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Este es nuestro presente precioso…
Por KATIUSKA SUAREZ DE VARELA
“La mariposa no cuenta meses sino momentos y tiene tiempo suficiente”. Rabindranath Tagorf.
Cuando éramos jóvenes es probable que anheláramos muchas de las cosas buenas que poseemos ahora. Si usted tiene una casa, un buen empleo, un automóvil, un conyugue, uno o varios hijos, un equipo de música con su colección de grabaciones, un título universitario, u otras cosas de este tipo, es probable, que algún día en el pasado, usted pensara: “Me bastaría con tener esas cosas y entonces seria siempre feliz. ¡No desearía nada más!”
Es probable que usted haya pasado por épocas en las que sufriera graves preocupaciones o dolores, y pensara “Me bastaría con poder vivir una vida normal, segura y cómoda. Con eso estaría satisfecho y siempre lo apreciaría”.
Es muy posible que, cuando estemos mayores, recordemos los tiempos como los de ahora y pensemos “entonces yo era más joven, estaba más delgado, tenía mejor salud, me divertía, lo pasaba bien, tenía una vida sexual más activa, tenía un buen empleo. Me preocupaba más de lo necesario, y a veces me cansaba y me desanimaba; pero en realidad, la vida era muy buena por entonces”
Este es el presente precioso, sin que importe como fue el ayer, sin que importe que nos depare el mañana. Con los ojos interiores abiertos podemos encontrar una belleza inmensa oculta en los detalles intrascendentes de la vida cotidiana.
Si este es el presente precioso, es una tontería dejar el disfrute de nuestra vida corriente para más tarde, para cuando tengamos más éxito, más seguridad o más amor que hoy.
Si este es el presente precioso, entonces no es recomendable hacer daño a otras personas, o a la sociedad en que vivimos, o al planeta en que vivimos para conseguir niveles sociales o bienes que nos prometen seductoramente una gran felicidad.
Desear lo que se tiene significa comprender la verdad de éste el presente precioso. Desear lo que se tiene significa apreciar activamente las cosas buenas que hay ahora mismo en nuestra vida y mantener los sentidos sintonizados para captar los sutiles placeres y misterios de la vida corriente.
Es propio de la naturaleza humana desear siempre un poco más. Las personas pasan sus vidas creyendo sinceramente que tienen casi lo suficiente de lo que desean: “un poco más y tendré suficiente” y piensan pues que entonces quedarán satisfechos para siempre.
El problema es que querer un poco más es lo contrario a querer lo que se tiene. Las personas siempre buscamos más en el engaño de que seremos felices cuando consigamos más…En realidad cuando conseguimos más, no somos más felices que antes y seguimos queriendo más….
Cuando aprendemos a desear lo que tenemos cambiara la importancia relativa que demos a las cosas. Cuando comprendemos que nuestros deseos son insaciables seremos capaces de asumir el control de nuestra propia vida. Ya no permitiremos que nuestros deseos instintivos de mas nos lleven a rastras por la vida.
Nuestra motivación primaria dejara de ser tener una vida mejor, y será tener una vida buena. El trabajo duro para tener una vida mejor se convertirá en algo que podremos realizar mientras apreciamos profundamente la vida corriente y cotidiana…
La invitación es amar lo que tenemos, lo que somos, nuestro presente, nuestra realidad. Agradecer, perdonar y dejar ir lo que nos atormenta y ser felices…nuestra mayor obligación.
