Despedida de una celosa y abnegada madre
Recientemente conversé con mi desaparecida madre, Juana. La avanzada tecnología de estos tiempos (irónicamente en plena pandemia) la llevó, a modo de foto, a mi maltrecho cuarto, en Manhattan, Nueva York.
La sorprendente aplicación denominada Deep Nostalgia, fue el vehículo idóneo que la transfirió a través de mi WhatsApp.
Cuando se presentó ante mí, pestañeó, ladeó el rostro, me miró a los ojos, y medio sonrió. Me quedé atónito, y creo que sentí una taquicardia. Pulsé varias veces la foto que le daba vida, y le conté a Juana varios acontecimientos y avatares, luego de su fallecimiento.
No bendije aquél ser que simplemente siempre llamé Juana, porque perdí esa costumbre. Pero le di las gracias por los principios y normas que me inculcó. Sin embargo no dejé de reprocharle que, a pesar de ese agradecimiento, entiendo que no me educó para enfrentar esta tormentosa contemporaneidad.
Lamenté decirle que, ella, un ser que sufrió tanto cuando vino a Santo Domingo desde su lar, Sánchez, en Samaná, no tuvo la visión de prepararme para, tras su partida, desenvolverme en el mundo de hoy.
Le dije que su educación aunque con buenas intenciones, tal vez fue fallida. Le aseguré que: “ni la decencia ni la coherencia, Juana, son admiradas por la mayoría de la gente en República Dominicana”.
“Juana, desde tu mundo ignoto ponte a pensar que, si ahora vivo en Nueva York, prácticamente en un gueto, ello se debe a que además de quedarme solo no tuve agallas para ser corrupto; ni siquiera por omisión” “Allá hay un mundillo que rechaza a la gente como yo”.
“Y, cuando no es así, son cínicos; dicen que uno es vertical y coherente, pero ese criterio lo disimulan muy bien; es más, muchos se sienten molestos”. “Aducen que soy inadaptado y conflictivo”.
“No sé si opté por lo mejor, Juana”. “Como tuve muchas necesidades, y, en un tiempo me vi desamparado, por necesidad, opté por el periodismo”. “Consideré que era con lo que menos me iba esforzar en recursos económicos y tiempo”. “Por lo menos pude satisfacer algunas necesidades”.
“Juana, hube de envolverme en un entorno muy difícil donde, como en casi todos nuestros estamentos políticos-sociales, persiste la doble moral y el individualismo; ya entenderás porque todavía sigo residiendo en Nueva York”.
“Al menos por el momento”. “Ello se debe a cómo me educaste, y claro está, a mis principios de izquierda que te perturbaban”. “No tuve la habilidad de otros para conseguir una vivienda propia ni tener propiedades en Santo Domingo” “Ya sabes, soy tímido y torpe para cabildear”.
“Te pido perdón si te he reprochado sobre cómo me formaste pero para tu tranquilidad, debo decirte que no delinquí, he sido un hombre de bien”. “Te complací a ti y a mi fallecido padre, Carlitos (Callito) Pina; eso me satisface”. Así me despedí de la que, en vida, fue una celosa y abnegada madre; Juana María De León.
JPM

Trump elige a Susie Wiles como jefa del gabinete en Casa Blanca
Abinader entrega muelles en Río San Juan y Cabrera para la pesca
Primer Ministro Haití seguirá en Puerto Rico, su futuro es incierto
Tormenta nieve afecta vuelos salen de RD a Estados Unidos
Un muerto y un herido durante una intervención policial en SFM
Encuestas predicen importante revés de Donald Trump en 2026
COE reporta otros 11 muertos, 144 heridos y 118 accidentes
Zelenski deja elecciones en manos socios internacionales
El Indomet anuncia para este viernes lluvias y olas anormales
García Fermín ve infundados vaticinios de Leonel Fernández
China impone sanciones contra veintena de empresas de EEUU
Rusia toma otra localidad en la provincia de Zaporiyia, Ucrania
OMS alerta sobre alto número muertes por alcohol en Europa

















Fernando. Ese es un dolor que se lleva por toda la vida, pero tenemos que luchar con nuestra naturaleza.
No estás sólo,como a tí,nos sucede a muchos,respeto a cómo nos formaron nuestros viejos y cómo se vive hoy.
Los que nos sucedió igual, cómo decía mi abuelo,estamos bien soldados en el cerebro,esa formación que nos dieron y ese respeto,fue para que dure por siempre
Es todo que ha cambiado,no hay decoro,tu ve jovensit@s hablando mentiras,pretendiendo ser lo que no son,profesionales mediocres,que ni a los ojos te pueden mirar,no hay amor, empatía,un chorro de utilitarios,ventajistas que se arrastran y toman atajos.Esto no tiene madre,especialmente en nuestro país,gente vieja charlatán!!!????
Con dolor tengo que admitir la verdad,he concluido,que yo sería irresponsable,no amaría a mis hijos,si los educo hoy día,con los principios que me inculcaron a mí.
Es doloroso aceptarlo,pero la verdad es que el mundo cambió,y mi deber es no dejar que la realidad les de a mis hijos en la cara,como le ha dado al articulista y a mi.No quiero que trabajen para los indecorosos de hoy,que viven como los buitres.
Inclino mi vetusta testa ante esta admirable epistola. Honrar a la madre es honrar a Dios.
Seguro que Dona Juana esta orgullosa de ti, de tu nobleza, de tu capacidad para mantenerte con la frente en alto. Si, Juana sonrie, aunque tu no lo entiendas.