Comienza el ramadán para un cuarto de la población mundial

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MARRUECOS.- Este domingo comienza el mes de ramadán, uno de los más sacrificados en los últimos años, en Marruecos así como en la mayoría de los países árabes después de posponer su arranque unas horas al no haber aparecido el creciente lunar en el cielo. En otros países, como en Turquía, esta ha sido la primera rotura del ayuno.
Se trata de una celebración religiosa que reúne a un cuarto de la población mundial. Un mes «bendito» durante el cual los fieles no pueden comer, beber, fumar ni mantener relaciones sexuales durante las horas diurnas.
En España, la Unión de Comunidades Islámicas (UCIDE) ha felicitado a los musulmanes españoles por el comienzo del ramadán.
En un comunicado, la UCIDE recuerda que el inicio del ayuno corresponde al día 30 de Shaban de 1435, el 29 de junio, es el primer día del mes del ramadán de 1435, «según la mayoría aplastante de los países islámicos».
Medio mundo pendiente de la luna
El principio y el final de ramadán no se conocen hasta casi el último momento, pues un «comité de sabios» debe observar a simple vista y sin la ayuda de tecnología la aparición de un hilo de luna en el cielo, que marcará el inicio del nuevo mes lunar.
Teniendo en cuenta que acaba de ser el solsticio de verano y estamos en los días más largos del año, este ramadán va a ser especialmente sacrificado, con una media de 16 horas diarias (las que median entre el alba y el ocaso) de abstinencia.
Con el fin de hacer más llevadero el ayuno, el gobierno marroquí ha retrasado los relojes para hacer que amanezca y oscurezca antes, y permitir así que la ruptura del ayuno sea en torno a las ocho de la tarde, en lugar de las nueve.
Por su parte, la UCIDE suplica al «Altísimo» que ayude a los musulmanes a ayunar sus días y rezar sus noches «con el fin de lograr la satisfacción de Allah, y que reine la paz en todo el mundo».
Regulado por la ley
En Marruecos, como en otros países musulmanes, la no observancia del ramadán está penada por la ley: concretamente, el artículo 222 del Código Penal prevé penas de uno a seis meses de cárcel «para quien, notoriamente conocido por su pertenencia a la religión musulmana, rompe de forma ostensible el ayuno en un lugar público sin motivo».
Cada año se producen casos aislados de jóvenes que son detenidos por la policía en flagrante delito de fumar o beber durante las horas de ayuno, y pese a no hacerlo «de forma ostensible», son juzgados y condenados por procedimientos de urgencia que duran apenas dos días.
Fuente: RTVE.es
jt/am

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