El surgir de los idiomas

Siempre he visto con asombro el que un ser humano igual que yo, no hable el mismo idioma que el que yo he hablado desde mi niñez. Esto es de reflexionar el que haya tantos idiomas en el mundo, cuando el origen del hombre ha sido el mismo. Entonces, ¿cómo surgieron en el principio tantos idiomas diferentes? Sin duda, que hay pocas informaciones al respecto, pero la Biblia como documento antiguo, nos narra de su origen, con toda certeza. Hay que buscar una explicación y una razón del porqué surgieron los idiomas. Idioma: » Término en cierto modo equivalente a lengua, en el sentido de sistema de signos linguísticos al servicio de una comunidad de hablantes» Dicc. L. Encl. 2000. La definición de idioma incluye el significado de los signos, para poder transmitir una idea, opinión, concepto, leyes y todo lo que implique conocimiento e información. El apóstol Pablo escribió: «Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire. Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí» I Co. 14:9-11. Pablo estaba normalizando el hablar lenguas en la iglesia. El que habla y el que oye deben asimilar el mismo pensamiento, de lo contrario no ha habido buena comunicación. Antes del diluvio del tiempo de Noé, no hay indicación de que se hablaba diferentes idiomas; pues, se considera que todos hablaban un solo idioma. De Noé y sus tres hijos fue de quienes se volvió a poblar la tierra, y en consecuencia tenían el mismo idioma. Escribió Moisés: «Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras» Gén. 11:1. Esto es evidencia de que el ser humano desde el principio de su origen tenía un idioma dado por Dios; hubiese sido interesante que esto hubiese continuado de esa manera. El hombre, se hizo arrogante, soberbio, engreído, y eso lo llevó a perder el privilegio de tener un solo idioma. Ellos querían llegar al cielo, morada de Dios, pues dijeron: «Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra» Gén. 11:4. Esta actitud obsesionada, les llevaría a no desistir de su pensamiento, lo cual le traería grandes problemas y pérdidas de tiempos innecesarios, pues por más que lucharan no lograrían tal hazaña. Es propio del ser humano, que cuando tiene ciertos conocimientos y facilidades dar la espalda a Dios y querer alcanzar a Dios, siendo como él. Hacerse un nombre refleja orgullo en ellos, ya querían ser importantes, querían ser diferentes a los demás que surgieran en el tiempo. Pero además, reflejaba sus pecados, pues pensaron que podían ser esparcidos sobre la tierra, producto de sus malas conductas, como le pasó a su antepasado Caín. La precaución que ellos manifiestan es producto de incredulidad y vanidad. Fue el hombre el causante del surgimiento de los idiomas, pues Dios vio la maldad en ellos, y por el bienestar de ellos tuvo que hacer surgir diferentes idiomas. Las ideas locas, siempre traen malas consecuencias. «Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer» Gén. 11:6. La terquedad del hombre en todos los tiempos ha llevado al fracaso a los pueblos. el hombre no desiste de su maldad. Por eso el mundo está tan mal, por causa del hombre y sus malos caminos. La solución que Dios vio en ese momento fue confundir el lenguaje, pues de esa manera, podían dedicar sus pensamientos y obras al desarrollo y bienestar humano. por tanto dijo Jehová: «Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero» Gén. 11:7. Dios no le confundió el pensamiento, porque él quería que los hombres tuvieran un mismo pensamiento, pero para el bien. Ellos tenían un pensamiento alejado de Dios y de su propósito. Así surgieron la multitud de idiomas, o forma de hablar. Dios quería que el hombre llenara la tierra, que pudiera hacer migraciones constantes, pero dentro de lo que era lo bueno. Ese pensamiento que ellos tenían podía ser inicio de esclavitud y explotación, de unos señorearse sobre otros. Ellos debían obedecer a la metrópolis que estaban haciendo en la ciudad y la torre, ¿quiénes quedarían en ese lugar de jefes? Dios tuvo que esparcirlos por medio de los idiomas. «Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad» Gén. 11:8. Cuando los hombres hablan un solo lenguaje, es decir, tienen un mismo pensamiento buscan cómo afectar a los demás. De ahí que los consensos, la oligarquía, no son más que maneras de hundir a los demás. El hombre no ha aprendido la unidad, ni la comunión ni el amor que son principios cristianos de bienestar para cada persona. De ahí que, unos se imponen a otros; países poderosos, crean los modelos económicos que les beneficien a ellos; grupos empresariales, hacen crear leyes que respondan a sus intereses; y aun los líderes de iglesias crean proyectos que favorecen al liderazgo religioso, pero no al pueblo creyente. Hablar un mismo lenguaje, pudiera ser beneficioso, si y sólo sí, si el hombre buscara el bien común. Jesucristo dij «¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella dará cuentas en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado» Mt. 12:34- 37. El problema ahora no está en el idioma, sino en el pensamiento del hombre. El hombre está hablando un lenguaje que no es el de Dios, porque sus pensamientos no vienen de Dios. Los idiomas se estudian y se aprenden, lo cual hace que el pensamiento malo se extienda desde el Asia, hasta América; desde Oceanía hasta Africa y encerrando a Europa. Ahora el mal es global, de ahí que hay que buscar a alguien que sea bueno y tenga influencia mundial, para poder ayudar al hombre, ese es Jesucristo. En Cristo hablamos un solo idioma: El amor. Dios le bendiga.

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
guest
0 Comments
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios