El PRD mayoritario y la simulación política-periodística

Ya se ha escrit el PRD -con todos sus pedazos- además de ser un “sentimiento nacional”, es también, y, sobre todo, un instinto. Lo de instinto se cumple si se quiere explicar la “lógica política” de un candidato-aspirante (llámese Guido o Pedro) que se lanza (en sólo tres días), sin estructura ni plataforma partidaria interna, a competir contra un candidato (llámese Miguel Vargas) cuyo único gran mérito, quizás histórico, ha sido parir la proeza de un padrón de militantes en el contexto-folklore de un partido acostumbrado a un imaginario infinito como padrón electoral. ¡Vaya osadía! Sin embargo, no es de esa proeza y ni siquiera de la crónica anunciada sobre la “convención” del PRD institucional o de franquicia que regentea Miguel Vargas, de lo que quiero tratar, sino de un fenómeno cuasi vicio de una parte significativa de eso que llaman “Opinión pública” y que, en nuestro país -con sus contadas excepciones-, ya no es tal, si no pura oposición política o parcialidad periodística grosera. Porque cómo se explica que a partir de los hechos (tiros, trifulcas, suspensiones, heridos, agresiones, retención y despojo de material informativo, etc.; en fin, nada nuevo en la cultura-praxis del PRD ¿o no?) ocurridos el pasado domingo en el marco de la “Convención” del PRD, una parte de nuestra “Opinión pública” se despache con estas muestras de “generalidad-asombro-culpables”: “Definitivamente, no estamos preparados para una vida civilizada” (Editorial/ELDIA, sorprendente generalización de un ducho, respetado y conocedor periodista que sabe que el PRD -y sus pedazos- es es ¡un caos!; pero su trayectoria periodística impoluta lo sigue diferenciando de los demás); o esta joya-perorata recurrencia de un “conspicuo” “hacedor de opinión pública” llamado Colombo “….En vez de hacer lo que ha hecho con toda eficiencia Leonel Fernandez (¡un genio!): comprarlos. Y quien no lo crea que mire hacia lo que queda de PRD (si es que queda algo)”. O más sistemático-orgánico cual “situado” de agencias extranjeras (USAID, adefesios jurídicos internacionales, etc.), la voz más alta de periodismo “imparcial”: “Existe un ordenamiento jurídico en el país que se ha quebrado con la convención del PRD, del pasado domingo. El padrón del PRD fue reducido a medio millón de militantes, y las denuncias de exclusiones están grabados y divulgadas por todos los medios de comunicación” (Editorial/Acento.com). Pero hasta donde se sabe –y dicho por los mismos perredeistas, dirigentes, sociólogos, técnicos, intelectuales y politólogos afines- es que el PRD nunca ha tenido un padrón electoral (y ni siquiera de la membresía de su CC o Comisión Ejecutiva), a menos que estemos hablando del que cada “tendencia” o grupo, dentro de ese partido, lleva a la JCE cada vez que entran en litis-pugna. De modo que, ¿de dónde sacaacento.com eso de “El padrón del PRD”? Tal parece que el PRD-mayoritario con sus “hacedores de opinión pública”, periferia mediática-intelectual y libelos periodísticos no se ha ido del PRD-minoritario aunque su líder y guía (Hipólito Mejía) ande por la China o el Lejano Oriente. Lo que si tiene la Convergencia o PRD-mayoritario es mucha mucha prensa y unos “conspicuos” “hacedores de opinión pública” maestros de la tergiversación periodística y hartos curtidos en el arte de hacer grosera oposición política disfrazada dizque de “Opinión pública”. Cuanta simulación política-periodística innecesaria cuando la Constitución -desde la fundación de la República, 1844- y las leyes consagran el sagrado derecho de la libertad de afiliación política. Pero además, quién diablo en este país no sabe que son perredeistas aunque parece que les da vergüenza asumirse como tales públicamente. ¿A quién engañan, pues? ¡Sencillamente, a nadie!

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