Diciembre, mes de celebraciones

La gente se apresura a buscar dinero para celebrar el mes de las celebraciones, el mes de diciembre, mes de la navidad y remembranzas de los meses pasados.  Muchos renuevan sus esperanzas en terminar un año viejo de fracasos y sufrimientos y otros, que son los menos,  se apresuran a celebrar lo mucho que han conseguido y, con toda esa abundancia proyectan un mejor año venidero donde verán sus metas ensanchadas y aseguradas por las ganancias que han producidos sus inversiones. Mientras que una gran mayoría no cuenta con nada.

El gobierno sorprendido por los aguaceros de noviembre, donde la gente pobre languidece y sufre el horror de la desesperación porque han perdido todos sus ajuares y pertenencias sin poder recuperarse. Barridos por el furor de las aguas que anegaban todas las casuchas construidas en las orillas de las cañadas y los ríos y sin tener a quien acudir, ven impotentes de como son arrastradas sin piedad y han salvado la vida milagrosamente.

Estas personas que se levantan sin saber que van a dar de comer a sus hijos, sus hermanos y hasta sus abuelos, han perdido lo único que tenían: Sus casitas de tablas y de cartón, impotentes frente a las aguas torrenciales, se alejaban con pesar de saber que delincuentes y desarropados llegarían a sus lares y robarían cuanto les dejó el rastro del agua y la soledad de sus casitas. Ellos no podrán celebrar la navidad.

Es que la indiferencia a rondado las casas y las vidas de estos ciudadanos que no han tenido otra alternativa, más que alojarse a vivir donde le coja la noche y siembran sus esperanzas en que un día alguien pasará por ahí a contemplar la desnudez y el desamparo a que han sido sometidos por los gobiernos  sin poder salir de la pobreza extrema, la insalubridad y el analfabetismo. ¡Qué pena, decimos todos!.  Cuando el agua le llegó al cuello.

La gente, todos los años se conforma con que algún político le envíe una cajita o fundita para poder almorzar el día de noche buena. El día de año nuevo ya no tienen con qué comer. El día de Reyes vuelven los juguetitos para los niños e inocentes corren y juegan y aun no sabiendo que van a comer al siguiente día. Los padres apresurados para iniciar un nuevo año para buscar el sustento a sus hijos y mandarlos a la escuela sin desayunar. ¿Qué esperanza? Y después quieren que pasen el examen de PISA.

¿Cuántos años faltan para que la gente pueda comer? ¿Cuántos años faltan para que la gente tenga salud, vivienda, empleo y educación?. Como decían los Guaraguaos de Venezuela: “Que tristes viven los niños en las casas de cartón, que triste vive la gente por culpa del explotador.. Niño color de mi tierra, con sus mismas cicatrices, millonarios de lombrices, que tristes…………, el informe del banco mundial así lo dice: 33% de la población dominicana vive en pobreza extrema.

En el mes de diciembre 3,300,000 personas no podrán celebrar  las fiestas de navideñas, no habrá fiestas ni villancicos y serenatas. Porque el presupuesto nacional no alcanza para incluirlos a ellos. Se necesita disponer de mayores recursos para llevar bienestar a  esas familias en estado de pobreza y vulnerabilidad. Hay que planificar y redistribuir un poco mas de riquezas, de esas que se producen cada año con el crecimiento, para equilibrar crecimiento con desarrollo.

Se necesita de una planificación presupuestal a largo plazo para incluir las precariedades de esas familias en alto grado de vulnerabilidad, que cada día va en aumento y que en la actualidad sobrepasa el 33% en estado de pobreza. Se necesita de la mano del gobierno para mitigar el sufrimiento de esas familias dominicanas que nunca se han incluido en el presupuesto nacional y que por fin ya se incluyan como prioridad nacional.

El Presidente ha incluido una partida de más de 6 mil millones de pesos para mitigar los daños causados por las lluvias, pero lucen insuficientes para paliar la enorme carga de construir vivienda, retornarles sus ajuares y rehabilitar los predios agrícolas que sirven para la manutención de sus hijos. Se necesita establecer un programa duradero de asistencia a esas familias y que puedan salir  de la pobreza  y la exclusión social. ¡Ya era tiempo, señor presidente!

En el mes de diciembre debemos celebrar todos, porque es la celebración de las fiestas navideñas y la confirmación del nacimiento del Señor Jesucristo, Dios y Señor. Vamos a convertir  el crecimiento en desarrollo, pero en desarrollo sostenible para todos. En este día quiero desearles una feliz navidad y un prospero año nuevo a todos los que sufren calamidad y hambre y pedirle al divino creador que le dé mucha alegría y felicidad espiritual para que puedan soportar el sufrimiento y celebrar con espíritu felices la navidad.

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