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Día internacional contra la corrupción
Este 9 de diciembre se celebró el Día Internacional contra la Corrupción, por lo que recordamos que este mal continúa siendo uno de los principales obstáculos para el desarrollo en la República Dominicana, donde la corrupción ha golpeado con fuerza las arcas públicas, el pueblo ha perdido la fe y la confianza en la justicia por la falta de condenas ejemplares y la desvanecida acción del Ministerio Público ante las acusaciones de corrupción administrativa.
El pueblo dominicano, en 2020, votó abrumadoramente contra la corrupción, exigiendo un cambio radical en la administración del Estado. Sin embargo, después de más de cuatro años, y cuatro meses que ha iniciado un segundo periodo para las actuales autoridades, la realidad muestra pocos avances significativos.
Las instituciones responsables de recaudar y proteger los recursos del Estado continúan siendo vulnerables a prácticas corruptas, mientras que muchos casos emblemáticos de malversación han quedado sin solución. Funcionarios señalados, tanto de gobiernos anteriores como del actual, aún no han enfrentado las consecuencias de sus actos, dejando un mensaje de impunidad que socava el esfuerzo por construir un país más justo.
El Ministerio Público, que inició con un compromiso firme de perseguir la corrupción, parece haber perdido fuerza y consistencia en su labor. Los procesos judiciales avanzan lentamente, mientras que en algunos casos los expedientes se desvanecen en medio de maniobras legales y falta de pruebas contundentes. Este panorama no solo perpetúa la impunidad, sino que también desalienta a los ciudadanos para hacer las denuncias de actos de corrupción, pues la percepción de que “nada cambia” se vuelve cada vez más fuerte.
Es alarmante que la prevención, elemento clave para combatir la corrupción, reciba tan poca atención en la agenda gubernamental. Las instituciones recaudadoras, responsables de gestionar los ingresos del Estado, siguen operando bajo sistemas vulnerables a la manipulación, sin controles efectivos ni mecanismos de supervisión que garanticen la transparencia.
La falta de voluntad política para reformar y blindar estas instituciones representa un grave riesgo para la sostenibilidad económica y social del país.
La corrupción roba los recursos que deberían invertirse en escuelas, hospitales, viviendas dignas, avenidas, carreteras, túneles, acueductos, presas, edificaciones para alojar las instituciones estatales y programas sociales. A nivel internacional, la corrupción en países como el nuestro genera desconfianza en los inversionistas y limita el acceso a fondos de cooperación y desarrollo.
En este Día Internacional contra la Corrupción, es urgente un llamado a los gobernantes para que prioricen la prevención y combatan con firmeza la impunidad. No es suficiente perseguir a unos pocos casos mientras otros quedan intocados; se necesita una reforma estructural que garantice transparencia, rendición de cuentas y un sistema de justicia verdaderamente independiente que actúe sin temor ni favoritismos.
La indiferencia ante este problema no solo afecta los recursos del Estado, sino también el tejido moral de nuestra sociedad. La corrupción no es solo un delito; es una traición al pueblo.
jpm-am
buen analisis!!!