Construyen barcos cruceros para el mercado chino
MADRID.- A finales de 2015 había 298 cruceros disponibles en todo el mundo, con capacidad para transportar a casi medio millón de pasajeros. Y aunque no hay una previsión exacta, la industria calcula que este año se añadirán en torno a una media docena de buques. El mercado está en manos de tres grandes grupos con sede en Miami: Carnival, Royal Caribbean y Norwegian, que controlan más del 80% del negocio, seguidos de un buen número de compañías como MSC, Disney, Thompson, Tui, etcétera.
El 75% de los usuarios de cruceros procede de Norteamérica y Europa, sobre todo de Reino Unido y Alemania, y los destinos más populares son las rutas caribeñas y mediterráneas. Los turistas de Asia representan sólo el 8,5% del total, pero la industria de cruceros prevé que en un par de años la demanda china superará la europea y, como dice Roger Frizzell, de Carnival Cruises, “en algún momento el mercado chino será mayor que todos los actuales combinados”.
Por eso, en los astilleros Meyer Werft en Papenburgo, una localidad al noroeste de Alemania, Bernard Meyer, sexta generación de la empresa creada en 1795 y que hoy es uno de los constructores de cruceros de lujo del mundo más reputados, alzó hace un par de semanas una copa de champán para celebrar la puesta de la quilla del navío Norwegian Joy, el primero del mundo diseñado exclusivamente para el mercado chino.
El brindis era, por supuesto, una buena noticia para los más de 3.000 trabajadores del astillero, pero también un hito para toda la industria del turismo de cruceros, que crece imparable desde los años noventa y cuyas previsiones de tocar techo no están a la vista. El sector facturó casi 40.000 millones de dólares el año pasado, cuando registró un crecimiento del 7% con respecto a 2014, según Cruise Market Watch.
Mientras Meyer bebía por el Norwegian Joy —que entrará en servicio en abril de 2017—, detrás de él, en otra parte del gran astillero alemán, sus empleados trabajaban en otro crucero de lujo para el turismo asiático encargado por el Grupo Genting de Malasia.
Además, esta misma semana, el astillero entregó a la empresa de cruceros Royal Caribbean el Ovation of the Seas. El navío es el tercer barco de la clase Quantum construido en Meyer Werft y se unirá a los otros cuatro barcos del grupo estadounidense que operan en China.
“La demanda de cruceros va en aumento y nosotros estamos bien situados. Para sobrevivir en Papenburgo a la competencia teníamos que ofrecer algo diferente, y la construcción de estos navíos, en la que comenzamos en los ochenta, se ha convertido en un gran negocio”, comenta Peter Hackmann, portavoz de Meyer Werft.
jpm

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