Aumento del parque vehicular y crisis del tránsito

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El autor es estudiante de derecho. Reside en Moca

POR JUAN MOLINA

En los años recientes, las autoridades gubernamentales han tenido que afrontar un reto que cada día se hace más latente, y es el caos del tránsito en las calles de nuestro país.

Las entidades estatales encargadas de la regulación del tránsito como el Intrant, Digesett, y de forma supletoria el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), los Ayuntamientos Municipales y Juntas Distritales, por medio de las leyes 63-17, 176-07, algunas leyes complementarias y ordenanzas municipales, han tratado de solventar este flagelo vial implementando medidas como la aplicación de multas e incautación de vehículos de motor mal estacionados que obstruyen el tránsito en la vía pública.

No obstante, para resolver los cuellos de botella existentes en las carreteras de nuestro país, es algo más complejo que solo imponer multas, incautar vehículos de motor o de prohibir que se doble a la izquierda y derecha en las intersecciones, la solución va relacionada con varios aspectos tantos culturales e históricos.

Esto en vista de que cuando las ciudades se fueron desarrollando en el siglo XIX, las calles eran para peatones y para andar a caballo, y teniendo en consideración la densidad poblacional de la época que oscilaba en 1.86 hab/km², el flujo de caballos, mulas, asnos o personas era muy reducido.

Siguientemente, con el auge de la industria y el aumento de la población específicamente en el casco urbano, los negocios fueron aumentando su proporción y los vehículos también. Pero los vehículos en menor dimensión que los negocios, ya que muchos negocios se fueron instalando sin parqueos en razón de lo exiguo del parque vehicular a mediados de la segunda mitad del siglo XX.

Vale decir que, a pesar del crecimiento poblacional que a la fecha es de una densidad de 227.07 hab/km² comparado con el 1.86 hab/km² del siglo XIX, las calles y aceras siguen teniendo la misma extensión de hace más de un siglo, y los negocios siguieron en su gran mayoría sin parqueos como en la época de nuestros antepasados.

Sí miramos detenidamente la primera edición del boletín estadístico del parque vehicular publicado por la DGII en el año 1999, en un tipo comparativo del año 1998 el parque vehicular de R.D. era de 936,083 y si lo comparamos con el informe del año 2025 es de 6,405,387, es decir que en los últimos 26 años el crecimiento del parque vehicular ha sido de un 684.28 % porciento.

Por otra parte, la tasa de motorización se encuentra en 507.8 vehículos por cada 1,000 habitantes, siendo la República Dominicana el tercer con más vehículos per cápita en la región, solo por detrás de Argentina y Brasil, superando el promedio regional que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es de 200 vehículos por cada 1,000 personas.

Impacto

De manera que este aumento colosal de las ciudades y del parque vehicular ha traído consigo los siguientes impactos, según algunas fuentes;

A) La República Dominicana está dentro de los primeros países por muertes en accidentes de tránsito, falleciendo anualmente unas 2,000 personas, o sea que por cada 100 mil habitantes fallecen 65, y representando el 42% de las muertes accidentales y violentas.

B) Alto costo en atenciones médicas para accidentados, equivaliendo a unos USD$ 3,000 millones de dólares al año, o sea un 2.5% del producto interno bruto (PIB) local.

C) El 23% de las emisiones de Co2 en R.D. provienen del parque vehicular.

D) Cada ciudadano pierde alrededor de 74 minutos diarios a causa de la congestión del tránsito, incluida la generación de estrés que esto provoca.

E) La congestión de tránsito genera perdidas de más de USD$180 millones de dólares al año (0.67% del PIB).

Desde luego, para poder resolver el problema del tránsito en nuestro país se necesita seguir con la ampliación de las carreteras, la creación de elevados, puentes, desvíos, crear medios de transporte alternativos como el metro, el teleférico y autobuses a bajo costo como la Omsa, en razón de que el 72% de los desplazamientos se hacen en vehículos de motor particular, y construir espacios específicos para parqueos públicos. Pero para eso, se necesita aumentar la inversión de obras públicas en una mayor profusión para destinarse a la parte vial.

En suma, como dijo uno de los científicos más prominentes del siglo XX llamado Albert Einstein: «No podemos resolver problemas de la misma manera que cuando lo creamos».

Esto deja dicho claramente que para poder buscarle una salida al caos del tránsito es por medio de políticas públicas con visión a futuro.

juandejesusmolinat@gmail.com

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Juan Bronx
Juan Bronx
3 meses hace

Buen analisis, te felicito