Batalla de Arroyo Bermejo (1 de 2)
En la Guerra de Restauración hubo cientos de enfrentamientos armados entre patriotas dominicanos y los anexionistas. La batalla librada en el lugar conocido como Arroyo Bermejo, cerca de Don Juan, fue una de las más importantes.
Los restauradores triunfaron con el general Gregorio Luperón a la cabeza. De ella surgieron hechos positivos para la soberanía nacional.
Lo que ocurrió allí elevó el espíritu revolucionario de los combatientes que buscaban liberar el país del yugo español. 48 años después un poeta seibano lo explicó así: “El sacro pabellón dominicano/es la condensación del patriotismo, y no puede morir porque en sí mismo/lleva el alma de un pueblo soberano”. (Poema 16 de Agosto. Emilio A. Morel, 1911).
La derrota sufrida en ese sitio por los anexionistas profundizó el caos entre los perdedores y colocó en una situación difícil al general Pedro Santana, que era su jefe en el teatro de los combates. Fue humillado por el mando supremo de los españoles, como consta en una carta de justificación que le dirigió al general español José de la Gándara.
A Santana lo acusaron de “indisciplina y subversión”. No cumplió la orden que le dio en septiembre de 1863 el capitán general Felipe Ribero para que evacuara las tropas anexionistas que operaban en la zona de Monte Plata, dentro de la cual está Arroyo Bermejo. Alegó que desobedeció para “asegurar la futura prosperidad de este desgraciado suelo tan devastado ya por la presente guerra civil”. (Carta de contestación del general Santana al general La Gándara).
Contrario a las tribulaciones de Santana, para entonces la figura de Luperón incrementó su prestigio, a pesar de que se ha sostenido que la decisión del gobierno provisional restaurador de enviarlo a esa parte del país se debió a motivaciones más políticas que militares.
Uno de sus biógrafos señala que al llegar Luperón a Santiago solicitó permiso para ir a Jamao, donde radicaba su familia, pero lo que hicieron sus superiores fue pedirle que saliera de inmediato a reforzar los combatientes revolucionarios desparramados por pueblos y aldeas del Cibao, el este y el sur.
“En el fondo, esta orden estaba dictada por profundas, aunque infundadas, suspicacias: no se quería ver a un jefe del prestigio de Luperón sin destino fijo, es decir, sin control estricto. Su intención de partir hacia Jamao levantó sospechas y temores, sobre todo en el sentido de que Luperón, defensor intransigente de la restauración nacional, pudiera hacer camino solo, pero camino franco, junto a las aspiraciones populares”. (Gregorio Luperón. Biografía política. Editora Alfa y Omega. Tercera edición, 1981.P.102. Hugo Tolentino Dipp).
Vale decir que el 14 de septiembre de 1863 el gobierno provisional restaurador declaró traidor a Santana. El artículo primero del histórico decreto referido señalaba que: “El dicho general Pedro Santana queda puesto fuera de la Ley; y por consiguiente todo jefe de tropa que le apresare le hará pasar por las armas, reconocida que sea la identidad de su persona”.
Días después el general Luperón, en su condición de jefe de operaciones de los restauradores, distribuyó en diferentes puntos claves de la geografía nacional a tropas encabezadas por oficiales de alta graduación que habían demostrado su pericia en los escenarios bélicos en que ya se habían enfrentado con los anexionistas.
Fue así como por la ruta del desfiladero del Sillón de la Viuda llegaron a pelear a Arroyo Bermejo el coronel Dionisio Troncoso, el capitán Olegario Tenares, el comandante Santiago Mota y el capitán Pedro Faustino Royer, dirigiendo cientos de combatientes con armas livianas y una sola pieza de artillería.
Los combates armados se desarrollaron en varias jornadas en los últimos días de septiembre de referido año. Los insumisos dominicanos demostraron su voluntad inquebrantable de lucha. Esa inesperada victoria continuaría con otros triunfos marciales durante los meses siguientes en la ciudad de Santo Domingo y varios puntos de las regiones este y sur.
Sin embargo, algunos publicistas de la Guerra de Restauración, por los motivos que fueran, han tratado de soslayo la Batalla de Arroyo Bermejo, una de las más significativas de la epopeya restauradora, en la cual se puso en alto la dignidad nacional, a pesar de que los patriotas dominicanos enfrentaron al enemigo con desventaja de tropas, avituallamiento y de armamentos.
jpm-am

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El 23 de enero de 1864 fue el día glorioso para las armas dominicanas. Ese día murieron en ese combate , los generales José Antonio Caba Rodríguez, hijo del general José Francisco Caba Gil y Maria Rodríguez Torres.(mi tia-tatarabuela) . El general Santiago Mota, el general Benito Martínez y otro general cuyo nombre no recuerdo.!