Feria del Libro: Balaguer tratado con mezquindad

El autor es diplomático y político. Reside en Santo Domingo

Por REDACCION
Fecha: 30/09/2025
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POR MARINO BERIGUETE

Si algo me incomoda, si algo me resulta verdaderamente insoportable cada vez que se inaugura la Feria del Libro en Santo Domingo, es la mezquindad con que este país ha tratado a Joaquín Balaguer.

Han pasado más de veintitrés años desde su muerte y todavía ningún gobierno ha tenido el coraje, o la decencia, de dedicarle una feria al hombre que no solo la concibió, sino que levantó, casi con obsesiva terquedad, todas esas instituciones culturales que hoy sirven de vitrina a los mismos gobernantes que lo niegan.

Es como si quisieran enterrarlo una y otra vez. Primero lo confinaron en vida, aislándolo en el silencio del poder; después, muerto, lo redujeron a una caricatura, lo convirtieron en un espectro incómodo al que se invoca de manera furtiva, con medias palabras, como quien nombra un tabú.

Y, sin embargo, sin Balaguer no existirían el Teatro Nacional, ni la Plaza de la Cultura, ni los museos, ni la modernización de la Zona Colonial, ni siquiera la Biblioteca Nacional.

La lista es larga y cada vez que la repaso siento esa mezcla de vergüenza y desdén que provoca la hipocresía.

Recuerdo la primera vez que entré al Teatro Nacional. Era un muchacho, y lo que más me impresionó no fue la solemnidad del escenario ni la magnitud de aquel edificio, sino la idea de que alguien, en este país, había soñado semejante cosa. Ese alguien fue Balaguer.

El mismo que, ya ciego, seguía moviendo con astucia las piezas del ajedrez político, pero también seguía escribiendo, con una devoción que pocos comprendieron, páginas hoy relegadas al rincón polvoriento de las bibliotecas, mientras año tras año se celebra una feria que se dice del libro, pero que no se atreve a reconocer al escritor que fundó el terreno cultural sobre el que se levanta.

La paradoja indigna. He escuchado a ministros de cultura recitar discursos solemnes sobre “identidad nacional” y “patrimonio”, mientras evitan, como si se tratara de una herejía, pronunciar el nombre de Balaguer.

Como si rendirle homenaje significara traicionar la democracia. ¿Pero no es acaso la cultura ese espacio donde la contradicción encuentra refugio, donde lo incómodo debe discutirse, donde la memoria se acepta con sus luces y sus sombras, sin mutilaciones?

Los políticos

Los políticos, sin embargo, son expertos en mutilar. Van a la Feria del Libro para dejarse retratar, para cosechar prestigio barato entre las letras, pero olvidan que muchos de ellos fueron visitantes asiduos de la casa de Balaguer.

Iban a mendigar su favor, a buscar esa palabra suya que podía decidir carreras enteras. Se inclinaban con la humildad de los suplicantes y hoy fingen no haberlo conocido.

Jamás han tenido la honestidad de admitir que ese país cultural que usufructúan, que exhiben como trofeo, fue en gran parte obra de aquel hombre al que ahora pretenden borrar.

Me resisto a esa injusticia. La historia, con todas sus trampas, suele tener memoria. Y tarde o temprano pasará factura a quienes negaron a Balaguer el homenaje más elemental: una Feria del Libro que lleve su nombre.

No porque fuese santo, ni porque su legado esté libre de sombras, sino porque la gratitud cultural no se mide por simpatías políticas, sino por hechos.

