El espionaje y vigilancia versus privacidad de las personas
La recolección de información que sirven a la seguridad nacional para combatir el crimen organizado, la delincuencia callejera y el tráfico de drogas, se ha incrementado con el desarrollo de la inteligencia artificial y el uso de personas, dispositivos móviles como los celulares, los drones, el uso de cámaras infrarrojos en parques, avenidas, entradas a barrios, a negocios; la intersección telefónica y de correos electrónicos y el uso de personas tirando fotografías a placas de vehículos y paisajes, perros y gatos. Esas medidas de espionaje y vigilancia aplicadas en exceso pueden limitar derechos fundamentales de las personas.
El uso de personajes buscadores en zafacones de basura, uso de personal de servicio doméstico, mensajeros, taxistas, mendigos, limpiabotas, limpiadores de vidrios, vendedores ambulantes, militares, policías y los servicios secretos, son muchos de los medios que se utilizan para recolectar información, investigación y vigilancia sobre las personas sin la autorización de un juez. Esos métodos han quedado en el pasado, porque crea desconfianza y mala convivencia entre los ciudadanos.
El problema de recaudar información de manera solitaria y sin una adecuada supervisión en línea, esas informaciones tienen la posibilidad de ser manipuladas, jaqueadas y presentar hechos que no forman parte de la realidad, en cambio las informaciones que colectan los policías, drones y las cámaras de seguridad contienen más fidelidad ya que su consumo es en línea y aprovechable para resolver los casos de inseguridad y delincuencia que ocurren de manera preventiva.
La lucha entre el espionaje y la privacidad se complica aún más por la existencia de amenazas cibernéticas. Las cámaras inteligentes y los teléfonos móviles están interconectados a través de Internet, lo que los hace vulnerables a ataques y hackeos. Esto significa que los datos recopilados pueden caer en manos equivocadas y ser utilizados con fines maliciosos, aumentando los riesgos para la privacidad y la seguridad individual.
Los sistemas de vigilancia con inteligencia artificial son menos perturbadores y pueden prevenir y resolver crímenes, ayudar en situaciones de emergencia y brindar un entorno más seguro en general. La capacidad de rastrear a sospechosos y delincuentes a través de la tecnología puede ser crucial para mantener el orden y proteger a la sociedad en su conjunto. En última instancia, el equilibrio entre el espionaje y la privacidad es un desafío complejo. También plantean serias preocupaciones sobre la privacidad individual y el derecho de privacidad de las personas.
En los países más desarrollados la vigilancia se lleva a cabo con cámaras inteligentes, centros de control y monitoreos para controlar el tránsito vehicular, registrar los accidentes e incidentes que ocurren, como grandes taponamientos, choque de vehículos, acciones delincuenciales como son los atracos, robos, secuestros, antiterroristas y Riñas populares. El derecho a libre tránsito, diversión, recreación y deporte debe ser garantizado sin tener que someter a todas las personas a un acoso.
Cuando la sociedad está pasando por este fenómeno de supervigilancia va dando signos de que se puede instaurar una dictadura a lo cual la gente de este país no está acostumbrada y la democracia que hemos construido no merece tal retroceso. La dirigencia política debe poner atención a esa nueva forma de dominio que si no se le pone atención vamos recorriendo un camino equivocado, porque la República Dominicana es un país que no vive en guerra, ni se anidan facciones terroristas.
Los que dirigen la seguridad nacional, los cuerpos represivos, los organismos de inteligencia con autoridad para espionaje, vigilancia y funciones de investigación y análisis de datos debieran crear una central de inteligencia de acopio y monitoreo similar a las usadas por Estados Unidos (programas de vigilancia masivas y análisis de datos), donde no hay necesidad de exhibicionismo ni susceptibilidades de manipulación de datos. Muchos datos se obtienen de plataformas tales como: en Facebook, Instagram, Microsoft, Twitter, correos electrónicos, y cámaras inteligentes, sin necesidad del acoso a personas sin indicios de que estén violando la ley.
Parece que aún existe un grupo que desea cambiar la democracia por la plutocracia está avanzando muy rápido, pero con metodología muy arcaica y su deseo de controlar todo, lo hace repetir inmensidad de controles y con esa práctica está incrementando el gasto en altas sumas de dinero del presupuesto nacional, que bien podrían estar dirigidos a combatir la pobreza y la desigualdad social que tanto se ha incrementado con la pandémica COVID/19 y la indiferencia de algunos ministros de las actuales autoridades.
Los tiempos han cambiado y la vigilancia y el espionaje que toca al estado, deben hacerse adecuado a la democracia y al respeto de los derechos individuales consagrados en la constitución, usando la inteligencia artificial de manera ética y moral, usando sistemas sofisticados en la investigación. La vigilancia y el espionaje debe hacerse con prudencia, con equilibrio y con respeto a los derechos individuales que garantiza el sistema democrático. Aplicar métodos obsoletos para la investigación, ocasiona daños a la calidad de vida de la población.
of-am

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