Derroche de elegancia y patriotismo en toma de posesión de Luis Abinader
El cambio de escenario de la toma de posesión del presidente Luis Abinader Corona en su segundo mandato para el periodo 2024-2028 no afectó en ningún momento los actos realizados y por el contrario fue una ceremonia que marcará un hito en la historia política dominicana. El congreso nacional jugó su rol de primer poder del estado sesionando en su domicilio juramentando a los legisladores,realizando los actos protocolares de rigor y con elegancia y trasladándose de su sede a la juramentación del presidente de la República Dominicana en el majestuoso Teatro Nacional.
El salón estuvo lleno a toda capacidad, donde los concurrentes fueron recibidos con holgura, y acomodados cada uno en sus lugares reservados con un orden y destreza de rigor. La juramentación de los senadores y diputados, miembros del Gobierno e invitados asistieron derrochando elegancia con el tradicional traje blanco, color asociado con la pureza, paz y honestidad.
Desde su majestad el Rey Felipe VI de España, hasta los presidentes de los países invitados; vicepresidentes, ministros, viceministros del extranjero, así como los senadores, diputados, funcionarios del gobierno, empresarios, artistas, deportistas, e invitados nacionales e internacionales recibieron el trato de acuerdo con su investidura.
En este 16 de agosto no sólo se celebra la toma de posesión del nuevo periodo de gobierno, sino también, se conmemora el día de la restauración de la República y por eso en los actos de toma de posesión del presidente Luis Abinader fueron precedidos por el discurso del presidente del senado de la República-pieza magistral donde evocó las luchas patrióticas de los restauradores para legarle a los dominicanos la libertad y la independencia de morar en una nueva República Dominicana, donde fueron exaltados valores de heroísmo de nuestros fundadores y la decisión de ser un país libre, soberano y democrático.
Una vez terminado el discurso del senador, este procedió a juramentar al presidente Luis Abinader entre aplausos y vítores y a seguidas procedió a la juramentación de la vicepresidenta de la República haciendo su juramento ante los presentes. La sala presidida por los presidentes de la cámara de diputados y el presidente del senado, así como el presidente de la suprema corte de justicia y acompañados más abajo por los representantes de los jefes de gobiernos invitados y más allá, se veía al frente el amplio salón donde acogía más de mil invitados especiales y se divisaban en una silueta con vestimentas blancas con corbatas negras.
Todo un festival de personalidades con atuendos elegantes reflejaba la solemnidad de los actos de toma de posesión del presidente Luis Abinader. Con aplomo y elegancia se escuchó el verbo encendido pero templado del discurso que inició el presidente con aplausos que resonaron con ecos de alegría y satisfacción. El discurso fue con fervor patriótico y de bienvenida a todos los asistentes.
Con saludos efusivos y con firmeza destacó la presencia de los invitados y a seguidas comenzó a exponer su obra de gobierno en términos económicos, de inversiones, sociales y el sentido de tener claro su basamento en la constitución y los valores democráticos. Dijo el presidente: “Asumo con humildad, orgullo y compromiso la sagrada responsabilidad que por segunda ocasión me concede el pueblo dominicano. Me siento profundamente honrado de tomar este juramento.
En su alocución, Abinader destacó «la estabilidad y la buena salud» de la democracia dominicana, así como «el dinamismo económico y las grandes oportunidades que aquí existen para las empresas y la inversión». Abinader anunció que en los próximos cuatro años profundizará en las libertades y la justicia social, para alcanzar un futuro de prosperidad. “Agradeció la gran confianza que el pueblo me ha depositado en mí y quiero decirles que seré el presidente de todos y cada uno de los dominicanos sin distinción. Mi cargo me lo exige y mis principios me lo imponen”, expresó.
Se critica, que no obstante la elegancia del acto solemne de toma de posesión, al presidente se le avecinan grandes retos, como son: la disminución de la pobreza de entre el 24 y 18% de pobreza y pobreza extrema; la inmigración ilegal haitiana, los feminicidios, la estabilidad macroeconómica, la modificación de la constitución y la aprobación de una reforma tributaria que sea equitativa, así como la protección del medio ambiente y mitigar el cambio climático.
Una gran ceremonia, muchos festejos, discursos y desfiles de trajes elegantes, pero mientras mas grande es la fiesta más dura la resaca.
of-am
mientras el pais se hunde bajo la invacion haitiana y las presiones del imperio.
tenía que salir una lacra comunista a despotricar.