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Bethlehem: para disfrutar la naturaleza norteamericana
PENNSYLVANIA.- Visitar la comunidad de Bethlehem, Pennsylvania, a una hora y treinta minutos del corazón de la bulliciosa ciudad de Manhattan y a corta distancia de Allentown, permite reencontrarse con uno de los genuinos encantos de la naturaleza norteamericana en donde se pone al desnudo el cuidado, la protección y el auténtico valor a un espléndido ecosistema.
El impresionante follaje de sus árboles en combinación con el cantar prodigioso de las cristalinas aguas de sus lagos y riachuelos, en medio de un ambiente matizado por el embriagador trinar de sus aves y las caricias de sus vientos tiernos, nos hacen vivir a plenitud de un auténtico submundo paradisiaco.
Sus bellezas naturales constituyen una ineludible y constante invitación para ser disfrutadas a plenitud por las familias, dejando huellas indelebles de gratitud con el Divino Creador.
Junto al correr de las aguas transparentes de sus alucinantes ríos se crea un acogedor escenario para descargar la fatiga y las presiones del diario vivir, en compañía de los seres más cercanos y queridos, logrando el ejercicio corporal requerido y la energización del cuerpo y la mente para luego continuar con mayor firmeza y pujanza la labor productiva pendiente.
Sin hiperbolización alguna, Bethlehem, en Pennsylvania, es un pedacito del anhelado paraíso en la tierra de George Washington y Theodore Roosevelt, en donde es posible materializar el siempre deseado sueño reparador y eterno.
El esplendoroso césped, que con frecuencia perciben sus asiduos visitante, sirve de alfombra natural, bordeando las traslucidas aguas de los riachuelos, por donde, en ocasiones, algunas parejas circulan plácidamente, el día en que juran su amor por y para siempre, ante el Todopoderoso y el mundo, tal si fuesen los nuevos Romeo y Julieta, teniendo como testigo una fauna y flora impresionante.
En breves palabras, el cautivador pueblito de Bethlehem, junto a sus apacibles y hospitalarios pobladores, en su mayor parte integrantes de la denominada Tercera Edad, es un seductor regalo de Papa Dios, digno de visitar y disfrutar para vivir a plenitud.
Inténtelo, la invitación está abierta..!!
JPM