Algún día se celebrará la Feria del Libro Joaquín Balaguer. Ese día el país dejará de esconderse detrás de sus miedos y aceptará, al fin, que su cultura moderna —con teatros, museos, bibliotecas y plazas— nació de la voluntad de un hombre que, a pesar de todo, sigue siendo imposible de borrar.

m.beriguee@gmail.com

jpm-am

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Jose

2 meses hace

Increíble,un hombre de supuesta sensibilidad social, como pretende aparecer, tenga la cachaza, y cara dura de hacer este comentario, obviando la cantidad de familia que se revuelven en las penas causadas por este verdugo. Eso le queda bien a millones de ignorantes, insensibles, indolentes, lambónes y políticastros, pero cono, un tipo que la vida lo ha favorecido con lo que no ha merecido debería tener un mínimo de pudor y auto respeto! Sinvergue

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Jose Perez

2 meses hace

El Diplomatico y Politologo, interesantes profesiones esas dos. Anteriormente se presentaba como Dr. en Medicina primero y andaba con bata y estetoscopio; luego como Abogado y hasta como catedratico universitario sin haber visitado nunca una unversidad. Ese es el tipo de gente que hace opinion en RD

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Inés Aipun

2 meses hace

En el candelero del Infierno, el Diablo le tiene montada una feria permanente, por los mas de 5,000 crimenes que cometió, los seis (6) fraudes electorales que cometio, la represion a los periodistas y politicos que lo criticaban, Dejó el pais atrasadisimo y carente de infraestructuras, a pesar de que su dictadura lengeva fue de 22 años y los 31 como edecan del tirano Trujillo. Bandido, canalla y asesino Bala guer

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Fausto

2 meses hace

La mediocridad es la madre de las mezquindades , excelente escrito.

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Boly

2 meses hace

NO TE PREOCUPES, COMO ASESINO EN EL PODER TAMBIEN ES EL #1, DEBEMOS CONTARLE LOS MUERTOS CUANDO ESTUVO AL LADO DE TRUJILLO Y LOS DE SUS 22 AñOS.

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DELMALI787

2 meses hace

LO QUE MÁS LE MOLESTA A LOS MEDIOCRES. LA GRANDEZA DE LOS DEMÁS. OBSERVEMOS QUIENES HAN GOBERNADO EL PAÍS DESPUÉS DE BALAGUER. ¿Y HACIA DÓNDE HAN LLEVADO EL PAÍS? QUE ESTAMOS A PUNTO DE DESAPARECER COMO PAÍS. POR LA CORRUCCIÓN DE ELLOS. MIENTRAS QUE BALAGUER LOS DOMINICANOS TENÍAMOS EL MEJOR PAÍS DE AMÉRICA LATINA. SEGURO, ECONOMÍA ESTABLE, NO DEUDA Y LOS INGENIOS DEL ESTADO BIEN ADMINISTRADOS. Y DESPUÉS DE BALAGUER. ESO LE MOLESTA A ELLOS.

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DELMALI787

2 meses hace

DISTINGUIDO AMIGO BERIGUETE. EXCELENTE ANALISIS. Y ES ASÍ PERO TENEMOS QUE TENER PRESENTE QUE A LA MEDIOCRIDAD LE MOLESTA LA GRANDESA, EL PRESTIGIO Y LA VISIÓN CLARA Y FIRME DE LOS DEMÁS. ES EXACTAMENTE LO QUE HA PASAD EN REP. DOM.SU MEDIOCRIDAD, SU CORRUPCIÓN EL DEFAÚLCO AL PAÍS. NO LE PERMITEN RECONOCER LA GRANDEZA Y LA FIRMESÍA DEL MÁS GRANDE ESTADISTA DE AMÉRICA. SU PULCRITO Y HONRADES DIRIGIENDO LOS RECURSOS DEL ESTADO. A ELLOS LE MOLESTA

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Amaurys D

2 meses hace

Esa mezquindad talvez porque ha sido el mejor estadista que ha tenido esta tierra. porque amó la cultura, el arte, la literatura y lo demostró con sus obras, sin endeudar el país, porque no usó el poder ni la política para enriquecerse como hizo la mayoría de sus cercanos y aún viviéndose la fiebre de una dictadura. La historia solo está valorando la obra de sus gobiernos de sangre, no al estadista.

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