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Día del Maestro
Determinar quién fue el primer maestro de la historia es una tarea complicada, pues la enseñanza es una práctica que tiene sus inicios hace miles de años y se remonta a las primeras civilizaciones conocidas por tener sistemas educativos formales. Sin embargo, aunque es imposible identificar al «primer» maestro, sabemos que la educación formal ha sido una parte crucial de las sociedades humanas desde los albores de la civilización.
El «Día del Maestro» en la República Dominicana debería ser un acto de reconocimiento al valor y la dedicación de los educadores que han formado todas las carreras y profesiones que conocemos. Pero la realidad es otra: la profesión está a menudo pisoteada y manejada por políticos según sus antojos.
Hablemos de la educación en nuestro país: son tres años en preescolar, seis años en primaria, seis años en secundaria y cuatro en la universidad. A esto, se suma una prueba de evaluación que, aunque necesaria, no contempla los años que se repiten grados o materias. Este es solo un espejismo de eficacia en un sistema que está lejos de ser justo.
La función del maestro como formador es indiscutible, pero el maltrato que reciben de padres, la sociedad y especialmente de los políticos cuando hacen reclamos es una muestra clara de la desvalorización de su rol. Es irónico cómo algunos de estos políticos, que ni siquiera han sido “educadores o carecen de formación académica”, toman decisiones cruciales sobre cómo debe funcionar nuestro sistema educativo.
En la República Dominicana, para ser alcalde, gobernador, diputado o presidente no se requieren credenciales académicas significativas. Esto contrasta con las exigencias y cualidades que se requieren para ser maestro. Sin embargo, son estos líderes políticos, con escaso conocimiento académico, quienes dictan cómo debe operar el sistema educativo. Hasta que esto no cambie, seguiremos estancados.
El “legislador”, que a menudo no ha necesitado ni graduarse de la universidad, es quien establece las leyes que rigen el país. Estas personas son las que marcan el destino de la nación, lo cual plantea una pregunta preocupante: ¿cómo pueden guiar correctamente un Estado sin la debida preparación?
Además, las disparidades en el trato laboral son alarmantes. Mientras un funcionario público puede pensionarse después de unos pocos años en su puesto, un maestro debe trabajar durante 30 años y ajustarse estrictamente a las leyes educativas y a horarios rigurosos, una exigencia que no se replica en muchas otras profesiones.
Hoy, 30 de junio, es un día especial para los maestros. Aunque históricamente la enseñanza comenzó hace miles de años en lugares como la antigua Mesopotamia, Egipto, China e India, donde los maestros no solo impartían conocimientos, sino que formaban a las futuras generaciones en un entorno integral, la situación actual dista mucho de aquel ideal.
El sistema gurukul en India, por ejemplo, donde los maestros (gurús) impartían conocimiento en un ambiente residencial, subraya la relación profunda entre maestro y alumno, un contraste marcado con la realidad de muchos maestros hoy, que luchan por mantener su integridad profesional en un entorno que frecuentemente socava su autoridad y desestima su importancia.
Mientras celebramos el «Día del Maestro», debemos reflexionar sobre cómo la sociedad y sus líderes políticos valoran y tratan a estos pilares de la educación. Es imperativo que evaluemos y reformemos la manera en que gestionamos y apreciamos a los educadores, asegurando que el respeto y la admiración no sean solo ceremoniales, sino reales y consistentes.
jpm-am
el problema con los maestros es que no son tomados en cuenta a la hora de tomar desiciones importantes en materia de educación quienes lo hacen son unos supuestos»pedagogos»y políticos metidos a maestros o aquellos que se designan como secretario de educación estos siempre vienen con teorías impuestas por organismos internacionales de cosas que no han sido comprobadas o con intenciones no revelada .
devaluando el trabajo de los verdaderos maestros aumentando aun más su frustración.
tiene razón