleo industrial, el Economic Policy Institute (2025) estima que solo el 20% de las empresas afectadas trasladarían producción a EE.UU.

La mayoría optaría por Asia o automatización. Además, la escasez de mano de obra calificada en manufactura (tasa de vacantes del 4.5% en 2024) limitaría la efectividad del reshoring. Moody’s Analytics advierte que la pérdida de empleos podría alcanzar los 500,000 puestos, afectando a sectores tecnológicos y automotrices.

Respuesta de México y Canadá 

México ha acelerado acuerdos con Sudamérica y la UE para diversificar mercados y reducir la dependencia de EE.UU. En 2024, firmó un pacto con Brasil para exportar autopartes y reforzó su relación con la Alianza del Pacífico. Canadá, por su parte, ha priorizado la producción de minerales estratégicos como níquel y litio, aprovechando incentivos del Inflation Reduction Act (IRA). Como represalia, Ottawa evalúa restricciones a la exportación de estos materiales hacia EE.UU., afectando la transición energética norteamericana.

El T-MEC permite a EE.UU. imponer aranceles por razones de seguridad nacional (Artículo 32.2), pero México y Canadá han interpuesto demandas ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias (CIADI). Un fallo a su favor les permitiría aplicar represalias sin violar el tratado. Además, el Congreso de EE.UU. debate la ley Bicameral Congressional Trade Authority Act, que limitaría la autoridad del presidente para imponer tarifas unilaterales, aumentando la incertidumbre legal.

Efectos en la inflación, el consumo y mercados financieros

La Reserva Federal ha advertido que los aranceles del 25% dificultará alcanzar su meta inflacionaria del 2%. Modelos del FMI (2025) proyectan un aumento de 1.2 puntos porcentuales en el índice de precios al consumidor en 18 meses. Sectores vulnerables incluyen la agricultura, donde México, mayor importador de maíz estadounidense, podría reducir compras, afectando a granjeros de Iowa e Illinois con pérdidas de $12,000 millones anuales. También, la energía sufrirá impactos debido a que Canadá provee el 56% del crudo importado por EE.UU.

Desde el anuncio de los aranceles, los mercados han reaccionado con volatilidad. En la primera semana de febrero de 2025, el Dow Jones cayó un 3.2%, reflejando preocupaciones sobre costos empresariales y menor crecimiento económico. Analistas de Goldman Sachs advierten que las cadenas de suministro sufrirán distorsiones, afectando la rentabilidad de empresas con exposición en México y Canadá. La incertidumbre regulatoria también ha llevado a un incremento en las tasas de riesgo para inversiones en manufactura.

Geopolítica y la competencia con China

El conflicto comercial en Norteamérica favorece a China, que ha intensificado inversiones en México para eludir aranceles y aprovechar el T-MEC. Empresas como BYD han destinado $5,200 millones a plantas de autos eléctricos en el país. Esta estrategia permite a China mantener su presencia en la región sin necesidad de exportar directamente a EE.UU. Además, Pekín ha firmado acuerdos de cooperación tecnológica con México y Canadá, fortaleciendo su influencia en sectores estratégicos como energías renovables y telecomunicaciones.

Mientras EE.UU. busca frenar el ascenso económico chino, sus medidas arancelarias han incentivado indirectamente el crecimiento de China en su propio continente. Esto podría generar una mayor dependencia tecnológica y financiera de Norteamérica hacia China en el mediano plazo, debilitando la posición de EE.UU. en la competencia global.

Riesgo elevado

La reactivación de los aranceles del 25% se presenta como una apuesta arriesgada en un contexto de alta integración productiva y presiones inflacionarias. Si bien la medida satisface sectores proteccionistas, sus costos incluyen la fuga de inversiones, la erosión del T-MEC y oportunidades de expansión para China y la UE en el mercado norteamericano. En un mundo interconectado, el unilateralismo arancelario representa un retroceso estratégico y económico.

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