AMET ¿Improvisando de nuevo?

 

La Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) está tratando de agilizar el tránsito en dos de las avenidas  principales  de esta ciudad, por tal motivo realiza pruebas en los túneles y elevados: ¨!¿ Para que la gente se vaya acostumbrando a no subir a los elevados y no afecten los carriles expresos…?!¨, en palabras de Alejandra Cedeño, técnica de AMET.

Estas pruebas se están realizando en las avenidas Kennedy y 27 de febrero; indudablemente los carriles expresos serán descongestionados al impedir el acceso a los mismos en muchas entradas, pero, ¿Y los demás carriles de esas mismas avenidas? ¿Y todas las calles y avenidas del entorno? ¿Y el resto de la ciudad?, ¡se verán congestionadas!.

Cualquier alteración en el flujo de vehículos en estas dos importantes vías, tendrá consecuencias en gran parte del Distrito Nacional.

¿Por qué es tan importante descongestionar los carriles expresos a costa de congestionar otras vías?

Dejémosles esto a los expertos, pero ¿Hay expertos?

¿Estas pruebas siguen un programa? O están dando ¨palos a ciegas¨, para ver si ¨pegan¨.

Debemos diseñar un sistema que ayude a establecer un seguimiento y un proceso de evaluación que genere todo un conjunto funcional para evaluar la calidad e impacto del trabajo en relación con la estrategia y el plan de acción, para que éste resulte realmente valioso.

El seguimiento y evaluación de un plan determinado son herramientas de incalculable valor para que se produzca un cambio exitoso.

No hay solución definitiva para esta problemática que no sea el seguimiento y evaluación constante de un programa. Si no se tiene un programa, se emplearán los recursos sin un fin fructífero y sin que se produzca el cambio favorable en la circulación vehicular. Para esto es necesario realizar un estudio que sirva de base al programa, que para que sea exitoso requiere tiempo en su elaboración, no se hace de un día para otro.

El éxito de un proyecto para organizar el tránsito lleva consigo miles de detalles y de interrelaciones complejas entre los expertos en la materia; estas interrelaciones son necesarias para la culminación exitosa. Siempre siguiendo el programa determinado, nunca improvisando, lo cual lleva a tomar las decisiones correctas sobre lo planeado e inclusive a un replanteamiento de lo proyectado

Históricamente hay mucha retórica y poca técnica. Estamos  siempre en la cultura de urgencias, improvisando; se contempla solo el corto plazo, cuando lo que debiera plantearse primero es el largo plazo. Y desde ahí, solo desde ahí, el medio y luego, el corto plazo.

La AMET debe poner todo su empeño en mejorar el tránsito, pues el transporte urbano en su conjunto es una actividad económica de importante magnitud en el devenir de un país. La operación de los vehículos que circulan en el país tiene un consumo importante del Producto Interno Bruto (PIB) al igual que el valor social del tiempo consumido por la ciudadanía en los traslados, de lo que se desprende que los recursos dedicados al transporte urbano son muy significativos.

Así mismo debe decirse que los efectos perjudiciales de la congestión de vehículos recaen sobre todos los habitantes de la ciudad en término de deterioro de su calidad de vida: pérdida de tiempo, mayor contaminación acústica y atmosférica, impacto negativo sobre la salud mental, etc. Por lo tanto, de una forma u otra, nadie queda exento de sus consecuencias.

tommymejiapou@hotmail.com

 

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