Habrá impunidad en San Francisco de Macorís?

La impunidad es tan antigua como la propia existencia.
En la lectura del libro Génesis de la Santa Biblia, encontramos el primer caso
conocido de impunidad. Caín, al dar muerte a su hermano Abel.

Siempre hubo impunes, mentirosos, falsarios,
camaleones, que consiguieron evadir la justicia, logrando escapar de la justa
sanción que implica una falta o delito. Ni qué decir del mal que estas
actitudes le han hecho a la vida política y social de cada una de las
naciones del mundo.

Para entendernos todos sobre el tema, según el
diccionario de la Real Academia de la Lengua, “la impunidad” es definida como
falta o ausencia de castigo frente a un hecho delictivo, por tanto esto ubica
la problemática dentro del funcionamiento de la administración de justicia y
del sistema penal del país.

La impunidad es medida en términos empíricos mediante
la diferencia que existe entre el número de delitos denunciados respecto de los
casos que terminan con una sanción firme y definitiva.

Cuando la impunidad es alta, nos indica que la
administración de justicia y su sistema penal en su conjunto son, ineficientes;
pero además indica que la persona infractora no es sancionada en el marco de la
acción jurídica que ejerce el Estado en su intento de cumplir con sus deberes
constitucionales. Generando esta situación un fenómeno que tiende a incrementar
la violencia, pues por un lado, al corroerse el garantismo institucional del
Estado, trae consigo la deslegitimación del marco institucional público con
todos los problemas que ello origina.

En general, detrás de un acto de impunidad, siempre
se esconde el doble discurso que finalmente consigue cómplices para
justificar esa acción vil. El caso que nos ocupa no es la excepción; hoy
en día los habitantes de San Francisco de Macorís y muchos en el país tienen
centrada toda su atención en el caso del sometimiento del Alcalde Municipal y
dos ex funcionarios de ese cabildo, por parte de la Procuraduría General de la
República.

A quienes se le imputa de ser autores y/o cómplices de
coalición de funcionarios, que habrían cometido falsedad y usado documentos
falsos, que prevaricaron, desfalcaron, abusaron de la confianza y se
constituyeron asociación de malhechores, entre otros hechos ilícitos, todos
tipificados en el Código Penal Dominicano por un monto mayor a los Cien
Millones de Pesos Dominicanos, en perjuicio del erario dominicano, destinados
para la implementación de soluciones físicas y sociales de la colectividad,
esto es, del pueblo.

Al analizar cuales factores propician la incubación de
la impunidad, observamos que tendrían que aflorar algunos de los elementos
siguientes: 1- Flojera en los elementos probatorios de los delitos cometidos.
2- Debilidad en el aparato encargado de administrar justicia. 3- Apoyo de
sectores que gravitan en el diario acontecer de la sociedad, y por último, 4-
Existencia latente de protección del poder político. Ahora, procedamos a pasar
revista a estos condicionantes necesarios para hacer posible que la impunidad
prospere en este proceso específico que nos atañe.

En relación al primer agente fertilizante de la
impunidad enlistado, nos conforta la seguridad de que contamos con sobrados
elementos que sustentan la acusación que produjo inicialmente la Procuraduría
General de la República, cuya principal arma legal es una exhaustiva auditoria
ejecutada por la Cámara de Cuentas, organismo estatal de mayor jerarquía
administrativa para ejercer controles externos en los Municipios, de acuerdo lo
define su ley orgánica, es la institución rectora de la fiscalización de las
cuentas generales y particulares de la República, correspondiéndoles la
aprobación y revisión de todas las cuentas generales del Estado, incluyendo de
los todos los Municipios, de las Juntas de Distritos, de los establecimientos
públicos y de las instituciones que reciban aportes y/o subsidios.

Con solo dar un vistazo a los resultados evacuados por
esa experticia realizada, brotan decenas de anomalías que son detalladas
y sustentadas por las infracciones procedimentales cometidas en cada una de
ellas, destacando las millonarias sumas de dineros del pueblo distraídos
en consecuencia de estos malos manejos. Los resultados son tan contundentes que
dan seguridad de su fortaleza como prueba delictiva.

Sobre el segundo factor facilitador de este mal,
colegimos que este Municipio cabecera de región tiene la gran satisfacción de
contar con un aparato judicial probo, que ha dado certeras pruebas de
eficiencia y seriedad absoluta.

La Cámara Penal de la Corte de Apelación del
Departamento Noreste, conformada por excelentes jueces, dotados del necesario
valor para asumir sus funciones con independencia, poseedores de una sabiduría
practica y con una larga trayectoria de labor incuestionable en la
administración de justicia.

