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Estrés social
Las continuas situaciones sociales en las que vive la sociedad, hacen surgir el estrés social. El cansancio, producto de tantas variantes que envuelven la vida del hombre, hace que la sociedad no pueda responder de una manera adecuada a cada circunstancia. De ahí que, cada vez que surge una nueva crisis social, a sí aparece otra razón para el estrés. Una sociedad estressada está en grave peligro.
La sociedad no puede responder a exigencias que están más allá de sus capacidades económicas, intelectuales y emocionales. De ahí que, a veces se juega con el cansancio social, o la frustración social, que por lo general, se hacen presentes en los individuos y por ende en la sociedades. La energía que gasta una sociedad en demandas no logradas, trae como efectos enfermedades fisiológicas, psicológicas y sociales.
Se requiere sentarse a analizar con una cabeza fría, posibles soluciones a los problemas de una sociedad. Las emociones desbordadas y los pensamientos perturbados no conducen a buenas soluciones. De ahí que, hay que analizar, cuales son las verdaderas situaciones sociales, y los cursos disponibles, para encontrar las soluciones deseadas.
Las sociedades se enferman por el estrés. Esta enfermedad requiere de visión, que haga posible ver un futuro glorioso, de lo contrario, ésta termina destruyendo a éstas. Muchas sociedades en el pasado han desaparecidos, porque no entendieron sus realidades. Pueblos enteros se corrompieron, se destruyeron entre sí, o dejaron que otros los destruyeran.
El pueblo de Israel, el cual estaba unido, hasta el fin del reinado de Salomón, cometió el error de dividirse entre reinado del norte ( Israel, cuya capital fue Samaria) y el reinado del sur (capital Jerusalén). Como tal, en el siglo, VIII, el reinado del norte desaparece, pues fue llevado cautivo por los asirios; y en el siglo VI, desaparece el reinado del sur, pues fue cautivado por los babilónicos. Jamás hubo unión entre ellos, y para los días de Cristo, lo que había era los del sur, a quien se le permitió volver a su tierra y restaurar el reino.
Ellos no entendieron que eran el pueblo de Dios, y que su división, además de pecar contra Dios, se debilitaban ante las demás naciones, lo cual aprovecharon estas naciones vecinas y fuertes. De ahí que, Jesús enarboló el principio: «Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá,» Mt. 12:25. El reino del sur restaurado, iba a dejar de ser porque estaba dividido religiosamente, en tal virtud en el año 70 D.C., fueron expatriados a diferentes lugar, hasta octubre de 1948.
Los Partidos «Revolucionario Dominicano» (P.R.D.) y «Reformista Social Cristiano (P.R.S.C.), se dividieron internamente. Esto ha permitido el surgimiento de muchos partidos, que no han crecido, porque no han roto con el ombligo. En realidad, son los mismos partidos con diferentes nombres. No hay doctrinas, no hay ideologías; «son más de lo mismo.» Y éstos dos grandes colosos, jamás han vueltos a sus glorias pasadas. Y si siguen peleándose internamente no volverán a ser importantes en la sociedad.
Hay un estrés social político, que será difícil curar, puesto que no se vislumbra posibles soluciones al alto índice de pobreza que hay en la sociedad. Los políticos se notan cansados, no hay debates doctrinales, sino diatribas personales y basadas en lo económico individual. De ahí que, se requiere que los líderes políticos se revisen. La sociedad espera por ellos. No hay manera de surgir nuevos líderes, a menos que los ya existentes lo permitan, o que los que hay, se renueven.
Dios nos ayuda a ver una salida, basada en un crecimiento de las personas, cimentado en amor, justicia, misericordia y bondad. Nos da una visión de volver a la sociedad para encontrar las soluciones que necesita y pedir la ayuda de Dios sujeto a la condición de obediencia a él. La sociedad puede cambiar, pero se requiere de un buen guía y ese es Dios, y quienes se dejen guiar por él. Dios le bendiga.
jpm
