De Manoguayabo a Cooperstown

Para un jugador de Grandes Ligas, pertenecer al Salón de la Fama de Cooperstown, es el sueño anhelado, ser parte de ése museo, es uno de los logros más grande.
Ése nicho de la inmortalidad, es ése espacio donde se preserva la historia, conectando generaciones.
Allí llegó, otro de los nuestro, sin presunciones, llegó Pedro Martínez, porque se lo ganó, porque ésos escritores no regalan boletas ni a sus madres, porque los números hablan, porque hay requisitos y Pedro, los llenó todito, sí, otro latino, otro dominicano, que escribe una página más del deporte del bate y la bola, otro que jugó limpio sin escándalos y éso tiene peso señores.
Siempre he pensado que lo que está para uno, ha de llegar,  un martes inolvidable, un día grandioso para ex lanzador, un día memorable, histórico, no sólo para la República Dominicana, sino para todo Latinoamérica.
El muchacho humilde del poblado de Manoguayabo, escribió otra página dorada para el deporte, para la pelota de quisqueya y del béisbol profesional de los Estados Unidos,  se inmortalizó otro hijo de ésa isla caribeña, nuestra tierra era conocida mucho más, Pedro El Grande, era declarado Inmortal. nuevamente no pude esconder mi orgullo patrio, mi admiración, mi alegria de ser una hija de Santo Domingo y poseer como él ésa hermosa bandera tricolor.
Aquella larga espera de 32 años llegó a su fin, el peculiar pitcher derecho se unió a nuestra gloria deportiva Juan Marichal, para acompañarlo en ése sitial tan anhelado, tan especial, tan soñado por los de jugadores de las Grandes Ligas, un lugar en Salón de la Fama de Cooperstown.
Pedro acaparó la atención mundial, al obtener ésa hermosa distinción, muy honrosa que mediante votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) siglas en inglés, los ex jugadores son seleccionado para ingresar ése selectivo y distinguido círculo.
El nuestro, Pedro, único latino exaltado ése dia, logró 500 votos de un total de 549 boletas para un excelente 91.1%, quedando segundo.
El fue seleccionado por su gran trayectoria, su excelente actuación durante 18 temporadas en las grandes ligas, por su dominio, justicia deportiva y lean ésto, que hermoso, por su «amor al prójimo».  Ganador Pedro El Grande, de tres Cy Young, por tres ocasiones, con 219 triunfos y sobre 100 derrotas, para un promedio de efectividad de 2.93, logrando 3,154 ponches.
Sus números estaban ahí callados, como su dueño, esperando el momento de Dios, el momento preciso, aguardando como buen lanzador parado en el diamante.
Esperó su tiempo Pedro, quizás muchos pensaron que él no iba a estar en ése prestigioso y codiciado Museo, pero llegó y allí sus grandes hazañas hablarán del trabajo, la disciplina, del compañerismo, de la solidaridad y la honestidad del hijo de Paulino Pérez y Leopoldina Méndez.
Forjado está el nombre del hijo de quisqueya la bella, del amigo, el hermano de allí mismo, de Manoguayabo, para el mundo.
Salud por su grandeza.
Don Pedro Martínez.

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