Encrucijada del próximo gobierno
En el 2016, el futuro presidente deberá hacer ajustes. Gane quien gane, se tendrá que decidir.
La encrucijada del próximo gobierno es seria. Mire esto.
Al igual que Grecia, nosotros nos endeudamos, subimos impuestos y peajes a todo, para cubrir los déficits del presupuesto de gastos públicos y miren hoy cómo están Grecia y la vecina Puerto Rico.
Si seguimos como vamos, iremos al mismo hoyo y no somos Puerto Rico con la ayuda segura de tío Sam.
‘La ruptura entre el FMI y Grecia se armó después del cruce de declaraciones en las últimas semanas, cuando el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, acusó al Fondo de tener una responsabilidad “criminal”en la ruina económica de su país». Este pidió un Referendo, diciendo, vote si, si quieren pagar intereses, recortar gastos y subsidios, con más austeridad o vote no, con sus consecuencias y sin fondos de ningún inversionista.
Resultados, vienen seguros. Saldrán del euro y de préstamos blandos en Grecia, no se puede negociar con gente terca, dicen acreedores. Una victoria del «sí» tampoco era un camino de rosas, pero probablemente abría la puerta a un nuevo gobierno que tenga la oportunidad de negociar un acuerdo mejor con prestamistas.
Si los bancos griegos se quedan sin dinero y el país tiene que imprimir su propia moneda, se crea un precedente de dureza y desunión monetaria europea. Darán prestamos condicionados a sus exportaciones. Es la salida para tener Euros.
Hábilmente, la directora gerente del Fondo Monetario, Christine Lagarde, replicó que las conversaciones entre Atenas y sus acreedores sólo podrían solucionarse si había “adultos” en la sala’.
Eso fue lo último que cruzaron y los intermediarios hicieron mutis.
FMI, es escuadrón de la muerte, malditos FMI y otras yerbas, fue lo que dijimos aquí cuando estuvimos al punto de una falta de pago, o mora total. Gracias al oro, al dinero de droga lavado, turismo y remesas de los que vivimos fuera, el cambio se mantiene con un 45.10 x 1 en precio de dólar y esto se pone bueno.
Analice esto, por ejemplo. Lo que nos está pasando en el sector energético, fundamentalmente en los servicios públicos de energía eléctrica, es que no se llega a consensuar. El pacto cacareado quedó en el aire para después de elecciones.
El Gobierno se enamoró de tarifas artificialmente bajas por esos servicios y montó un sistema de subsidios muy ineficiente para mantener esas tarifas lo más bajas que fuera posible en el transcurso del tiempo y ganar votos por eso.
Como los subsidios a la energía eléctrica y el agua se aplican sobre el volumen consumido, los sectores de ingresos medios e ingresos altos son los más beneficiados.
Como la cuenta del subsidio se paga con fondos públicos, quienes más aportan son los sectores de ingresos medios e ingresos bajos, pues nuestro sistema impositivo es inmoralmente regresivo. Como si fuera poco, la parte que no se cubre con recaudación se financia con préstamos u emisión, lo que genera un impuesto inflacionario que impacta muchísimo más sobre los sectores de menores recursos que sobre el resto.
Los subsidios en sí mismos son una herramienta válida de política económica siempre y cuando los reciban quienes los necesitan y los financien quienes más recursos tienen. Lamentablemente en energía eléctrica y agua La idea de técnicos en PLD es aplicar subsidios a la Robín Hood, pero a la inversa, les saca dinero a los pobres para dárselo a los ricos.
El itebis y combustibles recaudan tres veces más que los impuestos directos al rico.
El Gobierno sostiene que esta manera de subsidiar agua y la energía es parte fundamental del modelo.
Ahora bien, los mejores años del leonelismo fueron los años en los cuales había casi un equilibrio fiscal y los subsidios eran bajos, después del destrozo de Baninter. 2004-05
El descontrol de los subsidios energéticos del 2005 en adelante nos hizo perder la fortaleza fiscal y comenzó a afectar al resto de la economía (venta de soberanos, necesidad de emitir para financiar el déficit, aumento de la inflación, pérdida de competitividad de las economías regionales, caída del consumo real y de la inversión, bajas de las exportaciones, etc.).
Si, como sostiene el Gobierno, los subsidios tal como están aplicados fueran virtuosos, cuantos más altos fueran los subsidios, mejor le iría a la economía. No es así.
Tomemos simplemente las estadísticas laborales. El mayor período de generación de empleos formales se produjo en el período en que teníamos mucha inversión extranjera. En la medida en que aumentaban los subsidios la generación de empleo formal fue bajando.
Hoy lamentablemente estamos destruyendo empleo formal, con el impacto social que ello tiene.
En los últimos dos años, más de 150 países crecieron más que Quisqueya, la Dominicana.
Nuestro sector industrial enfrenta casi una recesión, pre elecciones, el consumo real lleva casi dos años de caída.
La Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH) lo dice, no yo.
Antes los cortes de luz se daban solo en el verano, ahora también se dan cualquier día.
El Estado, que quedó como el único inversor en el sector, promete obras que no hace, da subsidios que luego no puede pagar, y todo ello se refleja en la calidad del servicio.
El Gobierno le echa la culpa a las empresas. ¿Quién las regula?
El gobierno.
¿Quién fija las tarifas? El gobierno. ¿Quién aprueba y controla los planes de inversión?
El gobierno.
¿Quién debe fijar un nuevo marco regulatorio para el sector adaptado a la nueva realidad macroeconómica?
El gobierno.
Parece que tres períodos presidenciales no le alcanzaron para definir nuevas reglas, y los más importante, cumplirlas.
Y así, quieren re-elección.
Esta élite gobernante no cumplió siquiera los acuerdos provisorios que alcanzó con las empresas generadoras y Edes de servicios públicos. En materia de servicios públicos el Estado puede prestarlos directamente, concesionarlos a un tercero, o buscar un esquema mixto. Aquí se ha tratado todo.
En cualquier caso la responsabilidad por el servicio siempre es del Estado. La existencia de contratos de concesión le puede y debe permitir al Estado sancionar a los prestadores por fallas en la calidad del servicio, pero ello de ninguna manera le quita responsabilidad por su funcionamiento.
Algunos come solos en PLD, no así Danilo, pretende aplicar un modelo que nunca funcionó en la historia de la humanidad: Estatizar las decisiones y privatizar las responsabilidades y las consecuencias.
Nada puede hacerse en el sector energético sin la aprobación del Estado, pero ese mismo Estado nunca se hace cargo de pagar a tiempo.
Mientras, la élite PLD nos quiere convencer de que le devolvió fortaleza al Estado. Resulta que el Estado no puede evitar cortes de luz en condiciones climáticas normales. Desde que tengo uso de razón, en invierno hace frío y en verano hace calor. Los cortes de luz que estamos viviendo estos días no se dan por condiciones extremas de temperatura, se dan simplemente por falta de pago y mala calidad de servicio.
Lo paradójico es que sobre este tema que afecta a todos los dominicanos los candidatos a presidente tratan de no explayarse demasiado para no “enojar a los votantes”. Asumen que en campaña es más importante dar esperanzas de buenas noticias que decir la verdad, quizás tengan razón.
Prometen cargos y mejorías que saben no pueden cumplir.
Los que pensamos queremos un cambio.
johnnysanchez1147@yahoo.com
of-am

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