Con una garantía extra que la provee la impecable
figura que la preside, cuyo trabajo como juez por más de veintidós años, además
de su desempeño como académico, les han granjeado el reconocimiento
general de todos los sectores representativos de la provincia y de la
región.

En cuanto al tercer componente catalizador de la
impunidad, las demostraciones de solidaridad y más aun, de identificación de
los sectores sociales de mayor incidencia en la colectividad francomacorisana
en procura de que sean debidamente juzgados los imputados de este desfalco, han
sido evidentes y de gran notoriedad pública; generando innúmeras actividades de
gran ingenio y creatividad en los que han dado demostración total de su rechazo
a estos delitos cometidos que los han afectado en su cuerpo, sus mentes y hasta
en la propia construcción de su historia como pueblo.

Por último, estudiemos el más temido de los factores
enumerados anteriormente como auspiciantes de impunidad; el de la posibilidad
de que exista protección desde el poder político. En cuanto a este causal, no
podemos negar que es el único en el que la sociedad ha expresado sentir temor;
las circunstancias políticas así, de manera simple lo inducen. Además,
maximizadas estas condiciones por el hábil manejo de un plan comunicacional
diseñado para así venderlo, de manera específica a la comunidad local, abusando
de su natural ingenuidad.

Sin embargo ellos los promotores de esa campaña que
vincula a las más altas instancias del Partido de la Liberación Dominicana, con
la funesta posibilidad de impunidad en estas acciones corruptas de parte de
funcionarios municipales, no toman en cuenta la férrea doctrina bajo la cual se
forjaron esos líderes políticos a quienes hoy intentan involucrar, olvidan que
estos tuvieron el altísimo privilegio de ser discípulos directos de ese pro
hombre, el Profesor Juan Bosch, para quien la política nunca fue una actividad
comercial, un negocio, nunca fue posibilidad para el tráfico de influencias, mucho
menos para el enriquecimiento ilícito.

Estos promotores de antivalores ignoran que ese gran
maestro de la política dominicana formó a esos aventajados alumnos bajo su
irrompible modelo de ver la política como un ejemplo de sencillez,
sensibilidad, austeridad, amor a su pueblo y a su patria, y una honestidad
autentica que, como tal, ha de ser, intransigente, responsable y vigorosa. Con
el compromiso de vida de seguir y multiplicar ese ejemplo, que ésta así, la
propia razón de la existencia del PLD.

Justamente es este factor, de los cuatro que allanan
el camino de la impunidad, el que más tranquilidad nos ha de producir, pues
bajo ninguna circunstancia podría pensarse, que personas excepcionales,
prominentes líderes, figuras estelares de la política nacional, se vayan a
dejar arrastrar hacia el estiércol, hacia la podredumbre, a ese fango en que
han caído estos farsantes, impulsados por la ambición desmedida.

Estos camaleones de la política local que fingiendo
ser cónsonos y respetuosos de los lineamientos partidarios del PLD, que juraron
respectar, han dado al traste con el enunciado sagrado de su fundador, cuando
éste expresó: “los dominicanos saben muy bien que si tomamos el poder, no habrá
un peledeísta que se haga rico con los fondos públicos; no habrá un peledeísta
que abuse de su autoridad en perjuicio de un dominicano, no habrá un peledeísta
que le oculte al país un hecho incorrecto o sucio o inmoral.” Pretender que las
altas instancias del PLD actúen en contra de estos principios seria igual a que
ellos negaran su génesis y a su creador.

Destacamos la alta confianza que este análisis nos
genera, pues no hay duda de que los supuestos culpables de haber distraído más
de Cien Millones de Pesos, de los fondos destinados para el pueblo
francomacorisano a través de su gobierno local, recibirán su justo castigo.
Pena que debemos todos esforzarnos en que los encargados de imponerla,
reconozcan en ella, que los daños morales y materiales ocasionados por este
crimen perpetrado de forma programada y sistemática por los imputados, resultan
incalculables.

Estamos completamente seguros en que nada evitara
retorne la paz, la tranquilidad y la bonanza a esta comunidad laboriosa, pero
sobretodo luchadora, que tiene fe absoluta en que ninguno de estos factores
causales de la ausencia de condena al delito nos false. Por lo que
todos unísonos tenemos la certidumbre de que la Impunidad está maniatada.

0 0 votos

Article Rating

Label

Nombre*

Email

Label

Nombre*

Email

0 Comments

Nuevos

Viejos Mas votados

Comentarios en linea

Ver todos los comentarios